La preocupación de las empresas más importantes del sector radica en los tiempos de aprobación de las solicitudes ingresadas ante la Secretaría de Comercio Exterior. Advierten que esta situación podría tener un impacto directo en los rendimientos de la campaña agrícola.
En un año sumamente complejo en materia de política económica, el Gobierno busca equilibrar sus cuentas y al mismo tiempo controlar cualquier irregularidad en las importaciones e incluso monitorear posibles inconsistencias dentro de las cadenas productivas. Desde la Secretaría de Comercio Exterior confirmaron a Ámbito que durante el 2020 se autorizaron el 93,5 % de las SIMIs presentadas y explicaron que del total de las licencias no automáticas presentadas, el 80% se aprobaron dentro de las 48 horas. En cuanto a enero de 2021, destacaron que alrededor del 80% de esas presentaciones fueron aprobadas durante el mismo mes y agregaron que no se están realizando exigencias o imponiendo criterios adicionales a los importadores aunque sí se solicitaron proyecciones complementarias para conocer las necesidades que tendrán los importadores durante todo el año.
Más allá de la explicación oficial, los empresarios aducen problemas en las autorizaciones desde el año pasado y manifiestan que se fueron agravando con el tiempo hasta el punto que, si continúan, podrían complicar la productividad en la próxima campaña agrícola en un escenario económico en el que cada dólar cuenta.
Como parte del plan de reactivación económica, el gobierno intenta forzar a las empresas a producir en el país, sin embargo hay productos que se importan porque tienen formulaciones especiales, que no se pueden producir localmente. No sólo porque no existe la infraestructura para hacerlo sino porque además hay mecanismos de protección de patentes por los cuales las empresas multinacionales concentran la producción en un determinado lugar del mundo. Se trata de tecnologías únicas que si bien tienen un sustituto en el mercado local, éstos no dan los mismos resultados de productividad y eficiencia para obtener lo que en definitiva buscan el productor y el gobierno, que es el aumento del rendimiento en los cultivos para incrementar las exportaciones.
Hasta ahora no se generaron mayores problemas en el canal de distribución porque durante el año pasado los productores se adelantaron con las compras debido a la situación económica y a la expectativa de una devaluación, que si bien implica mayores ingresos en pesos por la venta de los granos en dólares, al mismo tiempo incrementa el costo de los insumos entonces todos los que pudieron se abastecieron de agroquímicos que compraron a dólar oficial.
El problema que ven las empresas a futuro radica en que si las demoras continúan, no sólo se habrá perdido una oportunidad de producir más en la campaña gruesa que esta finalizando, sino que tampoco habrá insumos clave para la campaña de trigo y se incrementará el temor por el abastecimiento para la próxima campaña gruesa en herbicidas y plaguicidas, que en definitiva son los productos que evitan pérdidas en los cultivos por el avance de insectos o malezas.
A través de CASAFE, buscan mejorar el diálogo y establecer criterios según la estacionalidad de los productos a importar, porque una autorización tardía pierde efectividad. Extraoficialmente son varios los casos en los que se denuncian demoras en la aprobación de licencias no automáticas que superan los 3 meses y si el producto no llega al mercado se pierde la posibilidad de comercialización por parte de la empresa y de aplicación de tecnología premium por parte del productor.
Mientras el gobierno espera que aumenten las exportaciones en el agro, al mismo tiempo se generan problemas para que ingrese la tecnología disponible en el mundo -y hasta ahora en nuestro país- para evitar problemas en el lote. A algunas empresas les aprobaron en lo que va del año un porcentaje cercano al 10% de los insumos necesarios para las campañas de soja, maíz y trigo, que totalizan casi 100 millones de toneladas de granos. Si el conflicto persiste, los problemas se podrían evidenciar en la próxima campaña agrícola.
Fuente: Ambito