Es por las trabas a las importaciones y producción limitada por desabastecimiento de piezas. Las marcas premium importadas, en las que más demora hay; pero también en algunos modelos nacionales. Brecha cambiaria, pese a baja del blue, sigue incentivando la demanda.
Esta situación no sólo se registra en estas tradicionales marcas premium. Toda la oferta de importados está restringida y, aún en segmentos medios o chicos, las demoras de entrega superan los tres meses. En este caso, no se trata de vehículos que traen distribuidores oficiales de marcas no radicadas sino, especialmente, los que ingresas los propios fabricantes, que son los principales importadores. Esta semana, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, negó que hubiera trabas a la importación y limitó el problema a un porcentaje menor del mercado. Sin embargo, en las terminales locales viven todos los días luchando para que se les aprueben los permisos SIMI, el formulario necesario para nacionalizar un 0 km. Las redes de concesionarias de estas automotrices, confirman el gran faltante de autos. Por ejemplo, según fuentes del sector, Toyota tiene una lista de espera de unas 20.000 unidades de toda su gama. El caso de la pickup Hilux es emblemático. Pese a ser un modelo de producción nacional, los compradores deben esperar no menos de seis meses para adquirir una unidad. El ritmo de producción está limitado por el faltante de piezas y, a su vez, hay una demanda muy fuerte generada por dos motivos. Por un lado, la brecha cambiaria hace atractiva la compra de autos ya que se pagan en pesos al cambio oficial. Los tenedores de dólares necesitan menos billetes para realizar la compra ya que los venden al valor del blue. Esto explica la demanda que hay en todo el mercado. A su vez, las Hilux -como sus competidoras Amarok, Ranger, Frontier, Alaskan- pickups tienen un interés particular ya que muchos consumidores, ante la falta de modelos importados de segmentos como el de los SUV, buscan las pickups nacionales más equipadas como alternativa.
Si bien hay más clientes que compradores en casi todos los segmentos, por esta particularidad cambiaria, la baja del dólar paralelo de las últimas semanas apaciguó un poco la demanda pero no tanto como para equilibrarse con la escasa oferta existente.
Fuente: Ambito