Más allá de la volatilidad propia de los mercados, lo concreto es que en gran parte del año los precios internacionales de la energía experimentaron una reducción inédita. La recomposición hacia fin de ciclo abre un escenario singular y deja la necesidad de hacer un análisis en medio de la transición.
El Brent y el WTI han más que duplicado su valor desde los mínimos de una década que tocaron en abril, dejando atrás un año que vio los primeros precios negativos para el WTI y que sorprendieron a los inversores a nivel mundial. El 20 de abril, por primera vez en su historia, el WTI, cayó a -40,32 dólares, y los inversores se vieron reducidos a pagar para deshacerse de sus barriles, estancados por la ausencia de compradores y la imposibilidad de recibirlos y almacenarlos.
Pero ahora los mercados mundiales de commodities están preparados para cerrar el 2020 con un buen balance, ante la recuperación de la demanda y los paquetes de estímulo generalizados que impulsan los precios.
La distribución de vacunas para combatir al coronavirus y los billones de dólares en apoyo fiscal de los Estados fomentarían la inversión y el gasto en 2021, sostuvieron los analistas. Sin embargo agregaron que a corto plazo, es probable que las preocupaciones sobre los confinamientos por el coronavirus limiten las ganancias.
En este contexto, el próximo gran motor del precio del petróleo será la reunión de este lunes 4 de enero de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, incluida Rusia, un grupo conocido como OPEP+, que debatirá la necesidad de elevar aún más la producción a partir de febrero.
Fuente: Ambito