De confirmarse las proyecciones, se traduciría en un acumulado anual por debajo de los u$s20.000 millones. Así, mostraría una caída interanual superior al 15%.
Atento a esta situación el Gobierno dispuso en octubre pasado una rebaja temporal y escalonada de las retenciones a la soja. En octubre tributaron 30%, en noviembre 31,5% y en diciembre 32%, para finalmente en enero volver al 33%. Una medida que finalmente no logró el impacto esperado porque no aceleró el ingreso de dólares del campo y mucho menos tentó a los productores a vender soja de la campaña pasada.
En aquel momento el Gobierno esperaba que el campo liquidará al menos u$s5.000 millones en el último tramo del año y la cifra total del trimestre habría anotado poco más de u$s3.400 millones.
Al mismo tiempo, en octubre pasado también se restableció el diferencial, con baja de dos puntos en la alícuota exportadora, para los productores con mayor valor agregado del complejo sojero, es decir harina y subproductos. Justamente esa medida es que la que venía solicitando la industria aceitera que durante todo el año mantuvo una capacidad ociosa en torno al 50%. La primarización de las exportaciones del campo fue otra mala noticia con la que tuvo que convivir el Gobierno durante el 2020, ya que, durante la gestión de Mauricio Macri, ese diferencial había sido eliminado.
En un contexto económicamente complejo a partir de la caída de la actividad producto de la pandemia de coronavirus, el normal ingreso de los dólares del campo, prácticamente el único sector que hoy otorga divisas genuinas a la Argentina.
Por eso semanas atrás, en una resolución publicada en el Boletín Oficial dispuso que tanto empresas cerealeras como frigoríficos deben cumplir con los plazos establecidos para la liquidación de divisas, caso contrario serán dados de baja del Registro Único de Operadores d la Cadena Agroindustrial (RUCA). De esta manera, de la mano de un mayor control el Gobierno busca que se normalice el ingreso de dólares del campo.
A su vez, la mirada también está puesta en los productores agropecuarios que a pesar de la baja de retenciones y la suba de los precios internacionales continúan reteniendo grano en los silos a la espera de una posible devaluación.
A partir de este escenario, la semana pasada el Banco Nación dispuso suspender de manera temporal el otorgamiento de créditos a tasa subsidiada a los productores de soja y trigo. Lo cierto es que mucho antes y a partir de la Comunicación A 7140 la entidad había dispuesto que estos créditos pueden ser otorgados únicamente a productores que hayan vendido a la fecha de la solicitud el 95% de su cosecha de soja y trigo.
En concreto el Banco Nación, busca dirigir la financiación a tasa subsidiada a aquellos productores que realmente lo necesitan.
Finalmente, y de cara al próximo año, las proyecciones de ingreso de dólares del campo son más que alentadoras teniendo en cuenta las subas internacionales de los commodities, la economía local recibiría al menos u$s31.000 millones.
Fuente: Ambito