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La entidad busca afinar el lápiz para que la financiación le llegue a aquellos que la necesitan y no retengan granos.

La medida no tardó en levantar polvareda en el sector agropecuario, cuando a comienzos de semana se conoció que el Banco Nación mediante la circular reservada N° 2787/2020, decidió suspender “transitoriamente” las solicitudes provenientes de productores de soja y trigo para acceder a la línea de créditos MiPyme. Es decir, créditos a tasa subsidiada del 30% que, con los costos bancarios, termina siendo del orden del 35%.

Lo cierto es que mucho antes y a partir de la Comunicación A 7140 el Banco Nación dispuso que estos créditos pueden ser otorgados a productores que hayan vendido a la fecha de la solicitud el 95% de su cosecha de soja y trigo. Condición que en la práctica dejaría afuera a un sinfín de agricultores teniendo en cuenta que, según las estadísticas oficiales, restan por venderse casi 13 millones de toneladas de soja de la campaña anterior.

Enseguida la Mesa de Enlace, conformada por la Sociedad Rural, Coninagro, CRA y Federación Agraria emitieron un comunicado en el que hablaron de discriminación en el sector y que a partir de la resolución se “cercena la posibilidad de financiamiento al sector más dinámico de la economía”.

En este marco el Banco Nación aclaró ayer que la medida tomada a comienzos de semana fue meramente transitoria y que se analizan “mecanismos de control más eficientes” para cumplir justamente con la exigencia regulatoria que indica que los créditos deben ser brindados a aquellos productores que hayan vendido el 95% de su cosecha.

La entidad agregó además que la medida restrictiva no incluye al resto de los productores, y especificó que el banco ofrece muchas otras alternativas de financiamiento para el sector, como la financiación de exportaciones, las facilidades con la tarjeta AgroNación, los descuentos de cheques de pago diferido y, al menos, otras 5 líneas crediticias de beneficio directo para el sector agropecuario.

En concreto, el Banco Nación busca dirigir los créditos a tasa subsidiada a aquellos productores que realmente lo necesitan y no a los que aún conservan grano en los silos a la espera de una devaluación como se especuló tiempo atrás.

Como ejemplo concreto, durante el gobierno de Mauricio Macri, uno de los mayores reclamos de todos los sectores productivos y especialmente del campo era la falta de créditos a tasas lógicas. En aquel momento las entidades bancarias llegaron a ofrecer tasas superiores al 70%. En ese esquema los productores agropecuarios se veían obligados a vender si o si su cosecha para financiar la próxima campaña.

El panorama cambió radicalmente con la llegada de los créditos MiPyme instaurados por el actual gobierno. A la par, también los agricultores comenzaron a retacear las ventas de granos durante todo el año, incluso se espera que este 2020 termine con una liquidación de divisas 15% por debajo de la del año anterior.

Tampoco fue motivo de incentivo para activar las ventas de soja de la campaña pasada, la baja de retenciones temporal que instauró el gobierno de Alberto Fernández en octubre. Por eso ahora el Nación busca afinar el lápiz y por eso apunta a contar con controles más eficientes para conocer a ciencia cierta el volumen de grano vendido por quienes solicitan crédito.

 

 

Fuente: Ambito