Es una de las variantes del cultivo que más terreno ganó en los últimos años gracias a la innovación de varias empresas en áreas de biotecnología.
Juan Caporicci, gerente de Servicio Técnico de FMC asegura que “el maíz de primera estuvo contra las cuerdas, porque se venía con baja acumulación de agua en suelo y además el precio del maíz no era alentador. Entonces la duda hacia septiembre era ver cómo se repartían las hectáreas en maíz de primera y maíz tardío. Creo que este año el escenario se va a inclinar en un 55% para éste último”.
Es que ese alto porcentaje -que cada vez crece más- esta dado por la espera de lluvias y también porque se acomodó mucho el precio del maíz en el mercado internacional. Se trata de un escenario alentador porque el cultivo ya se posiciona entre un 10 o 12% arriba de los márgenes del año pasado.
Para Federico Larrosa, Gerente de Marketing de KWS, “los precios internacionales fueron determinantes para que se revirtiera el escenario de reducción de las hectáreas destinadas al cultivo y también para el incremento en la intención de siembra tardía”. Por otra parte, aseguró que “las últimas lluvias permitieron una recuperación del status hídrico y eso es fundamental porque se dieron en fechas clave para la siembra”.
De todas maneras, el factor clima será una preocupación durante el verano. “Desde KWS estamos recomendando manejo agronómico defensivo aún en siembras tardías, considerando que en febrero se dará la floración y podría ser un mes con menor régimen hídrico. La densidad de siembra será clave para mitigar la falta de agua”, destacó Larrosa.
Otro aspecto a tener en cuenta para asegurar buenos rindes es el de la sanidad. En siembras tardías suele haber una alta presión de insectos como el gusano cogollero o la isoca de la espiga, mientras en el norte del país la amenaza de tizón y spiroplasma no deja tranquilos a los productores. Aquí es donde juegan un papel determinante los híbridos elegidos, porque con la tecnología adecuada se pueden reducir los riesgos.
En este sentido, Larrosa precisó que “tener un portafolio amplio de híbridos permite competir en ambientes de siembra tardía y por lo tanto hasta el ultimo dia de siembra se pueden seguir peleando negocios. La siembra en el corazón maicero finaliza aproximadamente el 25 de diciembre pero hay quienes seguirán sembrando hasta los primeros días de enero, por eso todavía hay margen para seguir vendiendo”.
A la hora de pensar en las aplicaciones para evitar enfermedades o plagas, si bien todos saben que cuidar el cultivo es bueno, el porcentaje de productores que trata el maíz es bajo. Según Caporicci, “el año seco será clave y nosotros tenemos que proteger el cultivo para que cada gota, cada milímetro de agua que cae sea utilizada por el maíz y no por una maleza. Luego entre los estadíos de B5 y B10 habrá que protegerse de la oruga cogollera porque su afección podría determinar el desarrollo posterior del cultivo. Si bien hay genética, todas las etapas requieren de monitoreo y en caso de enfermedades es allí donde entra la aplicación estrategia del insecticida”.
A partir de ahora comienza la carrera de rendimientos para el maíz, que deberá luchar por cada milímetro caído durante los próximos tres meses. La tecnología aplicada, el manejo agronómico y las lluvias serán las variables que determinan el total de una cosecha que quizá no supere a su predecesora, pero sin dudas tendrá un fuerte peso específico en la campaña agrícola argentina.
Fuente: Ambito