Es por la actualización de la base imponible. Esto implica que los 0km, desde unos u$s28.100 al cambio de hoy, quedarán alcanzados por una alícuota del 20% correspondiente a la primera escala de este gravamen.
Los importadores aseguran que la suba de la base imponible que se viene realizando en 2020 no alcanza para cubrir el incremento de la inflación como tampoco la devaluación del peso. Según sus cálculos, la inflación mayorista muestra un retraso en relación al costo de vida. A esto se suma que la devaluación del peso desde enero hasta septiembre –que es el período que se está tomando para calcular Internos – fue de 30%. “Estamos cerca de 5% retrasados y todavía faltan computar los días para llegar al 1 de diciembre” se quejó un importador. Hay que tener en cuenta que casi todos los modelos alcanzados por este tributo se rigen por listas de precios en dólares. Esto hace que sean cada vez más modelos los que queden alcanzados. Esta política de castigo fiscal a los vehículos más caros – en su mayoría importados – va en línea con los planes del Gobierno de restringir el ingreso de vehículos del exterior por la falta de dólares. Ante la menor oferta, se generalizaron los sobreprecios que se determinan en base a la ley de oferta y demanda. Estos valores se modificarán desde diciembre y, en lo que queda de este mes, o no se venderán por falta de stock o se esperará a que rija la nueva escala con precios ajustados
El valor del 0km alcanzado por este gravamen, tomando su precio de venta de fábrica o importador a concesionaria, pasa de $1.451.300 a $1.580.935 para la primera escala y de $2.679,323 a $2.917.700 para la segunda. A esos montos, hay que aplicarle el IVA más el margen comisional de alrededor de 15%. Es por eso que, el precio final es orientativo porque depende de si la concesionaria resigna o no parte de sus ganancias. De ese ingreso, tiene que afrontar todos los costos de la concesionaria (laboral, alquiler, servicios, impuestos y demás). Lo que queda será su rentabilidad.
Fuente: Ambito