Una línea repleta de picos máximos y mínimos, pero en claro sentido descendente nos muestra cómo los precios del litio han ido disminuyendo desde que en 2018 alcanzara su precio máximo histórico por tonelada. Uno de los mayores temores para la industria automotriz, abocada al desarrollo de coches eléctricos, es el suministro de materias primas, y así lo han expresado firmas como Tesla o Volkswagen.
Ahora las tornas han cambiado y las minas de litio, un ingrediente fundamental para fabricar baterías, se están multiplicando y acumulando producción, y los precios están bajando.
2018 fue el año en el que la flota mundial de vehículos eléctricos alcanzó la cifra de cinco millones, y también cuando los precios del litio casi llevaban tres años sumando picos máximos. La industria comenzó a preguntarse si sus proveedores podrían seguir produciendo baterías al ritmo que necesitaban; al que exigía la demanda.
Pero la apertura de seis minas de este metal en Australia y la desaceleración de la demanda en China -el mayor mercado de coches eléctricos- están haciendo que la ‘histeria’ se suavice, se acumulen suministros. El resultado ha sido una caída del 30 % en el precio del litio.
Desde junio de 2018, cuando una tonelada de hidróxido de litio asiático superaba los 20.000 dólares, los precios han bajado un año después hasta los 14.000. La caída ha sido mucho más acusada para el carbonato de litio del mercado sudamericano.
Esto significa que si el precio cae, ayudará a mantener el precio de las baterías hasta que el mercado de vehículos eléctricos recupere su velocidad normal.
Ahora el problema que vislumbran los analistas, según explica Bloomberg, es qué pasará con la demanda con un exceso de oferta. “El interés clave para los inversores debería ser quién es probable que sobreviva”, han advertido algunos analistas de Macquarie Capital Ltd.
Las acciones para los productores de litio de todo el mundo están cayendo, mientras que se espera que la producción de esta materia prima en Australia aumente un 23 % en los próximos dos años, y en Chile buscan hasta duplicarla.
Según explica la cabecera económica, a pesar de que la perspectiva de la demanda a largo plazo todavía parece sólida, algunos productores están reduciendo sus pronósticos de ganancias a corto plazo, como es el caso de Umicore, recientemente aliado de Audi.
Otro factor a tener en cuenta es que cada mina produce litio con propiedades específicas, según las necesidades de cada comprador, por lo que deben adaptarse a un escenario en el que las baterías deben ser cada vez más seguras, con mayor densidad de energía y más vida útil.
Sobre la mesa queda si en las próximas décadas se podrán obtener las cantidades de níquel, lito o cobalto suficientes para satisfacer la demanda, ya que estas materias primas existen en cantidades limitadas y su extracción conlleva un alto impacto medioambiental.
Fuente: Motorpasion