El récord se explica por la entrada en producción de proyectos de energía eólica y porque estos tienen prioridad de despacho.
Las energías renovables explicaron en septiembre el 11,6 por ciento de la energía total demandada a nivel nacional en el mercado eléctrico mayorista, lo cual constituye un máximo histórico mensual. El récord se explica en primer lugar por la entrada en producción de proyectos de energía eólica. La caída de la demanda eléctrica por la crisis favorece la mayor presencia de los renovables, que tienen prioridad en el despacho al mercado en relación a las otras fuentes de energía.
El proyecto de renovables en el país está anclado en la ley 27.191 aprobada en septiembre de 2015 y cobró impulso, especialmente la energía eólica, con la reglamentación del macrismo, que derivó en las licitaciones del programa Renovar (de provisión de energía renovable al sistema mayorista) y el MATER (mercado entre privados). Ambos esquemas apuntaron a la inserción en el país de las grandes empresas fabricantes de aerogeneradores y proveedoras del mantenimiento, que traen el financiamiento externo, asociadas con desarrolladoras locales de los parques bajo contratos de la energía que están dolarizados.
En paralelo, la Justicia investiga presuntos hechos de corrupción de parte del gobierno anterior, que habría aprobado tarifas del repago de la energía superiores al costo de generación como moneda de cambio por la millonaria venta de proyectos en energía eólica que poseían empresas vinculadas al Grupo Macri.
El récord local
En septiembre se generaron 1168,2 Gw/h de energía eléctrica a partir de las energías renovables, el 11,6 por ciento del total demandado en el mercado mayorista. El mismo mes del año pasado, esa relación se ubicó en el 7,9 por ciento y en septiembre de 2018, en 3,3 por ciento. En los nueve primeros meses del año, los renovables explican el 9,1 por ciento del total de la demanda eléctrica. Este año será récord en el peso de los renovables, por encima del promedio de 2019 (6,1 por ciento) y muy por delante de años anteriores como 2018 (2,5 por ciento), 2017 y 2016 (2,0), 2015 (1,9) y 2014 (1,8).
Del total de 8761,8 Gw/h generados por los renovables entre enero y septiembre, tres cuartas partes corresponden a energía eólica, seguido por un 10 por ciento de hidroeléctrica (excluyendo a las grandes centrales), 9 por ciento de energía solar, 3 por ciento de biomasa y otro 3 por ciento de biogás. Prácticamente todo el salto en la generación de energía eléctrica en base a renovables se explica por la energía eólica, que pasó de representar el 20 por ciento del total de la generación de renovables en 2017 al 75 por ciento actual. También viene ganando peso la energía solar.
La tendencia global
La tendencia al crecimiento en energía eólica es global: el año pasado había 651 GW de potencia instalada, cuatro veces más que los 159 GW de hace diez años. Los países que lideran el sector son China, que tiene instalados unos 240 GW de potencia, seguido muy de lejos por Alemania, Estados Unidos, India, España, Reino Unido y Francia. El principal desarrollador de turbinas es Goldwind (China), seguida de Vestas (Dinamarca), Siemens Gamesa (España), GE Renewable Energy (Estados Unidos) y Envision Energy (China).
En la última década, los costos de la generación de energía renovable en general descendieron notablemente. Sin embargo, sufren del factor intermitencia vinculado al clima (presencia o no de vientos en eólica o de radiación solar) al tiempo que requieren de una infraestructura que permita la transmisión de la energía hacia los centros de consumo. De hecho, este último punto es uno de los escollos de la Argentina, que por ahora no puede aprovechar los vientos más fuertes de la Patagonia.
El rol de la industria argentina
“El proceso de rápida ampliación de los renovables tal como lo llevó adelante el gobierno anterior no es sostenible“, plantea Diego Roger, investigador de la Universidad de Quilmes. Argumenta que el esquema del Renovar atenta contra la industria nacional, primero porque hay capacidades para la fabricación de aerogeneradores (IMPSA y NRG Patagonia) que no se aprovechan, con el consiguiente impacto en la salida de divisas, entre otras cosas para el repago de los créditos internacionales. Pero además, advierte que los contratos dolarizados impactan sobre la competitividad industrial en una economía tan volátil. Asimismo, recuerda que la electricidad explica una cuarta parte de las emisiones de gases efecto invernadero, por lo cual también hay mucho para hacer en otras áreas como transporte y consumo energético de industrias y en energía nuclear e hidroeléctrica.
Por su parte, Gustavo Castagnino, miembro de la Cámara Eólica Argentina y dIrector de Asuntos Corporativos de Genneia, destaca la fuerte reducción de los precios en las licitaciones de energía eólica desde los primeros contratos aprobados hace ocho años. “El contenido local ha crecido mucho desde los primeros proyectos, porque no sólo está la obra civil sino también los componentes eléctricos, la construcción de torres y hasta componentes de la turbina. La cadena de valor creció mucho. La realidad es que sin el financiamiento internacional hubiera sido muy difícil poder concretar muchos de los proyectos“.
Fuente: Pagina 12