El gigante petrolero prepara además una importante reorganización para transformarse en un grupo de bajas emisiones contaminantes.
El mes pasado, la compañía lanzó una amplia revisión de su negocio con el fin de reducir los costos mientras se prepara para reestructurar sus unidades en el marco de la transición desde los combustibles fósiles a energías bajas en carbono.
La compañía angloneerlandesa dijo que esperaba recortar entre 7.000 y 9.000 puestos de trabajo para finales de 2022, incluyendo unas 1.500 personas que han aceptado el despido voluntario este año.
El precio del barril de petróleo Brent para entrega en noviembre terminó ayer en el mercado de futuros de Londres en u$s40,96, un 3,51% menos que en la sesión anterior.
La cotización del Brent retrocedió ante nuevos temores a que las restricciones para frenar una segunda ola de la pandemia de coronavirus golpeen la demanda global de petróleo.
Su rival BP anunció también este año que recortará alrededor de 10.000 puestos de trabajo dentro de los planes de su presidente ejecutivo Bernard Looney para expandir rápidamente su negocio de energías renovables y reducir la producción de petróleo y gas.
La reducción de los costos es vital para las aspiraciones de Shell de entrar en el sector de las energías renovables, donde los márgenes son relativamente bajos.
También es probable que se intensifique la competencia con las eléctricas y con petroleras rivales como BP y Total , que luchan por cuota de mercado a medida que las economías de todo el mundo se vuelven más ecológicas.
“Hemos observado de cerca cómo estamos organizados y sentimos que, en muchos lugares, tenemos demasiadas capas en la empresa”, dijo el presidente ejecutivo de Shell, Ben van Beurden, en una entrevista interna publicada en la página web de la compañía.
Fuente: Ambito