El sábado pasado a las 15:40 de la tarde fue un día histórico para el sector energético: por primera vez se logró que el 22,38% de la demanda eléctrica fuera abastecida por energía renovable. Esto se dio por un conjunto de factores climáticos que permitieron que la energía eólica y la solar generaran más electricidad que su media, pero también porque entraron al sistema varios parques nuevos en los últimos meses.
A futuro, sin embargo, las perspectivas son negativas, ya que, por la crisis de financiamiento y la incertidumbre de no tener un horizonte claro, hace un año están paralizados la mayoría de los nuevos proyectos.
Las energías renovables tienen prioridad de despacho; es decir, toda la electricidad que generan entra al sistema y abastece la demanda de forma automática. El resto de la generación necesaria se complementa con la energía térmica, la hidroeléctrica no renovable y la nuclear.
Al día de hoy hay 146 proyectos de energía renovable habilitados comercialmente, que tienen una potencia instalada de 3383 MW. De ese total, en los últimos cuatro años se inauguraron 89 proyectos por 2534 MW, que fueron impulsados por el nuevo marco regularorio Mater (el mercado mayorista donde operan los grandes usuarios) y el programa Renovar.
Aun con todos los proyectos nuevos, la generación promedio de energía eléctrica representa un 11% del total de la demanda. Esto es mucho mayor a los menos de 2% que representaba hasta julio de 2018 y al 8% con el que cerró 2019, aunque está por debajo del 12% que se tendría que haber alcanzado el año pasado, según las metas impuestas en la ley 27.191 de energías renovables, aprobada por unanimidad en 2015. El objetivo final es llegar a 20% para 2025.
De total de proyectos renovables, 46 son parques eólicos, que tienen una capacidad instalada de 2205 MW y 31 son solares, con 461 MW. Con respecto de la energía hidráulica, la ley de fomento nacional para el uso de fuentes renovables incluye solo a los proyectos de centrales hidroeléctricas de hasta 50 MW, por lo cual no se toman en cuenta en los registros de renovables las grandes represas como Yacyretá o El Chocón.
Este año se habilitaron comercialmente 22 proyectos nuevos, que tienen una capacidad instalada de 734,8 MW. La última gran incorporación que está en período de pruebas es el parque solar Cauchari, en Jujuy, que tiene una capacidad de 300 MW. También entraron en funcionamiento grandes parques eólicos como Vientos Neuquinos, de la generadora estadounidense AES, y Vientos la Genoveva, de Central Puerto.
En los próximos dos meses, además, entrarán en funcionamiento 18 proyectos más por 580 MW, que también están haciendo pruebas. Aquí se incluyen el parque eólico Los Teros, de YPF Luz, en la ciudad de Azul, con una capacidad de generación instalada de 122 MW, y la planta Generarbio, que generará energía a partir de biomasa en Santa Rosa, Misiones, de la empresa Papelera Mediterránea, por 12,5 MW.
No comienzan nuevos proyectos desde hace un año
En contraste a todas las inauguraciones de parques renovables de los últimos meses, la realidad del sector es pesimista cuando se mira a futuro. Desde hace un año, luego de las PASO y de la disparada del riesgo país, el inicio de nuevos proyectos quedó paralizado.
Al igual que todas las industrias energéticas, el sector de renovables se caracteriza por ser capital intensivo y, por lo general, al financiamiento hay que buscarlo en el exterior. Con las sucesivas devaluaciones que tuvo la moneda en los últimos dos años, el aumento de la tasa de interés para créditos en la Argentina y las actuales restricciones al comercio exterior, la construcción de nuevos parques se hizo cuesta arriba.
La falta de interlocutores claros en el Gobierno tampoco ayuda a la industria, que trató en un primer momento con la sanjuanina Andrea Polizzotto, quien iba a estar a cargo de la Dirección Nacional de Energías Renovables, pero que al final nunca asumió y se nombró a Guillermo Martín, quien se desempeñaba como Subgerente Operativo Regional Patagonia en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Ahora, con la llegada de un nuevo secretario de Energía, su continuidad está en duda.
“La situación está paralizada. Por falta de financiamiento, hoy no hay ningún proyecto nuevo comenzado, salvo algunos que ya tenían el financiamiento cerrado que siguen su curso. Al momento, el Gobierno no sacó una resolución considerando la problemática macroeconómica, para ver cómo se pueden dar de baja los contratos sin aplicar multas o que se avancen con ejecuciones. Solamente suspendió los plazos de los contratos desde el 12 de marzo, lo que solo sirve como un paliativo momentáneo”, dice Juan Cruz Azzarri, socio de MHR Abogados.
El viernes pasado, mediante una resolución firmada por Osvaldo Arrúa, subsecretario de Energía Eléctrica, se prorrogó hasta el 15 de noviembre la suspensión temporal del cómputo de plazos correspondientes a la ejecución de los contratos y la intimación por incumplimiento de las fechas programas de avance de obras.
“La gran discusión que hay que dar es qué se hará con esos proyectos que no se llevarán a cabo por falta de financiamiento, que representan 2000 MW. Cada uno de ellos fue asignado con una capacidad de transporte, que es el gran cuello de botella. Mientras que no se den de baja, no se van a poder reasignar nuevos proyectos, porque tienen que tener asegurado que se pueda evacuar la energía”, explicó Gustavo Castagnino, director de asuntos corporativos de Genneia, la empresa que tiene siete parques eólicos y uno solar en funcionamiento, y está por terminar de construir tres más.
Algunos analistas recomiendan dar un incentivo a los operadores de esos proyectos que no avanzaron para dejarlos ir y que se den de baja los contratos con una penalidad menor, ya que para el Estado será complicado ejecutar las garantías.
René Vaca Guzmán, director de PCR, señala que para la construcción de los dos parques eólicos que tiene la empresa por 326 MW se invirtieron US$400 millones. “La clave pasa por el financiamiento. El Gobierno está cumpliendo con los pagos, pero están demorados los incentivos de la ley, como la devolución de IVA y el bono fiscal por utilizar componente nacional. El gobierno anterior tampoco los estaba pagando, porque el Estado no tiene un peso. Esto seguirá todo frenado”, concluyó el también presidente de la Cámara Eólica Argentina.
Fuente: La nacion