El Instituto indicó que la producción total de petróleo en el país fue de 14,1 millones de m3, es decir 77.545 m3/día, un 2,77% menos que en el semestre anterior, que llegó a 79.756 m3/día. En este caso, el desplome fue más leve por la implementación del barril criollo a u$s45, que sostuvo un precio competitivo para ofrecer al mercado interno, aunque algunas refinerías se vieron imposibilitadas de acceder a crudo más barato en el mercado internacional. Con la cotización del Brent apenar por encima de los u$s45, en el Gobierno evalúan la continuidad del barril criollo y un nuevo valor de referencia para la industria local. El ingreso de Darío Martínez en la Secretaría de Energía definirá los pasos a seguir. La Ofephi, que representa a las provincias productoras de hidrocarburos que buscan sostener sus regalías, ya dio su veredicto: el plan debe continuar ante la inestabilidad de los precios internacionales.
Al desgranar los datos, el IAPG encontró que la producción de petróleo no convencional de Vaca Muerta fue la que a salvó al sector, aunque la crisis se hizo notar fuertemente, con parálisis de trabajadores y cientos de empresas al borde de la quiebra o el cierre. El shale oil argentino creció 31,5%, al trepar a 18.406 m3/día, contra los 14.001 m3/día correspondiente al mismo período de 2019.
Por la pandemia y la falta de incentivos a la producción, el gas también mostró saldos negativos. El IAPG detectó que la producción de gas natural total del país alcanzó los 22,8 miles de millones de m3, es decir 125,3 millones de m3/día, un 5,8% inferior a lo producido en el semestre del año anterior, que fue de 133 millones de m3/día.