Un vehículo que arriba al puerto con un costo de $1.100.000 llega al público a $2.400.000.
Tomando un ejemplo de un modelo afectado con la primera escala, el incremento del precio desde su valor al arribar al puerto hasta que llega a la concesionaría es de alrededor de 120%.
Según establecerá la AFIP, desde la semana próxima, la base imponible será a partir de $1.451.300 de valor mayorista. Es decir, un auto que cueste un peso más, comenzará a tributar Internos. En este caso, se debe partir de un 0 km que su valor de compra en el exterior más flete ronde $1.100.000. Normalmente son modelos de extrazona que pagan un arancel de importación de 35% más una Tasa de Estadística de 3%. De esa forma, su valor pasaría a quebrar la barrera en la que comienza a tributar el impuesto “al lujo”. En un vehículo de producción nacional, la relación es prácticamente igual ya que ese 54% estimado de presión impositiva incluye el IVA. Si se lo descuenta, la carga fiscal por tributos a la producción equivale al nivel del arancel de importación. A esto hay que sumarle el margen que aplica el importador. En teoría, es del 14% aunque ese porcentaje varía, según la política comercial de cada empresa. En épocas de bajas ventas se resigna ingresos. Hay que aclarar que ese margen no es rentabilidad ya que sobre su monto hay que descontar todos los gastos fijos de las automotrices. Tomando el nivel estándar, el precio aumenta a unos $1.687.000 aproximadamente. Recién en esa etapa se imputa el IVA del 21%, lo que eleva la cifra a $2.041.947. Como en este ejemplo teórico, con un valor mayorista de $1.451.301, este modelo queda alcanzado por Internos, hay que recargarlo con la alícuota de la primera escala de ese tributo. De esta manera, su valor sería de $2.404.772. Claro que es necesario puntualizar que, por cuestiones técnicas, este es un monto orientativo ya que el sistema de cálculo es engorroso y permite distintas formas de aplicación. Por ejemplo, ningún importador va a dejar por un peso (o una cantidad manejable) que un vehículo caiga en este gravamen. En esos casos se sacrifica márgenes para que ese modelo quede fuera de Internos. En el mercado, esto se denomina “topear” un auto, es decir fijarle un valor justo por debajo del monto a partir del cual se paga el impuesto.
El ejemplo en cuestión busca, de manera aproximada, mostrar el encarecimiento que tienen los autos en todo el proceso de nacionalización y comercialización.
Fuente: Ambito