Pereyra llamó a un paro para el próximo jueves, pero en los hechos aspira a que Trabajo convoque a una conciliación obligatoria. Ávila desestimó el acuerdo firmado con YPF. Por qué tras cuatro meses de pandemia, con la actividad por el suelo, la industria petrolera no logró negociar mejoras en materia de eficiencia y productividad.
El martes de la semana pasada Jorge ‘Loma’ Ávila envió una nota a YPF en la comunicó que el sindicato de petroleros privados de Chubut considera caído el acuerdo laboral firmado a principios de mes. Argumentó que pasado el 15 de agosto la empresa no levantó los equipos de torre que se había comprometido en la adenda.
La petrolera controlada por el gobierno, que está ultimando detalles para reactivar una unidad de perforación de SP (hoy operado por AESA) en el área Manantiales Behr, respondió con otra carta en la que desestima el planteo del sindicato. Pero Ávila se mantiene firme y sostiene que el acuerdo (que mejora el costo laboral para YPF) no está vigente.
Al mismo tiempo, en Neuquén, Guillermo Pereyra, secretario del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de la cuenca Neuquina, habló la semana pasada con Claudio Moroni para pedirle que convoque a empresas petroleras y de servicios para reabrir la discusión por paritarias. El ministro de Trabajo lo cortó en seco, le negó tajantemente esa posibilidad y lo exhortó a que retome la negociación con YPF que abandonó hace 10 días.
Desencuentros
Pereyra, el dirigente petrolero menos combativo y con mayor vocación negociadora, había apostado a principios de agosto a llegar a un acuerdo rápido con la mayor petrolera del país. El CEO de YPF, Sergio Affronti, incluso se tomó un avión a Neuquén para encaminar cara a cara la negociación que, sin embargo, se frustró por la incapacidad de las partes en alcanzar un entendimiento. Existe, en ese plano, una evidente descoordinación en cuanto a los interlocutores elegidos para liderar el tema.
El gobierno tampoco ayuda. La conversación de YPF con los gremios venía torcida, pero cuando Moroni le firmó a Hugo Moyano un aumento del 30% para los afiliados de Camioneres terminó de desbarrancarse.
“¿Cómo podemos aceptar que un camionero que trabaja en el mismo yacimiento cobre un 30% más que un operario del gremio petrolero?”, argumentó Pereyra este fin de semana.
El líder sindical tiene responsabilidad importante en el estancamiento actual. Su característica de entrar y salir de las negociaciones, con un grado de imprevisibilidad importante, terminó por confundir a los interlocutores de YPF.
Hoy quedó en una posición incómoda: convocó a un paro de actividad para este jueves 27 de agosto si no hay una respuesta positiva de Affronti. En la práctica, lo que está pidiendo es que el Ministerio de Trabajo convoque a una conciliación obligatoria que fuerce a YPF a sentarse a negociar con los gremios con la apertura de paritarias como moneda de cambio.
No está claro qué hará Moroni. YPF no tiene ninguna unidad de perforación en actividad en Neuquén por lo que, en los hechos, Pereyra no tiene ningún equipo que parar.
- Lo que emerge con mayor notoriedad a cada día que pasa es que la ventana de oportunidad que se abrió con la caída del precio internacional del barril se cierra un poco más.
Cuatro meses después de que el precio del petróleo cotizara en negativo en EE.UU., el Brent tocara los 20 dólares, y el shock de la pandemia anulara la agenda sindical, la industria petrolera no logró aprovechar esa situación para lograr mejoras concretas en materia de eficiencia operativa y productividad laboral.
¿Hay tiempo aún para encaminar la negociación en los términos que pretendía YPF?
La conducción que encabeza Sergio Affronti tomó en mayo una decisión de peso, ambiciosa. Concentró para sí la representación del sector con los gremios. En esa estrategia excluyó deliberadamente a otras empresas para ganar en velocidad en la toma de decisiones. Atomizó a los sindicatos y fue cerrando acuerdos con cada uno de ellos. Así firmó adendas para bajar los costos laborales con algunos gremios: petroleros privados de Santa Cruz y Chubut, y Jerárquicos de Mendoza.
El objetivo final era lograr el aval de Neuquén. Pero el armado se trastocó cuando las negociaciones con Pereyra y Manuel Arévalo, secretario del gremio de jerárquicos de la provincia, se empantanaron. YPF aspira a reactivar las negociaciones. En esa clave, Pablo Iuliano, vicepresidente de Upstream No Convencional de YPF, llamó a los gremios a retomar el diálogo en entrevistas que mantuvo que los diarios Río Negro y La Mañana de Neuquén.
La aspiración de Affronti es noble: quiere que Iuliano, un ingeniero con vasta experiencia en el desarrollo de Vaca Muerta y un conocedor del área operativo en los campos petrolíferos, sea el nuevo interlocutor con los gremios. No es una tarea sencilla y menos en un escenario de crisis como este donde la confianza cobra aún más valor. Carlos Alfonsi, un histórico de YFP que hoy ocupa formalmente la vicepresidencia de Laborales de la empresa, se mantuvo al margen de las tratativas.
Este fin de semana YPF logró que el resto de las grandes petroleras —PAE, Tecpetrol y Chevron, entre otras que integran la Cámara de Productores (Ceph)— respalden la convocatoria a los gremios con foco en mejorar la productividad laboral.
Consultados por EconoJournal, la mayoría de los dirigentes gremiales se mostraron sorprendidos por la estrategia de la industria. “Quieren negociar con nosotros por la prensa. Es raro. Debatir una negociación sindical por los medios no es lo más común. Lo más lógico hubiese sido sacar el tema de los medios y convocar a una mesa conjunta con todos los sindicatos para acercar posiciones”, explicó un colaborador directo de Pereyra.
El líder del sindicato neuquino buscó en estos días tender puentes con sus pares de otros gremios. Se comunicó por teléfono con dirigentes de Santa Cruz y Chubut para juntar fuerzas y presionar al gobierno para que reabra la mesa de paritarias. Habrá que seguir de cerca también cómo juega Dario Martínez, flamante secretario de Energía, que como neuquino probablemente busque involucrarse en las negociaciones con los gremios de la provincia. Martínez no tiene una buena relación con Pereyra, su vínculo apenas es formal, con lo cual no está claro qué valor puede aportar.
¿Cómo concluirá el conflicto con los sindicatos?
Pereyra negoció —a diferencia de otros sindicatos— la continuidad del acuerdo bajo el paraguas del artículo 223 bis (por el cual los trabajadores que están en casa sin actividad cobran el 60% del salario neto que percibieron en febrero) hasta el 31 de agosto. Eso significa que el gremialista neuquino está cubierto, en los hechos, hasta el 30 de septiembre. Ávila, Arévalo y Claudio Vidal (Santa Cruz), entre otros, deben firmar la continuidad de ese esquema esta semana. Se descuenta que habrá algún tipo de continuidad.
Más difícil es pronosticar qué sucederá con la intención de YPF de reducir el costo laboral real para mejorar la eficiencia y productividad. En ese punto, lo más probable es que la negociación con los gremios deba incluir el reconocimiento de algún ajuste por paritarias, mínimamente del 16,2% que reclaman los sindicatos por aplicación de la cláusula de revisión por inflación incluida en el acuerdo del año pasado. Dos meses atrás ese tema ni siquiera estaba en agenda y los sindicatos incluso estaban de acuerdo en postergar la discusión salarial hasta 2021.
Fuente: Econojournal