Países como México que aún se están en vías de desarrollo deben propiciar la inversión en proyectos sustentables que den beneficios sociales, ambientales y económicos, opina Alejandra Vargas.
Además, también trae muchos beneficios económicos, por ejemplo, propicia precios más competitivos, reducción de tarifas de algunos servicios como luz, agua y gas y ayuda a generar empleos de forma directa e indirecta.
Por lo anterior, varios países han decidido invertir cada vez más en esta industria, que, aunque aún es joven, ha crecido rápidamente a nivel mundial. Según el Informe de Tendencias Global en la Inversión en Energía Renovables 2019, la capacidad instalada en energía renovable se cuadruplicó en la última década, pasando de 414 GW a 1,650 GW, y generando con las renovables un 12.9% de la electricidad mundial en 2018, evitando más de 2,000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono, lo que ayuda a disminuir el impacto ambiental. En este crecimiento, destaca la energía solar, la cual obtuvo una inversión de 1,300 millones de dólares (mdd), aproximadamente la mitad del total invertido.
Los costos de las energías renovables también se han vuelto más competitivos, disminuyendo el costo nivelado de electricidad en 81% desde 2009 para el caso de la energía solar fotovoltaica y del 46% la eólica.
Uno de los países que podríamos considerar más avanzados en estos temas es Alemania, el cual tiene como meta en diez años producir dos tercios de su energía a través de fuentes renovables, con lo que demostrarían que países industriales pueden eliminar el carbón y energías que dañan el medio ambiente sin comprometer su desarrollo económico, lo que daría pie a que en un futuro la solución no sólo se concentre en invertir en energías renovables, si no en dejar de invertir en energías fósiles.
Otro ejemplo internacional es China, que es el país que más ha invertido con un monto que asciende a USD$758.0 millones entre 2010 y 2019, seguido de Estados Unidos 356 mdd y Japón con 202 mdd.
México, por su parte, enfrenta grandes retos en materia energética, sin embargo, se ha subido al barco y se comprometió en los Acuerdos de Paris a reducir sus emisiones del sector industrial, con el compromiso de generar el 35% de su energía mediante energías limpias para 2024 y 43% para 2030. Con ello, podríamos encontrar en un mayor impulso en la inversión en energías renovables.
Es una excelente solución para agilizar el logro de esta meta ya que geográficamente México es un país privilegiado por los recursos naturales con los que cuenta, por lo que podría dar un amplio portafolio de energías renovables o por lo menos las que hasta ahora son más demandadas como la solar o eólica, lo cual ayudaría a que la energía llegara a más consumidores a precios más competitivos, trayendo beneficios tanto económicos como sociales a la población.
Los esfuerzos realizados hasta ahora a nivel mundial, aunque han sido muy significativos, aún no son suficientes para combatir el cambio climático, por lo que se esperaría que en los próximos años se intensifiquen las inversiones en este sector, así mismo los países que estén más adelantados son los que más se beneficiarán, generando un mercado más competitivo, mejorando su medio ambiente, crearán fuentes de empleo y darán una mejor calidad de vida a sus habitantes.
Es de suma importancia que países como México que aún se encuentra en vías de desarrollo propicien la inversión en proyectos sustentables que den beneficios sociales, ambientales y económicos. No incluirlos en los planes de desarrollo sería un gran error ya que se perdería la oportunidad de estar a la vanguardia en un sector primordial para el desarrollo del país.
En conclusión, como bien dice la directora Ejecutiva del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente “Invertir en energía renovable es invertir en un futuro sostenible y rentable”.
Fuente: Expansion