En el inicio de la cuarentena, las fábricas de 0 km no estaban autorizadas a producir. Para el ministro Kulfas, podrían seguir operando pero la decisión la tiene Presidencia.
También apuestan al impacto económico negativo que tendría un retroceso en la flexibilización del aislamiento. Más del 70% de los vehículos que se producen se exportan, lo que genera un ingreso genuino de dólares. La vuelta a la actividad significó también que las empresas dejaran de recibir la asistencia estatal para el pago de salarios (ATP), algo que el Gobierno busca reducir por el impacto fiscal que produce.
En caso de obligar a las empresas a cerrar tendría que reponerlo. De lo contrario, no habría otra salida que suspender a todo el personal de las empresas afectadas. “No hay posibilidad de volver atrás. Sería una locura. Costó mucho volver a poner todo el engranaje con los proveedores para tirarlo por la ventana”, alertaron en otra terminal.
La situación de los autopartistas es el otro tema a tener en cuenta. El reinicio de la actividad fue problemático debido a las exigencias para cumplir con los protocolos. Hay empresas que recién fueron autorizadas a abrir sus plantas la semana pasada, por lo cual sería al menos desprolijo que las obligaran a parar la producción. A esto se suma la situación económica de las empresas. Una encuesta realizada por la asociación que agrupa a estas industrias (AFAC) señaló que el 16% de las compañías prevén presentarse en concurso preventivo una vez que se levante la cuarentena como consecuencia de estos meses sin actividad.
Fuente: Ambito