En las concesionarias estiman que el mercado superará en junio las 30.000 unidades, un fuerte repunte respecto de mayo. Preocupa el desabastecimiento de 0 km por trabas para importar.
La situación se repite en toda la red comercial. A esto se suma la incertidumbre en materia de precios. Algunas marcas cambiaron las condiciones comerciales con sus concesionarias oficiales y no permiten “congelar” precios a los clientes por vehículos que no tengan disponibilidad y puedan demorar 60 días o más para la entrega. Eso hace que muchos compradores se resistan a avanzar con una operación con “precio abierto”. En una situación de normalidad se podrían concretar más ventas. “La experiencia muestra que si el interesado en comprar un auto no lo puede hacer en ese momento, no es seguro que venga un mes después a hacerlo. Es un cliente que se pierde…”, explicó un vendedor.
Si bien hay más de 80.000 vehículos en stock, muchos de ellos no son los que está demandando el público. Cómo esta demanda está sostenida por una fuerte distorsión cambiaria, los compradores son, particularmente, gente con ahorros en dólares que apuntan a modelos de segmentos altos que, en su mayoría, están agotados. La reposición de estos modelos será lenta ya que las fábricas en el resto del mundo están recién comenzando a volver a producir y demorará al menos un par de meses retomar la actividad normal.
La mayor parte de los autos importados vienen de Brasil. En ese país la situación del coronavirus se está agravando y muchas plantas no están funcionando. A esto se suma que la Argentina está frenando los ingresos de vehículos del exterior mediante la demora en la aprobación de los permisos aduaneros, conocidos como SIMI, tal como adelantó Ámbito. Se estima que hay unas 10.000 unidades en el puerto esperando para entrar. Esto está ya causando malestar en las automotrices de ese país y se lo están planteando al presidente Jair Bolsonaro. La preocupación en las fábricas argentinas es que este conflicto vaya escalando y haya represalias del país vecino para el ingreso de autos producidos en el país.
Fuente: Ambito