Recortaron la extracción porque ya no hay dónde almacenar el crudo. Eligen la venta afuera casi a pérdida ante la parálisis en las estaciones de servicio
La máquina petrolera, tras entrar en etapa de tropezones a partir del estallido de la pandemia, ya va camino al piso. Interrumpida la demanda de naftas casi en su totalidad, y con una capacidad de almacenamiento prácticamente a tope, las compañías del segmento comenzaron a implementar medidas drásticas para achicar el rojo provocado por la cuarentena.
Bajo la modalidad del achique o, directamente, la parálisis de la actividad, las empresas que juegan fuerte en la extracción apuntan a aminorar el exceso de producción en un contexto de demanda inexistente. En ese sentido, la estatal YPF viene marcando los tiempos con la reducción de su actividad en Loma Campana, su carta fuerte en Vaca Muerta.
La firma redujo 50 por ciento su ritmo de explotación, que bajó a 21.000 barriles diarios, según indicaron a iProfesional fuentes del sector. Vista Oil es otra de las empresas que detuvo movimientos: en su caso, en Bajada del Palo Oeste, área de operaciones siempre en el reservorio de no convencionales.
Shell, en tanto, ya tiene a tope la capacidad de evacuación del oleoducto Oldelval, por lo que sólo se limita a extraer una cantidad de producto con vistas a la eventual exportación. Esta empresa mantiene a nivel global la estrategia de desacelerar la refinación como forma de compensar las pérdidas por la menor demanda de crudo.
Entre los actores más pequeños el panorama es el mismo. Oilstone, por ejemplo, informó a través de su director comercial, Mauricio Russo, que tiene capacidad de almacenamiento para 10 días más. Y que luego de ese lapso deberá paralizar sus pozos.
Recientemente, este medio también expuso declaraciones de ejecutivos de Petróleos Sudamericanos que anticiparon la acción de “restringir o cerrar campos por un exceso de producción de petróleo”.
“Podés hacer alguna exportación a precios irrisorios para sacar un poco de stock, pero si no se reactiva la demanda volvés a llenar las terminales. ¿Qué hacés con eso? Es vital el movimiento”, dijo al respecto Alfredo Bonatto, CEO de la compañía.
Por su parte, el viernes 3 de abril, la petrolera Roch frenó las actividades de extracción y producción de hidrocarburos que lleva a cabo en la provincia de Tierra del Fuego.
La compañía expuso que llegó a esta decisión afectada por la fuerte caída de la demanda de combustibles que generó la cuarentena obligatoria dispuesta por el Gobierno.
Cierre de refinería y derrumbe de naftas
Como ya señaló iProfesional, las actividades de producción de petróleo crudo detenidas por Roch se concentraban en el yacimiento San Martín, que ostentaba un nivel cercano a los 10.000 metros cúbicos mensuales.
En la actividad señalan que San Martín lideraba con comodidad los números de extracción petrolera a nivel país. Roch también alegó complicaciones logísticas para canalizar las ventas de crudo derivadas de las medidas adoptadas por el Gobierno para combatir el coronavirus.
A la par de estas maniobras, en la última semana YPF también avanzó con otra medida de envergadura: paralizó su refinería en Plaza Huincul, provincia de Neuquén. Dichas instalaciones abastecen a estaciones de servicio en Río Negro, Neuquén, La Pampa, Chubut y también parte de la provincia de Buenos Aires.
En el ámbito del expendio dan por descontado que la cuarentena extendida también motivará el freno de plantas similares pertenecientes a otras compañías.
“Sabíamos que esto iba a pasar. Las ventas se cayeron de una forma que tienen que parar refinerías porque están llenos los tanques. Es de esperar que, al igual que YPF, todas las empresas hagan lo mismo porque están en igual situación”, dijo a iProfesional Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA, la confederación que integra a los comercializadores de combustibles.
“El nivel de actividad sigue en la caída del 90 por ciento. No hay mayor consumo. Necesitamos que nos consideren igual que al resto de las pymes. Porque estamos trabajando como si fuera el 100 por ciento de las ventas, pero estamos en un 10 por ciento. Pedimos un gesto del Gobierno que nos incluya dentro de todos los beneficios fiscales que les van a dar a las pymes porque somos eso”, añadió.
Nada de este parate en la venta de combustibles y la extracción de crudo pasa desapercibido para los gremios de la actividad hidrocarburífera.
“Sabemos que las refinerías están colmadas, claro que sí”, sostuvo ante iProfesional Guillermo Pereyra, secretario general del sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, La Pampa y Neuquén. El dirigente reiteró que los efectos de la pandemia en la demanda internacional de crudo y la comercialización de naftas dentro de la Argentina “mantiene en situación de riesgo laboral a más de 20.000 operarios”.
“Por eso seguimos en conversaciones tanto con el Ministerio de Trabajo como con las empresas para que nuestros compañeros puedan transitar este momento sin complicaciones. Muchas petroleras ya operan con guardias mínimas en los yacimientos pero entendemos que todo se irá normalizando cuando al fin termine la cuarentena”, dijo.
“Las compañías con refinerías y estaciones de servicio dejaron de comprarles crudo al resto de las petroleras que hacen extracción pero no tienen una estructura integrada. Pluspetrol y Chevron bajaron el ritmo hasta quedarse produciendo a la mínima potencia. Confiamos en que esto se revertirá pronto. Tenemos 20.000 compañeros sólo en nuestro gremio que están esperando la normalización”, enfatizó.
Vender afuera como alternativa
Como forma de atenuar de alguna forma la nula comercialización fronteras hacia adentro, las petroleras vienen intensificando sus pedidos para que se les permita incrementar las exportaciones de crudo, sobre todo a la región.
En ese sentido, fuentes de la Secretaría de Energía aseguraron a iProfesional que las compañías sólo en lo que va del mes de abril triplicaron sus solicitudes ante la dependencia de Gobierno.
“La cantidad de recursos presentados creció considerablemente porque las empresas entienden que vender afuera es una alternativa a la comercialización casi nula dentro del país. La Secretaria, a tono con esto que ocurre, está tratando de colaborar agilizando los trámites”, comentaron las voces consultadas.
“Marzo ya venía con una subida relevante, pero en abril se volvió una tendencia predominante. Las empresas prefieren vender el crudo afuera aunque se lo pague menos que en Argentina -alrededor de 20 dólares el barril, descontando retenciones y otros impuestos, versus los más de 40 a nivel interno- que quedarse en esta situación de parálisis. Veníamos de ocho pedidos de permisos de exportación a casi 25 solicitudes”, añadieron.
Desde la dependencia oficial aseguraron a iProfesional que “todas las empresas que extraen petróleo” han solicitado permiso para exportar en las últimas semanas. “La prioridad, claramente, es evacuar la producción de crudo de alguna manera. Prefieren colocarlo en el exterior aunque no convenga tanto en términos de precio del barril antes que parar por completo los yacimientos”, se indicó.
“La única forma de seguir bombeando el crudo de alguna manera en los campos productivos es, justamente, evacuando parte de lo que se extrae. La Secretaria de Energía sigue muy de cerca lo que está ocurriendo en la Patagonia con los yacimientos que empezaron a frenarse. Por eso los permisos también están siendo liberados con más velocidad. Pero en este contexto general, con la preocupación concentrada en el control de la pandemia, no se puede hacer más que esto”, concluyó la fuente.
Fuente: Iprofesional