En pleno coronavirus y discusión de los sueldos de la política, el Gobierno avanza en el recambio de los directivos en empresas y representantes del Estado.
El Gobierno busca reemplazar a los directivos de YPF que dejó el macrismo en medio de la discusión entre el Ejecutivo y las grandes compañías de cómo afrontar la crisis por el coronavirus. La Rosada cree que el papel de los actuales gerentes no fue el adecuado ni antes ni después de la crisis y se espera el visto bueno de Alberto Fernández los próximos días para que haya un nuevo presidente y CEO.
Después de que se expusiera que los directores del Estado en las empresas aún no habían cambiado desde el 10 de diciembre, el Gobierno espera cambiar la cara de la relación con las empresas y el rol de las mismas. Precisamente, en aquellas firmas donde el Estado tiene presencia es donde debería haber más avances en línea con la Rosada. En eso insistieron esta semana cercanos a Alberto Fernández, justamente con la nómina en mano de quienes aún representan a la Anses en esas compañías con honorarios altos (más que un ministro), mientras que una parte de la sociedad le empezó a reclamar a “los políticos” que se bajen los sueldos durante la cuarentena por el coronavirus.
En esa sintonía, Alberto Fernández ya entevistó a distintos candidatos a reemplazar a los actuales directivos, y ahora se espera el visto bueno de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, para avanzar en la misma sintonía. “Que sea íntegro y conocedor de Vaca Muerta” dijeron desde el oficialismo. La intención es que se vuelva a una cabeza que se enfoque más en la producción vertical y en la investigación. Hasta ahora, según denuncian los propios técnicos de la petrolera que quedaron, la cúpula actual se enfocó en la explotación sin exploración y, principalmente, en marketing.
Los apuntados son el CEO de YPF, Daniel González, y el presidente, Miguel Gutierrez, que presentó su renuncia hace unos días junto al ex secretario de Energía de la Alianza que gobernó hasta 2001, Daniel Montamat, y Carlos Alberto Felices. La “auditoría” interna aumentó desde que la Comisión Nacional de Valores (CNV) que entrarían como nuevos directores titulares Héctor Recalde, Celso Jaque y Ramiro Manzanal, al menos hasta la elección de nuevos directores por parte de la asamblea de accionistas.
A fines de abril se repasará en la asamblea de accionistas con los errores de la gestión: la acción está en su piso histórico, hubo pérdidas de producción y reservas y la compañía está cada vez más endeudada.
Hoy, en medio del coronavirus, al Gobierno le preocupa que las acciones estén en su nivel más bajo histórico y que las ventas cayeron, pero consideran imprudente y exagerada la revelación que hizo el CEO de YPF, Daniel González, que dijo en un video para los trabajadores en donde insistió en que las ventas de la petrolera cayeron un 70% en los primeros días de la cuarentena. Durante su gestión quedaron también en duda muchas de las compras y contrataciones, especialmente las relacionadas a sus negocios previos: energías eólicas y alternativas de la cual su fondo de inversión (Royathin) es accionista .
Los malos números de YPF fueron acompañados de escándalos. Los ojos están puestos principalmente en el área de marketing. Ahí, el encargado de dirigir ese área durante el macrismo, Carlos Menéndez Behety, primo de Marcos Peña, decidió pagar licitaciones por más de $100 millones para gastos de marketing de la compañía, poco después de que Alberto Fernández se haya impuesto por sobre Mauricio Macri en las elecciones.
Menéndez Behety ya tiene abierta una investigación por regalos a nombre de YPF y su estructura fue de las pocas que aumentó en la dirección de Cambiemos. Es decir, mientras la inversión en exploración caía, el área de Marketing aumentó su personal en un 40 por ciento. “Están más preocupados por vender sanguchitos en el YPF Full que de encontrar más recursos” decían en su momento de la compañía. Su presupuesto, además, se sobreejecutó en un 60% y buena parte del mismo se suaba para financiar fundaciones porteñas cercanas al macrismo.
Fuente: Minuto uno