La reglamentación del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones que se publicó este martes no definió aspectos esenciales para que las terminales automotrices puedan evaluar su entrada al programa creado por el gobierno para atraer capitales en el sector. La localización de partes nacionales y el nombre del fabricante generan confusión.
El Gobierno publicó esta semana la reglamentación del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), dando un paso más hacia la esperada aclaración de varios puntos que todavía no están completamente definidos, o comunicados, al menos en lo que concierne a proyectos para la industria del automóvil, que como ya se sabe, está abarcada por este programa de beneficios impositivos para nuevas tecnologías de propulsión, es decir para motorizaciones híbridas o eléctricas.
La reglamentación, sin embargo, sólo especifica aspectos relacionados con el modo de ingresar técnicamente y no avanza sobre las especificaciones que se deberán cumplir para que una inversión de la industria pueda aplicar. Hay dos aspectos que no están claros en los ejecutivos de las terminales argentinas y eso es lo que por el momento tiene “en pausa” el avance de nuevos proyectos: el contenido local que deben tener los vehículos y el nombre formal del fabricante.
Hasta el momento, lo que se sabe es que el RIGI admite proyectos de movilidad basada en motorizaciones alternativas y sustentables, y estipula un plazo de dos años para presentarlo y otros dos para hacer el 40% de la inversión, que debe ser de al menos 200 millones de dólares. La otra pauta conocida es que, para poder entrar en el RIGI, el vehículo con motorizaciones alternativas que se vaya a fabricar tenga al menos un 20% de partes o componentes locales.
La versión híbrida de un modelo diseñado para un motor de gasolina suele ser prácticamente igual al auto original, con algunas diferencias como el alojamiento de la batería, un diferente tanque de combustible de menor capacidad y los eventuales refuerzos estructurales para ese peso alojado en la parte inferior de la carrocería o sobre el chasis en el caso de las camionetas. Si el RIGI permite que se produzca una versión híbrida de un modelo ya existente, debe especificarse si el beneficio pasa a ser para toda la línea completa o si sólo es para la versión híbrida.
“Si se miran nuevas tecnologías, hay algunos requerimientos que hacen que se pueda tener un contenido local más bajo para poder exportar dentro del Mercosur. Entendemos que van a requerir que haya algo de esas nuevas tecnologías hechas en Argentina para aplicar al RIGI. Quizás sean las baterías, por ejemplo, pero eso permitiría llegar a ese contenido local”, comentaron desde una automotriz que espera conocer este tipo de detalles para evaluar una versión híbrida de un producto que hoy se fabrica con motor de combustión interna.
Cuando se trate de un modelo completamente nuevo, como sería el caso de la pick-up compacta Renault Niágara Concept, un vehículo cuya plataforma es multipropulsión de origen y admite tanto motores de combustible fósil como motores híbridos, ese 20% de partes locales se podrían cumplir con cualquier componente por fuera del sistema de motorización que tenga, tanto sean partes de carrocería como puertas, techo, guardabarros, chasis o equipamiento interior. Pero en el caso de un modelo existente que adopte propulsión híbrida, ese 20% podría requerir que sea parte de la motorización alternativa que forma parte del ítem de “nuevas tecnologías”.
“El RIGI tiene reglas claras por las cuales hay que tener plataformas diferentes y hasta sociedades diferentes. Entonces, para la industria es extraño porque habría que crear una nueva empresa, y no es lógico. Eso creo que está trabando los proyectos de la industria automotriz que no son un nuevo desarrollo para una minera que va a extraer litio. Es la misma compañía la que va a hacer un auto híbrido y, en muchos casos, usando la misma plataforma de un vehículo ya existente. Es un tema que está en la agenda y nos interesa mucho, pero todavía se está discutiendo”, explicó Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina a Infobae al ser consultado por la alternativa de producir en el centro industrial Pacheco, la versión híbrida enchufable de la pick-up Ford Ranger que se empezó a fabricar en Sudáfrica para abastecer al mercado europeo y norteamericano.
“Es un régimen general y la reglamentación es general. No hay expectativa que se reglamente detalladamente porque hay particularidades del sector que se verán en su momento en el proceso de evaluación que implementen y bajo el criterio de ese comité”, señalaron otras fuentes del sector.
Hace unos días, en el Salón de París, Luiz Fernando Pedrucci, CEO de Renault Latin América, se refirió al tema señalando que “como dijimos en el anuncio del Niágara Concept estamos hablando con el gobierno argentino respecto al RIGI, el beneficio para las innovaciones en esta tecnología lanzado recientemente. Estamos trabajando con ellos. El ministro de Economía, Luis Caputo, dijo en Twitter que este proyecto estaba incluido en el RIGI, nosotros confiamos en él. Pero todavía tenemos que avanzar en la aplicación y los procesos para llegar a la etapa final”.
El Gobierno publicó esta semana la reglamentación del Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), dando un paso más hacia la esperada aclaración de varios puntos que todavía no están completamente definidos, o comunicados, al menos en lo que concierne a proyectos para la industria del automóvil, que como ya se sabe, está abarcada por este programa de beneficios impositivos para nuevas tecnologías de propulsión, es decir para motorizaciones híbridas o eléctricas.
La reglamentación, sin embargo, sólo especifica aspectos relacionados con el modo de ingresar técnicamente y no avanza sobre las especificaciones que se deberán cumplir para que una inversión de la industria pueda aplicar. Hay dos aspectos que no están claros en los ejecutivos de las terminales argentinas y eso es lo que por el momento tiene “en pausa” el avance de nuevos proyectos: el contenido local que deben tener los vehículos y el nombre formal del fabricante.
Hasta el momento, lo que se sabe es que el RIGI admite proyectos de movilidad basada en motorizaciones alternativas y sustentables, y estipula un plazo de dos años para presentarlo y otros dos para hacer el 40% de la inversión, que debe ser de al menos 200 millones de dólares. La otra pauta conocida es que, para poder entrar en el RIGI, el vehículo con motorizaciones alternativas que se vaya a fabricar tenga al menos un 20% de partes o componentes locales.
La versión híbrida de un modelo diseñado para un motor de gasolina suele ser prácticamente igual al auto original, con algunas diferencias como el alojamiento de la batería, un diferente tanque de combustible de menor capacidad y los eventuales refuerzos estructurales para ese peso alojado en la parte inferior de la carrocería o sobre el chasis en el caso de las camionetas. Si el RIGI permite que se produzca una versión híbrida de un modelo ya existente, debe especificarse si el beneficio pasa a ser para toda la línea completa o si sólo es para la versión híbrida.
“Si se miran nuevas tecnologías, hay algunos requerimientos que hacen que se pueda tener un contenido local más bajo para poder exportar dentro del Mercosur. Entendemos que van a requerir que haya algo de esas nuevas tecnologías hechas en Argentina para aplicar al RIGI. Quizás sean las baterías, por ejemplo, pero eso permitiría llegar a ese contenido local”, comentaron desde una automotriz que espera conocer este tipo de detalles para evaluar una versión híbrida de un producto que hoy se fabrica con motor de combustión interna.
Cuando se trate de un modelo completamente nuevo, como sería el caso de la pick-up compacta Renault Niágara Concept, un vehículo cuya plataforma es multipropulsión de origen y admite tanto motores de combustible fósil como motores híbridos, ese 20% de partes locales se podrían cumplir con cualquier componente por fuera del sistema de motorización que tenga, tanto sean partes de carrocería como puertas, techo, guardabarros, chasis o equipamiento interior. Pero en el caso de un modelo existente que adopte propulsión híbrida, ese 20% podría requerir que sea parte de la motorización alternativa que forma parte del ítem de “nuevas tecnologías”.
“El RIGI tiene reglas claras por las cuales hay que tener plataformas diferentes y hasta sociedades diferentes. Entonces, para la industria es extraño porque habría que crear una nueva empresa, y no es lógico. Eso creo que está trabando los proyectos de la industria automotriz que no son un nuevo desarrollo para una minera que va a extraer litio. Es la misma compañía la que va a hacer un auto híbrido y, en muchos casos, usando la misma plataforma de un vehículo ya existente. Es un tema que está en la agenda y nos interesa mucho, pero todavía se está discutiendo”, explicó Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina a Infobae al ser consultado por la alternativa de producir en el centro industrial Pacheco, la versión híbrida enchufable de la pick-up Ford Ranger que se empezó a fabricar en Sudáfrica para abastecer al mercado europeo y norteamericano.
“Es un régimen general y la reglamentación es general. No hay expectativa que se reglamente detalladamente porque hay particularidades del sector que se verán en su momento en el proceso de evaluación que implementen y bajo el criterio de ese comité”, señalaron otras fuentes del sector.
Hace unos días, en el Salón de París, Luiz Fernando Pedrucci, CEO de Renault Latin América, se refirió al tema señalando que “como dijimos en el anuncio del Niágara Concept estamos hablando con el gobierno argentino respecto al RIGI, el beneficio para las innovaciones en esta tecnología lanzado recientemente. Estamos trabajando con ellos. El ministro de Economía, Luis Caputo, dijo en Twitter que este proyecto estaba incluido en el RIGI, nosotros confiamos en él. Pero todavía tenemos que avanzar en la aplicación y los procesos para llegar a la etapa final”.
Fuente: Infobae