Se trataría de un nuevo pasivo ambiental de YPF, detectado por productores de Maipú; se esperan los resultados del laboratorio por el impacto ambiental; alerta al plan de “minería sustentable” de Cornejo
Abrieron zanjas para reconducir el agua y brotó un líquido empetrolado. Lo preocupante es que el hallazgo se dio en una zona productiva de la provincia cuyana, en Lunlunta, Maipú, donde también existe desde hace décadas una importante actividad hidrocarburífera, como parte del reconocido yacimiento Barrancas, en el activo Cruz de Piedra. La alarma es mayor: el área puede inundarse ante eventuales crecidas del río Mendoza.
Esta situación, que fue denunciada en la Justicia y que ahora está bajo estudio de organismos oficiales, se trata de un nuevo pasivo ambiental de YPF de años anteriores, lo que ha generado todo tipo de suspicacias y cuestionamientos de la oposición, con un trasfondo político. Es que el descubrimiento, revelado por el medio local Mdz, se produce en medio de la fuerte apuesta del Gobierno mendocino en desarrollar la “minería sustentable”, una meta irrenunciable del gobernador Alfredo Cornejo (UCR) en su segunda gestión provincial, en la que promete un exhaustivo control ambiental, mientras busca inversores por el mundo. Ya pasó por Chile, Canadá Estados Unidos e Inglaterra.
Ahora, las investigaciones apuntan a determinar con exactitud el origen del derrame, que no había sido registrado por las autoridades, teniendo en cuenta el reciente anuncio oficial de que Mendoza cuenta con el 98,5% de sus pasivos ambientales saneados. De hecho, ahora, mientras avanza la causa así como las tareas de vigilancia y el monitoreo de todo el lugar, la petrolera estatal deberá profundizar los estudios y remediar el sector afectado, aunque hay temores de que se haya expandido o de que surjan más focos de contaminación en la región, en la margen norte del principal río de la provincia cuyana.
“Dado que la zona está en una región de alta sensibilidad y en un sector que puede ser inundado ante eventuales crecidas del río Mendoza, se han solicitado acciones de remediación urgentes para minimizar el impacto ambiental”, indicaron desde el Poder Ejecutivo mendocino.
Mientras avanza la causa así como las tareas de vigilancia y el monitoreo de todo el lugar, la petrolera estatal deberá profundizar los estudios y remediar el sector afectado.
Los cuestionamientos de los dirigentes opositores no se hicieron esperar. “Es un pasivo petrolero en un lugar productivo, en la tercera zona de riego de Mendoza. La petrolera debería haber sido controlada por la ministra de Ambiente de la provincia, Jimena Latorre, quien hasta hace muy poco, luego de ser denunciada, formaba parte del directorio de YPF; y en el Departamento General de Irrigación no hicieron nada. Gracias a los productores y a la inspección de cauce se dio a conocer y hay una denuncia penal. No pueden controlar una industria que vemos aquí, cerca, imagínense cómo van a controlar a una minera en el medio de la Cordillera de los Andes”, advirtió el abogado Marcelo Romano, exlegislador mendocino y uno de los asesores de los denunciantes.
El caso quedó en manos de la Fiscalía de Delitos Ambientales, y también es seguida por la Fiscalía de Estado, además de los pedidos de informe en la Legislatura provincial. “Es una nueva demostración de la falla de los controles y de la corrupción, con funcionarios de ambos lados del mostrador. Los últimos episodios de contaminación han sido detectados por los habitantes del lugar o por fuera de los controles; ni las empresas lo denuncian; después, lo reconocen. En Mendoza, los controles no funcionan. Hay un mecanismo de confundir y unificar las empresas que explotan la actividad con los organismos de control y el Gobierno; y está pasando con la minería, con Impulsa Mendoza. Es muy malo para la ciudadanía”, contó a este diario el diputado provincial Jorge Difonso, impulsor de la Ley 7722, que prohíbe el uso de las sustancias tóxicas en la minería, quien está tramitando un nuevo pedido de informes al Ministerio de Ambiente.
Desde el Gobierno provincial manejan el tema con cautela y preocupación, según indicaron a este diario, a la espera de los avances de la pesquisa, al tiempo que desde el Ministerio de Energía y Ambiente, a través de la Dirección de Protección Ambiental (DPA) activaron tareas de estudio del suelo, explicaron las fuentes consultadas, junto con estudios de laboratorio que está efectuando la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo). De igual forma, buscan calmar las aguas, asegurando que lo hallado, al menos hasta el momento, es un “pasivo ambiental chico”.
Ahora se esperan los resultados de estudios y los parámetros solicitados de control, tanto del Laboratorio de la UNCuyo como de Irrigación, para complementar con exactitud el perímetro que hay que remediar.
A la espera de la resolución judicial, ya se ordenó a YPF a realizar una remediación básica, que consiste en remover el material empetrolado y colocar barreras oleofílicas, que aíslan los líquidos contaminantes. Asimismo, de no cumplir con las tareas de remoción, monitoreo y de prevención de fugas recibirán una multa. “Hasta el momento se han realizado inspecciones y 14 calicatas, en las zonas aledañas al pasivo detectado. La realización de calicatas busca obtener parámetros de calidad de tierra y agua, y estos estudios están siendo analizados actualmente por el Laboratorio de la UNCuyo”, señalaron desde Ambiente, y agregaron: “Hoy, estamos esperando los resultados de estudios y los parámetros solicitados de control, tanto del Laboratorio como del Departamento General de Irrigación, para complementar con exactitud el perímetro que hay que remediar”. En este sentido, desde la cartera explicaron que la empresa declaró el nuevo pasivo o situación y presentó automáticamente un plan de remediación, y viene cumpliendo con los plazos exigidos por la DPA. “Si la empresa incumple con alguno de los plazos u obligaciones establecidos en el proceso por la DPA, se les aplicarán las sanciones correspondientes”, aseguraron desde el Gobierno.
En tanto, desde el Departamento General de Irrigación, señalaron que una escasa cantidad del material hallado entró en contacto con el cauce y que se han realizado análisis posteriores a la denuncia donde no se detecta la presencia de contaminación del agua, aunque se esperan los resultados integrales de laboratorio.
Todo comenzó en agosto cuando tomeros, inspectores de cauce y productores del lugar, junto con maquinistas, realizaron un zanjeo de la tierra para contrarrestar el efecto de las napas superficiales, ya que el exceso de agua suele saturar a las plantaciones, sobre todo de olivos y vides. El drenaje se hizo en dirección al río. Ocurrió lo que muchos temían, ya que no era la primera vez que sucedía algo similar en la zona: empezó a surgir barro viscoso, gris y negro, con un marcado olor a combustible.
En la industria también buscan llevar tranquilidad a la población y se enfocan en una hipótesis, mientras se esperan los informes concluyentes de lo ocurrido y de lo que pasa realmente en toda la zona. “Ese material posiblemente ha surgido porque el año pasado el río trajo mucha agua, crecieron mucho las napas y eso seguramente estaba abajo, se ha movido y ha salido. Esa zona está remediada desde 2023, con liberación de pasivos de esa zona. Esto es algo nuevo que surgió. Entendemos que fue una situación menor. Y puntualmente ese incidente ya se limpió, y hay que esperar los resultados de los estudios de toda el área. En la industria no es de magnitud, pero si sucedió no está bien y hay que remediarlo”, indicaron a LA NACION fuentes del sector petrolero, preocupados por el impacto que estos episodios suelen generar en la consideración popular sobre el cuidado del medioambiente. “En todo el mundo, el manejo en la explotación de los recursos fue evolucionando y mejorando, por eso es importante la remediación total de los pasivos que fueron quedando. Desde hace años, se extreman cada vez más las prácticas y técnicas que se utilizan. En esto, hay cada vez más responsabilidad”, acotaron.
Fuente: La Nación