El aumento del consumo se encuentra motorizado por una mayor utilización de gas natural en el sector de generación eléctrica, así como por el segmento industrial. Por el lado de la oferta, América del Norte abastecerá alrededor del 30% de la demanda global en 2030.
En 2023 se registró una disminución en el comercio internacional de gas, con una caída de las exportaciones del 2,5% interanual. Si bien las exportaciones de GNL aumentaron levemente respecto al año previo (+1,8%), la caída en las ventas externas a través de gasoducto fue más significativa (-5,8%).
En el último año se utilizó el 89% de la capacidad instalada de licuefacción a nivel mundial, estimada en 483 MTPA. Si se consideran los proyectos en construcción, hacia el año 2028 se incorporarían 169 MTPA de capacidad (+35%). El mayor incremento provendría de Estados Unidos (+78 MTPA), seguido en relevancia por Qatar (+31 MTPA) y Canadá (+16 MTPA).
Por su parte, en 2023 la capacidad instalada de regasificación fue de 1.012 MTPA, mientras que el factor de utilización alcanzó el 41%. Considerándose los proyectos en marcha, la capacidad crecería un 27% entre 2023 y 2030 (+271 MTPA). La gran mayoría de los proyectos se ubican en Asia Pacífico y, en particular, en China (+153 MTPA), mientras que la capacidad en Europa también aumentaría de manera significativa (+28 MTPA).
Los datos corresponden al último informe publicado por la consulta Economía & Energía (E&E) que dirige Nicolás Arceo. En ese reporte BP plantea dos escenarios energéticos para las próximas décadas, en los que la utilización de combustibles fósiles tendería a disminuir.
En el escenario Current Trayectory, la demanda de gas natural continuaría aumentando durante las próximas décadas, alcanzando un pico en 2045, cuando la demanda se ubicaría un 19% por encima del valor de 2022. A partir de allí, se estima que la demanda comenzaría a mostrar una tendencia levemente descendente.
En el escenario Net Zero, el pico de consumo se alcanzaría en 2025. A partir de allí, se reduciría hasta alcanzar en 2050 un valor 55% inferior al de 2022. Entre 2022 y 2035 se asistiría a una disminución del consumo del 40% en Europa, del 21% en América del Sur y Central y del 18% en América del Norte.
En ambos casos, el aumento del consumo se vería impulsado por los países emergentes de Asia (principalmente, China e India), asumiéndose una mayor incidencia del gas natural en la matriz de generación eléctrica.
“Las perspectivas para el gas natural dependerán de dos tendencias contrapuestas: en primer lugar, el aumento de la demanda en las economías emergentes (en el marco de su crecimiento económico e industrial), así como la sustitución de carbón por gas natural, combustible con menores emisiones, a nivel global. Y en segundo término, el desplazamiento hacia una mayor electrificación y utilización de combustibles con menores emisiones, en la medida en la que el mundo avanza hacia la descarbonización. El impacto neto dependerá de la velocidad de la transición energética”, señaló el informe.
Según las estimaciones de E&E, en el escenario tendencial, las importaciones de GNL continúan incrementándose en las próximas décadas, ubicándose en 2030 un 44% por encima del valor de 2022 y en 2040 un 73% por encima de 2022
En el escenario Net Zero, las importaciones de GNL también continúan incrementándose en la corriente década, ubicándose en 2030 un 33% por encima del valor de 2022. Las diferencias con el escenario anterior se observan a partir de la década de 2030, cuando las importaciones de GNL dependerán de la velocidad de la transición energética.
Durante lo que resta de la presente década, la fuerte caída en las exportaciones a través de gasoducto a Europa se mantiene, a la vez que las sanciones internacionales limitan la expansión en las exportaciones de GNL. La disminución de las exportaciones hacia Europa sólo es parcialmente compensada por incrementos en las exportaciones a través de gasoductos hacia China.
“La recuperación de las exportaciones rusas después de 2030 dependerá de la velocidad de la transición energética”, advirtió el reporte.
En el escenario tendencial, el gradual incremento de las exportaciones de GNL (en la medida en la que se diluyen las sanciones internacionales) en combinación con mayores exportaciones a través de gasoductos por fuera de Europa (centralmente China) ubicarían las exportaciones totales en 2050 levemente por encima de los niveles previos a la guerra.
Por el contrario, en el escenario Net Zero, la disminución en el consumo de gas natural a nivel global determina que sigan registrándose caídas tanto en las exportaciones a través de gasoductos como de GNL durante las próximas décadas.
Fuente: Mejor Energía