21/11/2024
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Dólar, deuda y reservas: el impacto del shock global en los planes del Gobierno

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Si bien el colapso inicial se moderó con el correr de la rueda, economistas y operadores advierten sobre un contexto internacional que suma problemas a la hoja de ruta de Luis Caputo, que ya era cuestionada por el drenaje de reservas.

El mercado duda de la hoja de ruta de Luis Caputo y el shock global suma incertidumbre.


 

El cimbronazo de los mercados globales de este lunes abrió nuevos frentes de preocupación para la economía argentina. A la frágil situación local ya le se habían sumado varios factores de lo que empezaba a soplar como un “viento de frente” externo para los planes de un Gobierno que, sin reservas, busca convencer al escéptico mercado de que puede sostener el esquema cambiario vigente y afrontar los abultados vencimientos de deuda externa de 2025. La moderación del impacto inicial del desplome de Japón llevó cierto alivio a los despachos del equipo económico, donde relativizaban las consecuencias.

La caída de los bonos soberanos y la suba del riesgo país se suman a la devaluación del real frente al dólar y la debilidad del precio de los commodities, dos problemas que ya venían encendiendo luces de alerta entre los analistas. La clave para calibrar la magnitud del impacto local será ver cuánto se extiende el sacudón financiero internacional. Pero ya de por sí el mercado considera que el frente externo plantea más dificultades para la hoja de ruta que vende Luis Caputo hacia una unificación cambiaria que no implique un salto devaluatorio.

Al cierre de esta nota, los números de pánico del mercado se habían calmado bastante, aunque seguían siendo negativos. El indicador de riesgo argentino elaborado por el banco JP Morgan, que a comienzo de la rueda superó los 1.700 puntos básicos, recortó las subas con el correr del día y, al cierre de la nota, subía 27 unidades hasta las 1.639. Los dólares financieros operaban con alzas de hasta 1,5%, pese a la moderación de la depreciación inicial del real y a la continuidad de la intervención cambiaria. En tanto, en los propios despachos oficiales señalaban que la vigencia del cepo ayudaría a amortiguar el impacto. La soja tuvo un leve rebote en Chicago, pero se mantenía en un nivel muy bajo (u$s383 por tonelada).

El desencadenante inicial fue el colapso de las bolsas asiáticas (con caídas diarias que superaron el 13%) ante la suba de tasas aplicada por el Banco de Japón, que cortó un multimillonario proceso de “carry trade” a escala global, apalancado en el crédito barato nipón. En medio de las preocupaciones por un posible escenario recesivo en Estados Unidos, los mercados europeos y Wall Street replicaban también importantes bajas, que en el caso del índice tecnológico Nasdaq rondaba el 3%. El pánico inicial en Estados Unidos tendía a moderarse al mediodía.

Viento de frente global y las dudas sobre el plan de Luis Caputo

En las mesas de la City ya circulaban a fines de la semana pasada distintos informes sobre el “viento de frente global”, que sumaba problemas a los planes del Gobierno. Quantum, la consultora de Daniel Marx, señalaba que “algunos cambios en las condiciones internacionales no favorecen a Argentina”. Y mencionaba el aumento de los spreads de tasa en los bonos de los países emergentes, apreciación del dólar frente a otras monedas y una caída del 10% en los términos de intercambio para el país.

Por su parte, Econviews, de Miguel Kiguel, enumeraba: caída de Wall Street y de las monedas emergentes, soja en torno a u$s380 y devaluación en Brasil, en un contexto de relativo atraso cambiario local y dificultad para acumular reservas. “En general los shocks externos son seguidos de corrección cambiaria, pero eso hoy es mala palabra porque todos los ojos están puestos en bajar la inflación. El tema es que, aunque el viento de frente no sea culpa del equipo económico, la realidad es la que es. En Chile cuando baja el cobre, baja el peso. Fingir que no pasa nada afuera te deja más vulnerable”, planteaba un informe Econviews.

En ese sentido, Claudio Caprarulo, director de la consultora Analytica, puso el foco sobre las dificultades adicionales que el frente externo le plantea al equipo económico para convencer al mercado de que es viable sostener el actual esquema cambiario. “El Gobierno enfrenta un contexto global muy adverso. A la baja en el precio de los commodities se suma una mayor presión sobre el tipo de cambio”, señaló y resaltó también la debilidad del real que, si bien atenuó la baja inicial de este lunes, arrastra una fuerte depreciación en los últimos meses.

Portfolio Personal Inversiones (PPI) también advirtió sobre el impacto en la estrategia de Luis Caputo: “La depreciación del real, que había iniciado previo a los acontecimientos en EEUU de la última semana por cambios en la política económica de Brasil, presiona a que el peso argentino se deprecie. No obstante, dado que el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial se mantiene en 2% mensual, el peso se aprecia artificialmente en contra de lo que indicarían los flujos de la región. Por lo tanto, el debilitamiento del real obliga a que la devaluación requerida para salir del cepo sea mayor. El fuerte deterioro de los términos de intercambio de Argentina, lo que se explica en gran parte por el precio internacional de la soja en mínimos reales en 18 años, también va en este sentido”.

¿Cuántos problemas sumará el cimbronazo de este lunes? “Me da la sensación de que es un shock temporario que se va ir corrigiendo con el transcurso de los días y tiene que ver con la suba de la tasa del Banco de Japón hace dos semanas, la apreciación del yen y el desarme de carteras de “carry” consecuentes. No veo que se haya ‘roto’ nada en el mercado y de hecho es saludable esta corrección. Obvio que a nosotros siempre nos pega la volatilidad de afuera pero presumo que es algo temporal y que a lo sumo puede durar hasta septiembre cuando la FED finalmente empiece a bajar su tasa”, le dijo a Ámbito Ramiro Tosi, director de la consultora Suramericana Visión y ex subsecretario de Financiamiento.

En tanto, el analista financiero Christian Buteler planteó que, en caso de sostenerse la suba del riesgo país, retroalimentará los problemas para afrontar los vencimientos de deuda por casi u$s20.000 millones del próximo año. “El plan A del Gobierno era volver a los mercados internacionales de crédito para pagar los vencimientos del año que viene. Para eso, habían proyectado tener un riesgo país en torno a los 600/700 puntos básicos, que la tasa americana estuviera en el orden del 3% (a principios de año se hablaba de hasta cinco bajas de tasas de la Fed este año) y, así, con una tasa local del 9% o 10% poder rollear toda la deuda 2025 y en adelante”, señaló en diálogo con este medio.

Y agregó: “Eso no sucedió y la segunda opción a la que ahora apela el Gobierno es hacer un repo. Pero hacer un repo en estas condiciones, con los mercados cayendo y haciendo un ‘fly to quality’, con tu deuda soberana en 40 centavos o 50 centavos por dólar, la verdad que se complica. Todavía falta y dependerá de cómo siga evolucionando este shock: si es algo puntual que soluciona en algunas semanas o si se sostiene y se abre un período de aversión al riesgo global, lo que complicaría el plan B”.

Lo cierto es que cualquier viento de frente externo, que excede a las decisiones de un gobierno, se monta sobre las fragilidades de la economía argentina y sobre una hoja de ruta planteada por Luis Caputo que no termina de convencer al mercado. La principal debilidad pasa por el rojo de las reservas netas del Banco Central (que son negativas entre u$s4.000 millones y u$s6.000 millones, según la metodología que se use) y la falta de perspectivas favorables para la acumulación de divisas ante el cierre de la cosecha gruesa y la intervención para contener la brecha con los dólares que compró en mayo.

 

 

Fuente: Ámbito

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