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Las pólizas aumentaron más de 100% en lo que va del año y las aseguradoras dicen que se debe al alza de sus costos; los clientes buscan abaratar su cobertura y la competencia es feroz.

 

El sector de seguros de autos en la Argentina atraviesa una coyuntura económica que hace crujir al sistema, con aumentos difíciles (o imposibles) de afrontar por sus clientes, con costos que se les disparan y con la capacidad cada vez más menguada de hacer frente al pago de los siniestros, que en algunos casos se ven incrementados por la proliferación del fraude.

Juan Carlos Mosquera, director de operaciones en Grupo Asegurador La Segunda y presidente de Aseguradoras del Interior (Adira), dijo que el sector de los seguros de automotores no está exento de las vicisitudes que se viven en el país. “Soportamos una inflación que tuvo su pico entre diciembre y marzo, junto con faltantes de repuestos, cubiertas y vehículos. Todo eso complica”, afirmó el directivo.

Mosquera indicó que una de las principales razones del incremento en las cuotas es el aumento que ha tenido en los últimos meses el precio de los autos. “Hubo subas importantes en el valor de los vehículos asegurados, y no es lo mismo responder por un auto de $5 millones que por uno de $10 millones. El asegurado sigue teniendo el mismo auto en su puerta, pero ahora vale el doble”, comentó el directivo.

En resumen, las razones de las subas en las pólizas son: 1) aumento del valor de los autos; 2) aumentos por encima de la inflación en el caso de los repuestos; 3) incremento de los siniestros, por menor inversión vial y envejecimiento parque automotor; 4) mayores fraudes; 5) judicialidad en aumento y sentencias más caras; 6) altos impuestos, y 7) falta de renta financiera positiva, derivada de la baja de las tasas.

A todo esto, se suma que la Superintendencia de Seguros de la Nación actualizó los valores de indemnización por responsabilidad civil, pertinente en los casos en que hay una muerte o lesionado: pasó de $40 millones a $80 millones.

Guillermo Bolado, abogado y exvicesuperintendente de Seguros de la Nación, advirtió que la solvencia de las aseguradoras está amenazada. “La solvencia de las aseguradoras está amenazada. La crisis económica aumenta los fraudes. Hay más autorrobos (cubiertas, por ejemplo, ejemplo) y siniestros inventados o exagerados que se pagan encareciendo el precio de las pólizas, desfinanciando el fondo de primas”, explicó el especialista.

Una fuente del sector, que prefirió el anonimato, señaló: “Para comparar incrementos de precios de los seguros con la inflación se deben tomar periodos más largos, por lo menos de 6 meses. Dicho esto, es real que el ajuste de precios de este mes [por junio] a nivel mercado fue mayor que la inflación y en promedio tiene lógica que sea entre un 50/80% mayor al IPC publicado el último mes”.

La misma fuente argumentó que los incrementos en los seguros se deben a que las frecuencias siniestrales están por encima de los niveles prepandemia, que los costos evolucionaron por arriba de la inflación y que, en el caso de los juicios, las sentencias imponen indemnizaciones superiores a las sumas aseguradas y adoptan criterios disímiles para aplicar tasas de interés –lo que contribuye a la asimetría de costos entre aseguradoras–.

Además, hay que tener en cuenta que la carga impositiva en el sector asegurador es de 36%, algo que se traslada en su totalidad al costo de la póliza. A esta cuenta se le debe sumar un 20% correspondiente a costos comerciales y otro tanto de gastos de administración. “Con lo cual, al fondo de prima le llega solo un 20%, y de ahí hay que sacar para pagar los siniestros”, agregó Bolado.

Para hacer más explosivo el coctel actual del sector, la renta financiera (fundamental para financiar el pago de siniestros)es inferior actualmente a la tasa de inflación, lo que agrega problemas que antes se superaban con las tasas elevadas. “Este tema es relevante, porque a las aseguradoras ahora solo les queda la opción de subir los precios para poder cumplir sus compromisos”, analizó Bolado.

Ahora bien, el cliente puede entender estos argumentos, pero eso no amortigua el impacto que le provoca recibir una factura que en algunos casos supera el 100% de incremento en lo que va del año. Para tener una referencia, un seguro contra todo riesgo para un auto de gama media, modelo 2018, pasó de $43.600 en enero a $169.000 en junio.

Por eso no extraña que los asegurados hayan empezado a reaccionar de diferentes maneras. “Algunos encontraron ofertas más convenientes (en el mercado de seguros hay 192 operadores compitiendo). Después hay que analizar por qué pueden dar ese precio. Lo que sería la compra de segundas marcas en el supermercado, acá se da con planes o coberturas más económicas. Hubo un traspaso de planes altos a planes más accesibles, pero obviamente con menor cobertura”, indicó Mosquera.

También están aquellos que se arriesgan y dan de baja su póliza, pero, como afirmó un productor de seguros, “es como jugar a la ruleta rusa, porque si llega a tener un accidente, aunque sea con daño parcial, puede llegar a perder el auto”. Aun así, muchos no encuentran otra opción que cortar por completo ese gasto.

Según datos del sector asegurador, el porcentaje del parque automotor que transita sin seguro alguno en la Argentina fue históricamente el 40%, cifra que aumenta en épocas de recesión económica.

Otra alternativa a la que recurren los asegurados es a acordar que se le baje el costo mensual de la póliza a cambio de fijar un monto más alto en concepto de franquicia (es el total de dinero que el asegurado debe asumir por cuenta propia para cubrir el costo de los daños generados por un siniestro, según el contrato pactado previamente con la compañía aseguradora).

Graciela Teston, gerente en La Mercantil Andina y vicepresidente de AIDA rama argentina (Asociación Abogados de Derecho de Seguros), dijo que el asegurador no puede trasladar a precio todo lo que debiera trasladar, porque hay un límite en lo que puede pagar el cliente. “Además, hay 192 compañías, con lo que, a diferencia de las prepagas, es un mercado muy atomizado, con diversos perfiles, en cuanto a su estructura, dimensión y solvencia, entonces la competencia entre una aseguradora y otras es muy dispar”, remarcó.

Claro que, según Teston, esta búsqueda de abaratar lo que se paga en concepto de seguro del auto también encierra sus riesgos. “Comprendo que el cliente muchas veces elige solo por el precio. Y el precio es importante, pero hay otras cuestiones que también deberían tenerse en cuenta, como la reputación, la solvencia, la responsabilidad”, concluyó la ejecutiva.

 

Fuente: LN