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El mensaje del ministro confirma la continuidad de la política cambiaria, insinúa que sigue el cepo y que el IPC duplicará al ritmo del dólar oficial.

 

En su adelanto del presupuesto 2025, Luis Caputo envió varias señales al mercado respecto de lo que vendrá. Y, si bien su intención es traer tranquilidad justo en un momento de volatilidad cambiaria, lo cierto es que no hizo más que confirmar algunos de los aspectos más criticados de su programa, como el atraso cambiario.

De hecho, lo que Caputo está admitiendo tácitamente es que el tipo de cambio oficial se atrasará todavía más, dado que mientras la cotización del dólar subirá apenas un 11% en el segundo semestre, la inflación que se acumule hasta fin de año será de un 33% -considerando que ya en el primer semestre se acumuló un 81%, entonces el IPC de todo el año estará en torno de 130%-.

En otras palabras, lo que está haciendo Caputo es ratificar su política de crawling peg de 2% mensual, precisamente cuando se intensifican las sugerencias y presiones para que pise el acelerador devaluatorio. Es algo que han hecho desde los dirigentes de gremiales industriales hasta los economistas críticos y también varios de los que han apoyado al gobierno, como el propio Domingo Cavallo, quien insiste en que este es el momento adecuado para dar un salto de 10% en la paridad.

Y Caputo, que ya varias veces había rechazado de plano estas sugerencias, aprovechó ahora la presentación del presupuesto para confirmar el mantenimiento de su línea: los $1.016 de diciembre implica que la “tablita” del 2% mensual no se tocará. El problema es que, en simultáneo, admitió que la inflación seguirá ubicándose bien por encima, en un promedio mensual de 4% hasta fin de año.

Esto implica que todos los precios de la economía, en dólares, estarán en diciembre un 16% más caros que hoy.

Es una situación que inquieta a muchos actores del mercado, empezando por los exportadores del agro, que -incluso cuando se mantenga la vigencia del sistema de incentivo “blend”- están descontentos con lo que les queda en el bolsillo luego de las retenciones. Hablando en plata hoy el tipo de cambio para los productores sojeros es de $670, lo cual explica por qué no se ve un ritmo más fuerte de liquidaciones.

En su mensaje de adelanto sobre el presupuesto 2025, Caputo confirmó la continuidad de la política de ancla cambiaria para frenar la inflación.

 

Un intento de Luis Caputo transmitir calma: ¿habrá devaluación?

 

Es posible que, desde el punto de vista del ministro Caputo, la ratificación de la política actual sea la forma de incentivar las exportaciones, porque le resta credibilidad a las versiones sobre una devaluación y, de esa manera, les hace ver a los productores el sinsentido de especular. Pero también hay posibilidades de que el efecto sea el opuesto al buscado, y que entre los empresarios del campo se exacerbe la actitud de mantener el stock en silobolsas y liquidar “a cuentagotas”, solamente en la medida en que se generan necesidades de cobertura financiera.

En definitiva, como ha ocurrido tantas veces en el pasado reciente, se recreará la pulseada entre un ministro y el negocio agropecuario, en la cual se terminará imponiendo quien cuente con mayor capacidad de resistencia en el tiempo. Toto Caputo se ha encargado de recordar que cuenta con margen como para perder hasta u$s4.000 millones de las reservas en los meses invernales, en una estrategia destinada a restar dramatismo a las ventas de divisas que en los últimos días tuvo que hacer el Banco Central.

Lo cierto es que la acentuación del atraso cambiario tampoco resulta del agrado del Fondo Monetario Internacional, que históricamente ha sido contrario a apoyar programas que impliquen un ancla cambiaria para bajar la inflación, y más bien ha propendido a priorizar el rápido equilibrio de la cuenta corriente, para lo cual suele recomendar la flotación del dólar.

La confirmación del atraso cambiario también preocupa a los industriales, que ven acentuarse la amenaza del ingreso de competencia importada a bajo precio. Aunque, por otro lado, también es cierto que el mantenimiento del crawling peg al 2%, sumado a la reducción de 10 puntos en el impuesto PAIS, tornará más barata en términos reales la compra de insumos y partes desde el exterior.

A pesar del dólar volátil, Luis Caputo muestra confianza

 

Con un dólar volátil y por encima de los $1.400, este anuncio de Toto Caputo tiene la intención de mostrar certidumbre y confianza en el camino trazado, justo cuando todos los aspectos del programa empiezan a ponerse en duda.

Especialmente, en el sensible tema del desarme del cepo cambiario, algo que en las entrelíneas del mensaje del ministro parece estar completamente descartado en lo que queda del año.

Se trata del tema que más críticas ha despertado, sobre todo desde la conferencia de prensa en la que Caputo, junto a Santiago Bausili, anunció que el centro de la gestión económica pasará ahora a un programa monetario en el que el Tesoro sea el encargado de responder por la liquidez excedente del sistema financiero.

Al confirmar la continuidad del crawling peg, Caputo pretende disipar las versiones sobre una devaluación y estimular a los sojeros a liquidar exportaciones

 

Así, la consultora 1816, comentó en un reporte que en el mercado se está empezando a comparar la gestión Milei-Caputo con el malogrado plan económico de Mauricio Macri, que había priorizado la normalización cambiaria, pero había avanzado más lento en el ajuste fiscal.

“Milei, mostrando una receta totalmente opuesta (shock fiscal, gradualismo en lo monetario/cambiario), tuvo el beneplácito del mercado en su primer semestre, pero hoy el mensaje que parecieran dar los inversores es que ‘no alcanza con resolver solo el cepo (como Macri) o resolver solo lo fiscal (como Milei), para que la economía funciones hay que resolver ambas cosas sí o sí y rápido’”, observa la consultora.

Mientras, otros analistas ponen el foco en la política de reducción abrupta de las tasas de interés, que quebró la tendencia creciente de los depósitos en plazo fijo y trajo otra vez el apetito por el dólar en el mercado minorista.

No faltaron los análisis que pusieron en duda el clásico argumento de que la emisión monetaria destinada a la compra de dólares no es inflacionaria, dado que esas divisas luego salen de las reservas del BCRA cuando se pagan obligaciones, pero los pesos quedan en el mercado.

Fue en ese marco que surgieron observaciones no exentas de ironía en el sentido de que, a pesar de la gran “aspiradora de pesos” que se había propuesto Caputo, igual quedó en el mercado una masa de pesos lo suficientemente grande como para llevar al dólar desde los $1.000 hasta los $1.400.

Uno de los que argumentó al respecto fue Gabriel Caamaño, director de la consultora Outlier, quien observó el aumento en la velocidad de circulación de los pesos como una forma endógena de creación de dinero, y que resulta como consecuencia directa de la reducción de las tasas.

Las señales que ve el mercado en el plano fiscal

 

Pero las dudas del mercado no se limitan a lo cambiario. También en el plano fiscal, supuestamente el más sólido de la gestión gubernamental, hay sospechas sobre deterioro para la segunda mitad del año.

El argumento de los críticos se vio reforzado por las cifras de recaudación de junio con superávit: otra vez los impuestos directamente ligados a la actividad comercial, como el IVA, tuvieron una caída en términos reales, mientras que los ingresos que están sosteniendo el superávit son temporarios, dado que se trata de tributos que van a desaparecer -como el impuesto PAIS- o que tuvieron ingresos extraordinarios por un efecto contable, como Ganancias.

El texto del presupuesto apunta también a desechar las dudas sobre el sostenimiento del superávit fiscal y pronostica una suba de 49% en la recaudación

 

Esta situación, sumada al agotamiento del efecto de licuación inflacionaria sobre las jubilaciones, fue lo que llevó a muchos economistas a calificar al superávit fiscal como imposible de sostener en el mediano plazo.

Pero Caputo, en su mensaje sobre el presupuesto, también decidió contestar las críticas. Por un lado, confirmó la eliminación completa del impuesto PAIS a partir del año próximo.

Por un lado, eso puede leerse como un guiño sobre el desarme del cepo cambiario. Pero además, en el plano fiscal, supone una señal de confianza en el sentido de que contará con las herramientas suficientes como para sustituir los ingresos que se deba resignar por este impuesto. Para ello, resultará fundamental el aporte que haga el impuesto a los ingresos -como se rebautizó a la cuarta categoría de Ganancias-, tras la reciente aprobación de la ley fiscal.

En su mensaje, Caputo previó que el año próximo la recaudación será un 49,7% superior a la de este año, en términos nominales. Y estima que, en términos de PBI, eso implicará una caída de 0,67%. La señal entrelíneas es que se avanzará más en el recorte del gasto, de manera tal que siga habiendo superávit en cantidad suficiente como para que el Tesoro pueda hacer frente a los pagos de interés.

 

Fuente: Iprofesional