Hay precios a la baja para el productor y bajísima demanda en los mostradores. La recesión se siente a pleno y se podrían cerrar granjas.
Por eso, Uccelli impulsó desde las redes sociales una campaña en la que propone que los productores no vendan el capón a menos de $1000/kilo más IVA”. Es que según el analista, desde el pasado mes de abril el productor atraviesa grandes dificultades y está afrontando una baja en el precio del capón que es la más importante de los los últimos 10 años.
Lo que explica Uccelli también lo confirma ROSPORC, el mercado porcino que impulsa la Bolsa de Comercio de Rosario. El precio del capón disminuyó un 19% en lo que va del año y ya compromete la rentabilidad del sector. Según el índice mencionado, el precio del kilo vivo porcino viene en caída y en la comparación interanual el incremento apenas llega al 175,4 % cuando la inflación se ubica claramente muy por encima de ese valor.
El productor de cerdos en la Argentina no sólo viene perdiendo desde hace tiempo poder de compra, sino que además de la baja rentabilidad hoy sufre con creces la retracción en la demanda. El panorama es realmente desalentador.
Sector porcino: por los altos costos, los números no cierran
Un cálculo que se hace históricamente para saber si el precio que reciben los productores porcinos es positivo se basa en el índice capón/maíz, donde se mide la relación del capón con un mix de 5 kg de maíz y 2 kg de soja. Hoy en día, el ratio capón / maíz + soja sufrió una fuerte reducción del 22 % desde que comenzó el año y por debajo de los valores promedio de los últimos años.
Hacia fines de 2023 existía una “igualdad teórica” entre ambos precios, pero el valor del mix se ubicó en $ 1.352,1 en la última semana, mientras que el kilo de cerdo vivo se posicionó en $ 1.049,5/kg; esto deriva en un “retraso teórico en el valor de los cerdos”.
La producción local de cerdos en la mira
Luego de un récord de producción y consumo en el año 2023, los indicadores del sector porcino fueron negativos durante el primer trimestres del año. La producción acumuló 174.000 toneladas, retrocediendo un 2,4% interanual y el consumo per cápita disminuyó casi en 1 kg. por habitante en relación con el año pasado, ubicándose en 15,2 kg por habitante por año. Esta importante contracción de la demanda, que supera a la disminución de la oferta, constituye el principal factor de preocupación e incertidumbre por parte de los productores y sin dudas explica la debilidad de los precios del capón. Será difícil salir de este espiral hacia la crisis.
La apertura de las importaciones le dieron un golpe de “knock out” a los productores porcinos que hasta ahora se mantenían en pie. Luis Picat, ex presidente de la Sociedad Rural de Jesús María y actual diputado nacional advirtió que “la tasa de desaparición de productores está en aumento y esos productores cuando dejan la actividad ya no regresan. El actual legislador por la provincia de Córdoba advirtió que los productores quedaron en una encrucijada porque el precio recién va a aumentar cuando caiga la oferta, es decir cuando cierren más granjas.
En las últimas semanas se llegó a pagar $800 por kilo vivo, lo que constituye el valor más bajo del mundo para la carne porcina, cuando el valor lógico -para una rentabilidad normal- debería ubicarse en $1600. Esto sólo podría ocurrir con una nueva política exportadora y la apertura de nuevos mercados, algo que el Gobierno comenzó a hacer con Uruguay, aunque con Brasil en el medio no pareciera ser una propuesta esperanzadora.
Fuente: Ámbito