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La demanda global crece a la par de las tensiones comerciales y militares en diferentes puntos del planeta.
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Cómo sacar provecho de este escenario.
El segundo trimestre de 2024 presenta un escenario complejo para la inversión en energía y petróleo, marcado por una demanda global robusta, precios volátiles y -principalmente- riesgos geopolíticos. Pero si bien hay desafíos, también existen grandes oportunidades.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la demanda mundial de petróleo crecerá en un 1.3% en 2024, impulsada por la recuperación económica global, el aumento de la actividad industrial y el crecimiento en mercados emergentes como China e India. Se espera que este crecimiento continúe en el segundo trimestre, con un aumento de la demanda de 1.2 millones de barriles por día (mb/d).
Los precios del petróleo han experimentado una importante volatilidad en los últimos meses, fluctuando entre $80 y $120 por barril. Esto se debe a una serie de factores, incluyendo la posible liberación de reservas estratégicas de petróleo por parte de Estados Unidos y otros países, la evolución de la guerra en Ucrania y las negociaciones del acuerdo OPEP+.
La guerra en Ucrania ha generado problemas en el suministro de energía, especialmente en Europa, y ha contribuido al aumento de los precios del petróleo y el gas natural. Las sanciones occidentales a Rusia han reducido la oferta de petróleo en el mercado global, mientras que la demanda de Europa por gas natural licuado americano ha aumentado considerablemente, presionando los precios al alza.
Se espera que esta volatilidad continúe en el segundo trimestre, ya que estos factores siguen siendo inciertos. Sin embargo, la demanda robusta de petróleo debería actuar como un soporte para los precios, evitando que caigan demasiado. El riesgo radica en que la liberación de reservas estratégicas o un aumento inesperado de la producción de la OPEP+ podrían presionar los precios a la baja.
Las tensiones geopolíticas en otras regiones, como el Medio Oriente, también podrían afectar el mercado energético global. La inestabilidad en países como Yemen, Libia e Irak podría interrumpir la producción de petróleo y presionar al alza los precios. Además, las tensiones entre Estados Unidos y China podrían afectar la cooperación en el sector energético, lo que podría tener un impacto negativo en los precios y la inversión.
A pesar de los desafíos, existen oportunidades de inversión atractivas en el sector energético para el segundo trimestre de 2024. La clave es la diversificación de cartera según el tipo de activo.
En primer lugar se encuentran las empresas petroleras con fundamentos sólidos y exposición a mercados estables. Estas compañías con producción estable, reservas significativas y un historial de dividendos sólidos podrían ofrecer retornos atractivos a largo plazo, especialmente si operan en regiones estables geopolíticamente. Ejemplos incluyen ExxonMobil (XOM), con una capitalización de mercado de $347 mil millones y una producción diaria de 3.7 millones de mb/d, principalmente en Estados Unidos y Canadá; Chevron (CVX), con una capitalización de mercado de $352 mil millones y una producción diaria de 3.2 millones de mb/d, con presencia en Estados Unidos, Europa, África y Asia; y BP (BP), con una capitalización de mercado de $192 mil millones y una producción diaria de 3.8 millones de mb/d, diversificada en Europa, América del Norte, África y Medio Oriente.
Por otro lado se encuentran las empresas de gas natural con enfoque en mercados de alta demanda. El gas natural se posiciona como una alternativa más limpia al carbón, lo que podría impulsar la demanda a largo plazo, especialmente en regiones con políticas de transición energética ambiciosas. Empresas como Cheniere Energy (LNG), con una capitalización de mercado de $35 mil millones y una capacidad de licuefacción de 43 millones de toneladas métricas por año (mtpa), y Kinder Morgan (KMI), con una capitalización de mercado de $104 mil millones y una red de gasoductos de 83,000 millas, podrían beneficiarse de esta tendencia. Sin embargo, es importante considerar los riesgos geopolíticos en regiones clave de producción y consumo de gas natural.
Finalmente están las empresas que se orientan a las energías renovables. La transición hacia una economía baja en carbono ya es una realidad y esto crea oportunidades en el sector de energías renovables. Empresas como NextEra Energy (NEE), con una capitalización de mercado de $137 mil millones y una capacidad de generación de energía renovable de 29 gigavatios (GW), y First Solar (FSLR), con una capitalización de mercado de $23 Billones y una capacidad de producción de módulos solares de 16 GW, podrían beneficiarse de este crecimiento.
De las empresas nombradas, Exxon, Chevron y First Solar se pueden comprar en pesos, en Buenos Aires, ya que sus cedears cotizan en el mercado local.
La correcta selección y ponderación del portafolio, diversificando entre distintos segmentos de la industria de la energía, y considerando los eventuales riesgos geopoliticos puede derivar en retornos sustentables en el largo plazo.
Fuente: Clarín