- El presidente y CEO de la petrolera, Horacio Marín, detalló las previsiones que tiene para convertir a la Argentina en gran exportadora de energía.
- El país podría duplicar su producción de petróleo y gas en los próximos 7 años.
El presidente y CEO de YPF, Horacio Marín, transmite esperanza y denota capacidad de trabajo. Invita a soñar con una Argentina próspera y estable económicamente.
La petrolera que funciona como una empresa privada pero tiene gestión estatal podría empezar -junto a Petronas, de Malasia– las exportaciones de Gas Natural Licuado (GNL) en 2026 o 2027. Y gracias al mega Oleoducto Vaca Muerta Sur, liberará el cuello de botella para el transporte de petróleo crudo a partir de julio de 2026.
Entrevistado en el evento “Vaca Muerta Insights” -organizado por EconoJournal y La Mañana de Neuquén-, el ex gerente de Tecpetrol hoy suena como un hombre de Estado, que a cada rato arranca aplausos de los directivos de otras petroleras por el tamaño de su propuesta, aun cuando habla con un estilo descontracturado y frontal, poco habitual en la industria energética.
Marín, ex tenista que vive su paso por YPF como “jugar Wimbledon”, es el ejecutivo petrolero que el gobierno de Javier Milei eligió para “poner en valor” la empresa antes de dividir sus negocios y llevarla a la privatización en el mediano plazo, tal cual era el plan original del libertario.
Sin embargo, el directivo hoy busca una petrolera de gestión “profesional” y eficiente, concentrada en los segmentos más rentables como punta de lanza para que Argentina logre tener exportaciones de energía por 30.000 millones de dólares en 2030. Bien lejos de una privatización.
YPF, compañía líder del sector, tiene varios hitos en el camino hasta convertir a la energía en una proveedora de divisas sostenida a la economía argentina, sin los vaivenes del clima que tiene el sector agroindustrial.
El primero será el proyecto Andes, que consta de la venta de 55 campos maduros convencionales, proceso que Marín estimó que terminaría no más allá de septiembre de este año, dentro de poco más de 4 meses. Habría al menos 60 compañías interesadas.
Relajado y entusiasta, el presidente de YPF fue más allá y trazó el camino para la producción, el transporte y las exportaciones del petróleo crudo de Vaca Muerta. “Desde el 1 de julio de 2026 no habrá más cuellos de botella para la exportación: el Oleoducto Vaca Muerta Sur tendrá una capacidad de transporte de crudo de 800.000 barriles diarios (bpd) en su pico; Oleoductos del Valle (Oldelval), 390.000 bpd; y el Oleoducto Trasandino (Otasa), 110.000 bpd. Sumados, arrojan 1.200.000 barriles”, aseguró.
El Oleoducto Vaca Muerta Sur se licitará en estos meses de manera privada y su construcción también implica realizar un puerto de aguas profundas en Punta Colorada, sobre la costa atlántica de Río Negro. En ese proyecto trabaja otro ex Techint: Gustavo Gallino, uno de los ingenieros a cargo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que bajo la supervisión de Energía Argentina (Enarsa) se hizo en 10 meses.
Al mismo tiempo, avanzará con otro proyecto que pondrá a la Argentina ante los ojos del mundo: el “Argentina LNG”, para exportar gas licuado que se produce en Vaca Muerta y podría llegar en estado líquido (enfriado a 161 grados bajo cero para comprimir su volumen) por barcos a Europa y Asia.
En 2026 o 2027 podrían empezar las exportaciones de gas licuado solamente con Petronas, mientras que hacia 2030 toda la industria asociada (unos 4 o 5 grandes productores de gas) tendrían dos buques flotantes de licuefacción por una capacidad de 40 millones de m3 diarios -MMm3/d-. Y en 2031, una capacidad nueva de 80 MMm3/d, para un total de 120 MMm3/d, que significaría duplicar la actual producción, pero solamente para destinar esa parte al mercado externo.
La producción de gas licuado requiere de al menos la construcción de tres gasoductos “dedicados” a ese proyecto, similares al gasoducto de Vaca Muerta hecho el año pasado.
Fuente: Clarín