La empresa decidió centrar sus operaciones en Vaca Muerta. Los gremios negocian la continuidad de los trabajadores. La dirigencia política quiere desactivar una bomba pesada.
En febrero se comenzó a conocer que YPF dejaría las operaciones en Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Mendoza y Río Negro sembrando dudas sobre los puestos de trabajo y el pasivo ambiental. Los gremios levantaron la guardia y los dirigentes políticos buscaban soluciones para que la bomba no explote en el cierre de su primer trimestre de gobierno.
Según pudo saber +e, la semana pasada quedó ratificado el acuerdo entre las partes para que YPF deje de operar en los yacimientos convencionales. Los gremios aseguran que todavía “no se ha ratificado nada” y que “todo está sujeto a cambios”. Esa es la carta que tienen en su poder para llevar tranquilidad a los trabajadores que cada día tienen más preguntas.
La esperanza está depositada en que otras operadoras se hagan cargo de los yacimientos que dejará YPF. Se estima que, en el mejor de los casos, se necesitará por lo menos cuatro meses para que una nueva empresa asuma el control de los yacimientos. Durante ese tiempo, los operarios que están vinculados a la compañía que dirige Marín cobrarán una parte de sus salarios y otros tantos se jubilarán. Los dirigentes gremiales piden que Anses esté presente en cada una de las reuniones para acelerar los tramites de aquellas personas que tienen los requisitos para dejar de ser activos en el mundo laboral.
Hay una preocupación que persigue a todos los sindicatos y es que los trabajadores no acepten los retiros voluntarios. Los dirigentes gremiales repiten en cada una de las asambleas es que si se acepta esa propuesta “no podrán volver a trabajar en los yacimientos”.
Preocupación, advertencia y medidas de fuerza
La incertidumbre es cada vez más grande. Hay muchas preguntas para pocas respuestas. Los dirigentes gremiales caminan bajo un cristal muy finito y se desligan de la pelea política. “Nuestra prioridad son los puestos laborales”, repiten los sindicalistas. El pasivo ambiental ya no es una disputa que involucre al aparato gremial y es total responsabilidad de las autoridades provinciales y municipales.
Los responsables de las ciudades y de las provincias negocian para que el retiro de YPF sea “lo más limpio posible”. La financiación de obras de infraestructura serán clave para que la empresa de mayoría estatal pueda retirarse de las provincias. La idea es que YPF pague gran parte de proyectos claves en distintas partes del país.
Los primeros cortocircuitos empezaron a aparecer esta semana. La Federación de Camioneros aseguró que más de 2000 personas podrían quedarse sin trabajo y advirtió que podría paralizar la actividad en Vaca Muerta. Hugo Moyano pidió que la empresa cambie sus planes y siga operando en las provincias ya que “los yacimientos son rentables”.
En la misma sintonía se encuentra el Sindicato de Petroleros Privados de Santa Cruz. El gremio que conduce Rafael Güenchenen cuestionó que YPF no se va de la provincia respetando lo pactado y sostuvo que se podrían realizar medidas de fuerza.
Los próximos días serán clave para conocer el siguiente paso del retiro de YPF del convencional. Las primeras esquirlas ya se hacen sentir en cada una de las provincias productoras.
Fuente: mase.lmneuquen