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La petrolera desinvertirá en áreas convencionales, a las que se considera poco productivas, y aumentará las exportaciones de gas y petróleo

l igual que en todas las áreas de Gobierno, el cambio que se propone la nueva conducción de YPF es ambicioso. La petrolera con control estatal será administrada 100% como lo que es: una sociedad anónima que cotiza en la bolsa de Nueva York.

Los planes de inversión estarán enfocados en hacer el negocio más rentable y no habrá espacio para proyectos políticos. Una prueba de ello es que se enfocará el 80% de la inversión de la empresa en Vaca Muerta, disminuyendo así su participación en áreas convencionales, como las que están en Chubut y Santa Cruz. “No queremos que YPF sea la empresa boba de la Argentina”, se escucha decir en la emblemática torre de Puerto Madero.

La primera señal se vio en diciembre, cuando YPF lideró el fuerte aumento de precios de los combustibles. Desde el 10 de diciembre a la fecha, los valores en surtidor subieron casi 90% y todavía falta un tramo más si se quieren igualar los precios internacionales. En la petrolera dicen que todavía la caída del consumo no los alcanzó, sino que afectó a otros competidores, pero descartan que en los próximos meses tendrán una caída en las ventas. Lejos de preocuparse, destacan que YPF “dejó de importar a pérdida”.

Históricamente, la fuente de ingresos principal de YPF fueron las ventas de combustibles (llamado el negocio downstream en la jerga energética). Pero esa fuente siempre estuvo condicionada a la presión política del gobierno de turno. Bajo la presidencia de Javier Milei, en YPF afirman que los precios son libres. Por lo tanto, la petrolera se enfocará principalmente en hacer más eficiente la producción de gas y petróleo (el upstream), que a su vez marcará el pulso de los precios del surtidor.

No se puede entender el nuevo plan estratégico de YPF sin conocer el pasado profesional del nuevo presidente y CEO, Horacio Marín. El ingeniero químico trabajó 35 años en la empresa petrolera del grupo Techint, y participó en varios proyectos en el exterior, incluidos Estados Unidos, México, Venezuela, Colombia y Ecuador, donde adquirió experiencias del manejo de otras empresas. En la Argentina se lo conoce como quien lideró en Vaca Muerta el proyecto gasífero del yacimiento Fortín de Piedra, de Tecpetrol.

Estando todavía en esa empresa ideó el plan “4×4″ de YPF, que significa cuadriplicar el valor de las acciones de la petrolera en cuatro años. El objetivo de largo plazo es lograr que la industria energética en su conjunto exporte US$30.000 millones por año a partir de 2030.

Para ello, el ejecutivo propuso hacer más eficiente YPF, ya que considera que la petrolera no pierde plata gracias a la productividad de Vaca Muerta, pero que si no fuera por ello, su balance estaría muy deteriorado. En la nueva conducción enfocarán la mayor parte de las inversiones en la cuenca no convencional, basada principalmente en Neuquén, lo cual ya generó fricciones con los gobernadores de las otras provincias.

En las otras áreas, YPF desinvertirá de dos formas: en los campos más maduros y menos productivos, se cederá la operación a empresas pymes y se harán contratos de compra de petróleo por varios años, mientras que las áreas que requieren mayor inversión se licitarán y se pondrán a la venta.

Como ahora en YPF se habla en lenguaje tenístico, debido a la pasión por ese deporte del nuevo presidente y CEO, en la petrolera dicen que se quedarán solo con los torneos de mayor nivel de competición. Los “challenger y los ATP 250″ se los quedarán otras empresas.

“Cuando una área es muy madura, las empresas grandes no son eficientes. No se va a romper la paz social, vamos a ser muy prolijos, con acuerdo de gobernadores y sindicatos. La idea es potenciar a que empresas más chicas, como pymes independientes o de un tamaño un décimo de YPF, tomen esos activos, los optimicen, inviertan y aumenten la actividad. De esa forma se va a lograr actividad en el convencional e YPF no va a arrastrar los pies, porque hay muchas áreas donde pierde dinero y no se puede seguir de esa forma de trabajo. YPF es una sociedad anónima y no hay forma de financiar así el objetivo madre que es que la industria exporte US$30.000 millones por año”, dicen en la petrolera.

En YPF también se buscará mejorar la eficiencia de la forma de producción, que se considera baja. Para eso, se adoptarán medidas de productividad de otras industrias que creen que son más eficientes que sus campos petroleros. El ejemplo al que aspiran es el de Toyota, con la cual ya hubo contactos dado que ambas empresas tienen un convenio anterior a la llegada de la actual gestión. YPF quiere aplicar la técnica de producción de la automotriz japonesa en sus procesos, tanto en el upstream como en el downstream.

Por último, YPF también desinvertirá en algunas de las 25 compañías que tiene actualmente. “Haremos una revisión del portafolio de las empresas donde tenemos participaciones para enfocarnos en aquellas que tengan más sentido estratégico y sean más rentable”, dicen en la petrolera.

Entre ellas se mencionó la compañía tecnológica Y-TEC, ya que consideran que la investigación y el desarrollo que llevan adelante no tiene integración con la industria ni con YPF. En tanto, YPF Luz e YPF Litio no están a la venta.

Proyecto de exportación de GNL

A partir de marzo, YPF liderará una mesa de trabajo con las principales empresas productoras de gas del país para llevar adelante el proyecto más ambicioso en materia energética: construir una planta de licuación de gas para exportar 40 millones de metros cúbicos diarios en 2031.

El proyecto parte del plan de exportar GNL que nació durante la gestión anterior en sociedad con Petronas. YPF mantiene la idea de traer un barco de licuefacción para comenzar a exportar 6 millones de m3/d en 2027.

“Varias de la compañías en la Argentina estaban viendo el proyecto de GNL. Todas hacían proyectos chicos, que no son eficientes porque es difícil competir con los otros grandes internacionales. La única forma de que sea rentable es si se hace un único proyecto a nivel país, con el liderazgo de YPF. La infraestructura es gigante, nadie la puede hacer solo. Entre todos, la inversión por millón de BTU [medida inglesa que se utiliza en el sector] baja significativamente. Podemos hacer un proyecto viable y competir con Estados Unidos. Hay cuatro players de gas interesados y podría haber un quinto que puede llegar a entrar. Petronas e YPF van a exportar la mitad y la otra parte, la industria”, dicen en la petrolera.

Entre otros proyectos que YPF tiene en cartera están las exploraciones off shore (costa afuera), donde hay ilusión por los grandes descubrimientos petroleros que se encontraron en Namibia, el país africano que estaba pegado a la Argentina hace 250 millones de años, cuando existía un único continente, Pangea.

El otro proyecto de interés es la formación Palermo Aike, en Santa Cruz, que tiene características similares a Vaca Muerta. Si bien no se cree que tenga la misma productividad, al estar cerca del mar, la producción podría ser competitiva para exportación.

En lo que se refiere a infraestructura, YPF acelerará la puesta en marcha del oleoducto Vaca Muerta Sur. Para ello, Marín encomendó la tarea al exTechint, Gustavo Gallino, quien recientemente estuvo involucrado en la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.

El oleoducto tendrá casi 600 kilómetros de largo y conectará Neuquén con Punta Colorada, Sierra Grande, a 30 kilómetros del Golfo San Matías, en la costa atlántica de Río Negro. Tendrá inicialmente una capacidad de transporte de 400.000 barriles diarios, que se podrá duplicar a 800.000 con la instalación de dos estaciones de bombeo. A partir de febrero se llamará al resto de las empresas de la industria para licitar la capacidad de transporte previo a la construcción.

 

Fuente: La nacion