De cara al cambio de Gobierno, el presidente de la automotriz número uno en ventas, Gustavo Salinas, describió qué urgencias tiene el sector automotor
Desde Zárate, provincia de Buenos Aires. Hace tiempo que Toyota eligió para sus presentaciones la sala de reuniones que tiene en su fábrica, a unos 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Ordenados y de bajo perfil, prefieren los eventos sin grandes despliegues, aunque sus números le permitirían hacer “mucho ruido” en el sector automotor.
Toyota es la marca que más vehículos fabrica, exporta y vende en la Argentina. Además, en poco tiempo se convertirá en la automotriz con más unidades producidas en el país en toda la historia, con un total de 2 millones de vehículos, superando a la líder que fue Peugeot, con el 504, con 500.000 unidades.
El motivo de la convocatoria fue la presentación de la Hilux SRX 2024, la cual estrena el ensanchamiento de las trochas delanteras y traseras, que adoptó el esquema de la versión deportiva GR-Sport. Sin embargo, después de la presentación del producto, llegó la oportunidad de dialogar con Gustavo Salinas, número uno de la japonesa en la Argentina.
Se trata de una de las voces más calificadas del sector y de las más esperadas. Ahora, de cara al cambio de Gobierno, con la llegada de Javier Milei a la Casa Rosada, Salinas habló de todo y describió cuáles son las necesidades y urgencias del sector.
¿Es caro o barato un auto en Argentina?
Fueron varios los temas tratados con el directivo, pero uno que toca de cerca a la gente es si los precios de los autos son caros o baratos en el país. Recordemos que en el último año los valores de los 0km se triplicaron, y el auto más barato del país sale 10 millones de pesos.
“Un auto es caro si se piensa en la economía argentina de ingresos en pesos, y se calcula cuántos salarios se necesitan para comprar un 0km. Pero la realidad es que en términos de dólares nos empobrecimos, y alguien puede decir que $10 millones son u$s10.000, y ese precio no existe en el mundo para un auto. Son dos contrariedades que tienen que ver con la misma realidad, y es parte de los problemas que se deben sanear de ahora en adelante”, comenzó Salinas.
En base a este debate de precios, el siguiente tema es qué pasará con el impuesto interno, que se modificará en diciembre y se espera un incremento de la base mínima imponible del 40 por ciento. Esto se sumará a una posible devaluación tras el cambio de Gobierno y el anuncio de nuevas medidas. Entonces, los precios de los 0km seguirían subiendo a pasos agigantados.
“Son muchas cosas las que se deben entender. Una es la magnitud de la devaluación y el impacto en costos, más el impuesto interno que es distorsivo, que hace que muchas veces se congelen precios de un modelo para mantener ciertos compromisos comerciales. Creo que vamos a ver a partir de diciembre un escenario donde no se podrá poner cualquier precio a un auto, sino que será el cliente el que dirá pago o no pago esta cifra, y cada empresa definirá el valor de su bien y será una relación más sana de oferta y demanda. El mercado marcará los precios”, comentó Salinas.
En cuanto al impuesto interno, desde Toyota explicaron que no se trasladará la suba directamente al precio final, sino que van a evaluar cómo hacer con todas las variables y cuánto se podrá absorber o no. “El número que subirán los 0km en diciembre o enero no está definido porque depende del resto de las medidas, no sabermos con qué economía y con qué mercado nos vamos a encontrar, no es una visión de corto plazo”, explicaron desde la empresa.
¿Y si se bajan los impuestos internos?. Es una posibilidad, como pasó cuando ganó Mauricio Macri, en 2015. En este caso la respuesta fue tajante: “En este caso tienen que bajar los precios de los autos. Creo que el camino es ese, que desaparezca porque es distorsivo, aunque hay que ver con que inmediatez se podría hacer. Hoy el valor de un auto es el 56% de impuestos; con el impuesto interno aumenta más de un 75% en la primera escala; y un 100% en la segunda. Eso restringe las ventas, por eso deben bajar los precios, generar más demanda y ver como producir más. así se puede crecer. Ese debería ser el círculo virtuoso”.
El futuro del Mercosur
Qué pasará con el Mercosur tras el cambio de Gobierno es otro tema “caliente” para las automotrices, ya que Brasil es el principal socio comercial. Y en este sentido, Salinas fue tajante: “Pensar en una industria automotriz alejada de Brasil es inviable, tener diálogo y llegar a buenos acuerdos es indispensable para la industria. No significa que todo sea más de lo mismo, sino un acuerdo con reglas claras”, comentó Salinas.
Por otro lado, admitió que en los últimos tiempos vieron un acercamiento del Gobierno con el país vecino, lo cual ven como positivo en la búsqueda de un camino común. “Necesitamos seguir con el acuerdo con Brasil, con reglas claras para saber como operar. También en el desarrollo de proveedores y en la definición de la barrera arancelaria. No nos reunimos con el nuevo Gobierno, pero es necesario un camino de comunicación porque hay mucho para hablar”, agregó.
Entre los temas importantes de la industria, mencionó definición de inversiones, tecnología aplicada y una política definida sobre la movilidad sustentable, entre otras.
La deuda del sector con privado por las importaciones: ¿cómo afecta?
A partir de las trabas para importar y la falta de dólares en el país, las automotrices, como otras empresas, fueron quedando con grandes deudas en dólares con proveedores de otros países. Hoy, este tema afecta al sector y a Toyota.
“Nos afecta como a todos. Es de público conocimiento el nivel de deuda, hay diferentes números dando vueltas de cuánto es, pero es muy alta y se debe resolver. Además esto no solo alcanza a las automotrices, sino a los proveedores en general. Es claro que para dar continuidad a las operaciones, nadie seguirá suministrando piezas indefinidamente sin pagar, por eso será uno de los temas que se deberá resolver. El mayor problema no es el costo financiero, sino el suministro continuo y que en algún momento dejen de suministrar piezas para fabricar”, comentó Salinas.
En cuanto a la forma de importar, hoy trabajan con las SIRA con fecha de pago, algunas se cumplieron, otras no, pero así se va manteniendo con el proveedor la expectativa de cumplir con el pago en un plazo determinado. Eso es muy importante y tiene que ver con condiciones y reglas claras de cómo van a seguir operando. “Creo que en la agenda es un tema prioritario”, dijo Salinas.
Cuántos autos se venderán en la Argentina
Mirando hacia delante, desde Toyota admiten que Argentina no es un mercado de 430.000 unidades, como cerrará en 2023, sino que tiene que crecer. Si es pasara, cómo respondería la marca, que están en la capacidad total de 180.000 unidades producidas al año.
“El mercado de 430.000 tendría que ir a 700.000, pero no todo se multiplica por dos, porque las pick up se mantuvieron estables en los años y son los usuarios de autos quienes fueron cambiando”, dijo Salinas.
En este escenario, se observa que, en 25 años, el segmento de pick ups es más estable, entonces la recuperación se debería dar por el segmento de autos más que de camionetas. Y si bien Latinoamérica sigue siendo Latinoamérica, siempre habrá volatilidad, entonces al exportar a 23 países, si otro cae, se podrá asignar más vehículos al que crece. “Hoy en el juego compensatorio, 180.000 unidades alcanzan para abastecer a todos los países. No se puede asegurar que todos los países seguirán creciendo”, dijo Salinas.
Por otro lado, hoy Brasil es un mercado que no está bien y en términos reales es el que más aumentó la tasa de interés. “Pensamos que se venderán 2.3 millones de unidades, pero tienen potencialidad para más. Aguantó mucho con la tasa de interés alta, porque estaban apalancados por financiamiento, pero hoy sostenemos las ventas en un mercado difícil, se trabaja buscando oportunidades, creíamos que la demanda seria más fuerte”, admitieron desde Toyota.
De la exportación, hoy Latinoamérica se lleva más de la mitad de la exportación, con unas 75.000 unidades, Brasil el 65.000 y el resto Argentina.
Fuente: Iprofesional