En los últimos días del dólar exportador, analistas del sector señalan que muchos productores prefieren no vender a la espera de lo que pueda ocurrir en las elecciones del domingo.
Sin embargo, la brecha cambiaria, los problemas para adquirir insumos y la falta de alternativas para dolarizarse, sumado a la incertidumbre política de cara al balotaje, conforman un combo que frena las ventas de parte de los productores.
Romano sostuvo que las dos plataformas electorales vigentes plantean dudas en cuanto al tipo de cambio: “Si tendremos un tipo de cambio desdoblado, y en ese caso cuál tendrán las liquidaciones del agro y el pago de sus insumos y deudas. Esto hace que redolarizarse equivocando el tipo de cambio al cual se enfrente hacia adelante -más allá de que supone un costo y un riesgo de incobrabilidad dependiendo del instrumento- puede salir muy bien o muy mal. Ante esto muchos productores prefieren no vender. El problema es que la cosecha de trigo comenzó, y existe la posibilidad de entrar con el régimen que genera un valor más alto”.
“El parate que se está viendo en ventas se debe a la dificultad para después, con los pesos excedentes, poder o bien comprar insumos -sobre todo fertilizantes- que hoy está todo muy frenado; o bien encontrar alternativas de dolarización que sean confiables. Que están por un lado caras y por otro complejas para el productor agropecuario promedio. Y ahí es donde se ve la dificultad”, explicó Romano a Ámbito.
“La pregunta hacia futuro es si, una vez definida la elección, estas cuestiones se destraban automáticamente: creo que no, sino que vamos a tener que ver qué ocurre con las decisiones en cuanto al régimen cambiario. Si se ve una brecha más chica y formas de dolarizarse, probablemente se dinamice la venta del trigo, que ya está generándose. Y algún excedente de maíz y de soja. Si no se da ese escenario, veo muy poca intención de ventas. Salvo en el caso del trigo, que quizá el productor de la zona del norte de Buenos Aires, no se lo quiera quedar y por una cuestión más financiera puede tratar de venderlo. Pero el resto lo van a querer esperar”, remarcó.
Según las estadísticas de la Secretaría de Agricultura de la Nación, todavía restan por comercializarse 5,2 millones de toneladas de soja de la campaña 2022/23, valuadas en alrededor de u$s2.600 millones. Divisas más que necesarias para la economía actual.
De todas formas, a partir de diciembre comenzarían a ingresar los dólares provenientes de la cosecha de trigo. Aunque, todavía es un interrogante el volumen de la campaña, ya que la sequía sigue afectando algunas zonas productivas. Según sondeos privados, el trigo y la cebada podrían aportar a partir del próximo mes unos u$s3.600 millones, que serían el puente fundamental de cara a la próxima campaña de soja y maíz, cuya liquidación comenzaría a percibirse a partir de abril de 2024.
Fuente: Ambito