Este lunes, el ministro y candidato anunció un aumento del bioetanol en las naftas del 12 al 16,8%, equivalente a un tercio de la nafta importada
En plena campaña y en medio de la crisis de escasez de combustibles, el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, anunció que habrá un aumento en el porcentaje de bioetanol que deben tener las naftas en la Argentina, con lo que el corte obligatorio pasará del 12 al 16,8%.
“Es importante que el sector se siente a ordenar el decreto con el Gobierno y que el día 20 de noviembre, terminada la elección, salga publicado”, señaló el ministro en la ciudad cordobesa de Río Cuarto. De acuerdo a lo dicho por el funcionario, el aumento del corte será de un 40% en 2024.
El anuncio va en la línea de lo que viene reclamando hace años la industria del bioetanol, que propone un corte todavía mayor para sustituir todas las naftas importadas, que el año pasado demandaron unos u$s 1.000 millones, e incluso ir más allá con la incorporación de motores flex, como en Brasil.
Sin embargo, esto no resuelve el problema actual de escasez, ya que hoy no está instalada la capacidad para elaborar esos puntos extra, que equivalen a unos 310.000 m3 más de etanol anuales. Cuando lo esté, un proceso que llevaría unos dos años entre ampliaciones de plantas existentes y construcción de plantas nuevas, permitiría sustituir alrededor de un tercio de las naftas que se importaron en 2022.
El cornbelt argentino, un territorio esquivo para el superministro
El anuncio fue en la fábrica de etanol de Bio4, en Río Cuarto, Córdoba, que Massa ya había visitado a principios de agosto. El bioetanol para cortar las naftas en el país proviene de dos cultivos: la caña de azúcar, que se cultiva y procesa fundamentalmente en el NOA, y el maíz, cuyo núcleo de producción e industrialización se encuentra en el sur cordobés. Por eso, la primera mención del aumento del corte Massa la hizo en la jura del gobernador peronista Osvaldo Jaldo, en la azucarera provincia de Tucumán, y ahora se oficializa en Córdoba, en el cornbelt argentino.
En rigor, si bien hasta ahora los cupos de bioetanol se dividen en partes iguales entre ingenios azucareros y las plantas de etanol de maíz (6% para cada sector), solo el cereal tiene posibilidades de incrementar la producción de etanol. De hecho, los ingenios no vienen pudiendo cumplir con su cupo actual.
Más allá de la relevancia de Córdoba en esta materia, Massa está queriendo congraciarse con este territorio que se ha mostrado electoralmente esquivo al oficialismo, con la mira en hacerse de más votos para el balotaje presidencial que se realizará en dos semanas.
Por eso, además del anuncio de biocombustibles, pasaría todo el día con actividades de campaña en la provincia. A la vez, el superministro parece querer mostrarse proclive a la actividad agropecuaria, en momentos en que tiene a los productores en alerta porque la semana pasada envió al Congreso, en la separata que acompañó el Presupuesto 2024, una sugerencia de revisión de exenciones que supondría un aumento de la carga impositiva del sector.
Para el biodiésel, por ahora nada
El aumento del corte para las naftas no estaría acompañado por un anuncio equivalente para el gasoil, que en el país se corta con biodiésel de soja. Y esto pese a que, en este caso, un aumento del corte sería de ejecución inmediata, ya que no requiere construcción ni ampliación de plantas porque la industria exportadora está con una enorme capacidad ociosa (por la regulación vigente no puede abastecer el mercado interno).
Si bien el gasoil es lo que mueve el transporte y la maquinaria agrícola, y por lo tanto es el combustible fundamental para el agro, también es menos visible: tiene muchos menos usuarios que la nafta, que afecta directamente a millones de consumidores, fundamentalmente concentrados en el AMBA, al igual que sus votos.
Un entusiasmo súbito por los biocombustibles
El aumento del corte de bioetanol en las naftas es algo a todas luces positivo en términos de movimiento económico, mayor agregado de valor local, generación de empleo descentralizado y contribución medioambiental. Pero llama la atención este súbito interés del Gobierno a menos de un mes de finalizar su mandato, cuando hasta ahora sólo ha retrocedido en materia de biocombustibles, violando incluso los compromisos firmados en el Acuerdo de París.
De hecho, en 2021, cuando vencía la Ley de Biocombustibles de 2006 y tanto la industria del biodiésel como la del bioetanol pedían reemplazarla por una que avanzara en los cortes, se terminó aprobando un proyecto aparecido entre gallos y medianoche en la bancada oficialista, de manos de los diputados Marcos Cleri y Máximo Kirchner, que dejó abierta la posibilidad de recortar el bioetanol en la nafta y redujo a la mitad (del 10 al 5%) el contenido obligatorio de biodiésel en el gasoil.
Córdoba, a la vanguardia
Como con muchas otras cosas, Córdoba no se quedó esperando las especulaciones del gobierno nacional y desarrolló una demanda propia para los biocombustibles. A fin del año pasado, el gobernador cordobés y ex candidato presidencial Juan Schiaretti inauguró en la capital cordobesa la primera estación de servicio en ofrecer nafta con 17% de etanol y gasoil con 20% de biodiésel (E17 y B20), destinados a la flota cautiva de vehículos de la provincia, que ya alcanza unos 1.300 vehículos. Además, el gobierno provincial tiene una flota de vehículos con un kit de conversión que les permite utilizar E70, mezcla para la que también habilitó una boca de expendio.
En el proceso de industrialización del maíz para bioetanol, que en Córdoba realizan empresas como ACABio, AGD y Bio4, se generan además otros productos, como burlanda, con la que se alimenta el ganado, y anhídrido carbónico, que se vende a las empresas de gaseosas para las burbujas.
Además, el maíz argentino ha podido demostrar que es producido con una de las menores huellas ambientales del mundo, lo que le posibilitó el ingreso de bioetanol argentino al mercado europeo.
Fuente: Iprofesional