La firma japonesa ha entregado 650.000 unidades del Leaf en todo el mundo. Y desde 2010 hasta el lanzamiento del Ariya, ha creado también algunos concept cars muy innovadores
La marca japonesa Nissan fue una de las primeras en comprender, ya en la primera década del siglo XXI, las posibilidades que encerraba lo que hoy llamamos la movilidad eléctrica. Algunos dinosaurios de la industria recibieron con una sonrisa de condescendencia la locura de poner a la venta, en diciembre de 2010, un modelo 100% eléctrico como el Leaf.
Aquella sonrisa fue tornándose poco a poco en un rictus de circunstancias, especialmente después de que el escándalo de las emisiones despejara en 2015 cualquier duda sobre el rumbo que tomaría la movilidad, al menos en territorio europeo. Sea como fuere, el lanzamiento del Leaf no resultó tan mal encaminado como algunos suponían porque, 13 años después, acumula nada menos que 650.000 unidades vendidas en todo el mundo.
Nissan se ha puesto a repasar números coincidiendo con la reciente celebración del Día Mundial del Vehículo Eléctrico. Sobre la sólida base de las entregas globales del Leaf, suma en total un millón de eléctricos vendidos, que se reparten de este modo por las diferentes regiones del orbe: 320.000 en Europa, 230.000 en Japón y otros tantos en China, 210.000 en Norteamérica y alrededor de 10.000 en otros lugares.
El recorrido de la firma de Yokohama en el mundo eléctrico tiene su último hito, de momento, en el Ariya, un SUV mediano que supera los 500 kilómetros de autonomía en algunas de sus versiones. Con vistas a 2030, se dispone a poner en el mercado 19 modelos eléctricos nuevos, así como utilizar baterías de estado sólido que, como ya se ha contado aquí, deberían estar plenamente desarrolladas para el año 2028.
Además de cifras, Nissan ha recopilado también estos días los vehículos eléctricos más innovadores, y “locos” si se quiere, que ha creado entre el lanzamiento del Leaf y el del Ariya. Estos modelos -algunos meros prototipos- se dedicaron a empresas tan dispares como la ayuda en catástrofes o la fabricación de helados, y pretendían demostrar así que sirven para los mismos propósitos que los coches de combustión.
En 2020, el Re-Leaf se diseñó para prestar asistencia en zonas afectadas por catástrofes naturales y fenómenos meteorológicos extremos. El vehículo incorporaba modificaciones muy relevantes en tales situaciones como la capacidad de circular por carreteras llenas de escombros o los enchufes de carga resistentes a la intemperie.
El Leaf Nismo RC, por su parte, nació en 2011 con el fin de subrayar el potencial de los modelos de competición totalmente eléctricos. De aquella experiencia derivó la posterior entrada, una década más tarde, de Nissan en la Fórmula E.
Más o menos en las fechas en que preparaba la comercialización del Leaf, Nissan presentaba en el Salón de Tokio de 2009 el Land Glider, un atrevido concept car con una estructura única en forma de capullo que mostraba al mundo cómo se interpretaba entonces que podían ser los vehículos urbanos eléctricos del futuro en ciudades cada vez más pobladas y bulliciosas.
Furgoneta para todo
En 2016, mucho antes de la pandemia y de la revolución del teletrabajo, la marca atisbó el futuro del trabajo desde cualquier lugar con la e-NV200 Workspace, una furgoneta eléctrica -y oficina móvil- equipada con escritorio plegable, conexión inalámbrica a internet e incluso cafetera.
Justo en el extremo contrario, la e-NV200 Winter Camper se concibió para el ocio y el disfrute, de aventuras invernales en su caso, para lo que contaba con cocina integrada, nevera y cama plegable. Con el objetivo de que los pasajeros pudieran soportar las temperaturas más gélidas, el vehículo incorporaba además lunas aislantes y otras mejoras de puesta a punto.
El prototipo e-NV200 Ice Cream Van fue desarrollado para el Día Mundial del Aire Limpio de 2019 como medio para demostrar que podía haber una alternativa a las furgonetas de helados tradicionales, en su mayoría diésel. Esta peculiar variante de la popular furgoneta de Nissan estaba impulsada por energía eólica y solar.
El recorrido termina con un modelo, el Ariya e-4ORCE, que en absoluto es un concept car sino que, al contrario, participa en una aventura muy real y exigente como es la Expedición Polo a Polo de Nissan. Este Ariya modificado para soportar todo tipo de terrenos y condiciones explora ahora mismo un territorio al que ningún vehículo, ni eléctrico ni de combustión, ha llegado con anterioridad.