26/11/2024
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Autos: preocupación en el sector por la caída de los stocks de 0 km

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A fin de julio, quedaban unas 58.000 unidades en el mercado, poco más de un mes de venta de inventario.

Con un mercado automotor con las operaciones casi paralizadas por la devaluación del peso, las concesionarias están a la espera de que las fábricas envíen las nuevas listas de precios con el ajuste de los valores al nuevo tipo de cambio.

En algunas agencias se concretaron operaciones que ya estaban pautadas con una suba de precio de alrededor de 15% respecto al viernes.

“Cerramos dos ventas con un aumento de 15%, en un caso, y de 20%, en el otro. Se pactó el reajuste con los compradores. Todavía no tenemos la lista nueva, pero nos manejamos con esos valores hasta que llegue la comunicación oficial” dijo a Ámbito el gerente de una concesionaria porteña.

La demora en dar a conocer los nuevos precios se debe a varios motivos. Uno es la dificultad que tienen las automotrices para definir la escala de precios.

La base imponible del impuesto al “lujo” – que ronda los $8.400.000 de valor al público – funciona como un tope para subir los precios sin que los 0 km paguen ese tributo. Al aumentar los autos que estén por debajo, se agolpan todos los modelos en un mismo valor. La alternativa es que algunos modelos pasen a pagar ese impuesto, pero eso implica un recargo muy fuerte sobre el valor final.

Es por eso que, algunas marcas, están analizando repartir el incremento entre este mes y el próximo, ya que a partir de septiembre subirá la base imponible y habrá más margen para aumentar.

También la decisión pasa por perder mercado sin sacrificar rentabilidad o mantener los objetivos de volumen a costa de menores ingresos.

Si bien hay una demanda sostenida, no es en todos los segmentos. La mayor presión está en el mercado de los importados que, por las trabas para ingresar vehículos, está desabastecido.

En el caso de los nacionales, no hay mucho margen para subir fuerte los precios porque ya se estaba operando con algunas bonificaciones por una demanda más débil.

Otro de los motivos es esperar a lo que decida la competencia ya que ninguna marca quiere ser la primera en anunciar un aumento de gran magnitud.

En este contexto de tanta incertidumbre, en las concesionarias está preocupados por la situación financiera y la descapitalización de las empresas.

“Si vendemos a un valor que después no vamos a poder reponer, se pone en riesgo la salud de la empresa. Hay que ser muy cuidadosos…”, explicaron en otra agencia.

Es por eso que, en muchos casos, se debida parar las ventas hasta que se despeje el escenario y solo se realicen operaciones como para cubrir los costos fijos. El problema es la presión que hay desde las terminales para que sus redes cumplan con los objetivos mensuales de ventas.

Según los últimos datos de julio, a los que accedió Ámbito, el stock total de autos en el mercado era de 58.763 unidades. Esto equivale a un mes y medio de ventas. Lo normal es que el stock represente unos tres meses de ventas para poder tener a la red abastecida.

Se trata de todos los vehículos que hay en el país. Técnicamente estaban todos con certificados disponibles para patentar. Están en toda la cadena entre la fábrica, la red de concesionarias y revendedores. Hay que tener en cuenta que una buena parte -alrededor del 30%- corresponden a planes de ahorro que requieren un trámite más largo para ser patentados.

También están todos los 0 km vendidos de forma convencional y que se fueron patentando en lo que va de agosto. Hay que tener en cuenta que la facturación de un mes, se traslada a patentamientos del mes siguiente.

Lo restante está en la red en stock. Eso no quiere decir que no estén a la venta porque las agencias los tienen “pisados” ante la incertidumbre de precios. Es posible que se dé en algunos casos, pero no es generalizado. Por ejemplo, pueden estar en los salones de venta que, en promedio, necesitan unas seis unidades. El otro punto es que ese stock se alimenta por la llegada de nuevas unidades. En este caso, de producción nacional ya que no se autoriza la importación de 0 km desde fines de junio.

Esta es una preocupación en el sector porque al haberse cortado el flujo de ingreso de vehículos importados, el nivel de stock se está reduciendo a un volumen muy bajo y se teme que, de no autorizarse la importación, en pocas semanas las concesionarias podrían quedarse sin vehículos y con fuerte caída de las ventas.

La oferta de vehículos nacionales no alcanza a cubrir las necesidades de la demanda debido a las características de los modelos que se producen en el país, en su mayoría pickup.

El mix del stock, según información a la que accedió Ámbito hasta el 10 de agosto, es del 58,4% de vehículos nacionales y un 41,6% de nacionales. De todas maneras, en el sector estiman que por el “cepo” importador esa relación cambie drásticamente y los nacionales se acerquen al 70% de las ventas.

 

 

Fuente: Ambito

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