Los consumidores deberán pagar hasta 15% el valor de determinados vehículos, respecto a los niveles que se registraba un mes atrás.
Otro caso de incremento importante lo aplicó General Motors sobre la pickup importada S10 que tuvo una salto de entre 13% y 15% en la lista adicional que se envió a la red de concesionarias el sábado pasado, a tres días de terminar el mes. En las próximas horas, saldrá la lista de agosto.
Toyota, en cambio, no hizo una suba de precios “extra” la semana pasada y esperó hasta ayer para cambiar la lista. Los ajustes se ubican en 9,9% para los modelos Etios, Corolla Cross, SW$ y Hilux. En tanto, Yaris y Corolla tuvieron un aumento de 7,2% y 6,8%.
Si bien todos estos aumentos muestran la aceleración inflacionaria, la situación puede empeorar el mes próximo, cuando se ajuste la base imponible de Impuestos Internos, que tendrá una suba de 24%, tal como adelantó Ámbito.
Como todavía rige el valor actual, que afecta a los autos de aproximadamente más de $8.500.000 de precio al público, muchos modelos están “topeados” por debajo de ese valor.
Esto hace que no se puedan aumentar muchos más los vehículos que están por debajo y que parten de casi $6.000.000 porque de esa forma se compactaría escala de precios.
Cuando se eleve ese valor, partir de septiembre, habrá margen para corregir esa distorsión y algunos modelos pueden tyener un fuerte aumento.
Hoy se produce la situación insólita de que haya versiones de un mismo modelo, con distintos niveles de equipamiento, que figuren todas al mismo precio. Por ejemplo, las 8 versiones del Renault Duste figuran en $8.459.900. Casos similares se ven en otras marcas.
Es cierto que el mercado se mueve con sobreprecios por la escasez de vehículos y las listas oficiales son de referencia o para planes de ahorro. En las agencias se pagan otros valores o, directamente, no se venden esas versiones.
Fuente: Ambito