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Cómo identificar si el miedo al conducir se te está yendo de las manos.

La amaxofobia, básicamente, es la fobia a manejar un auto. Este miedo se puede representar tanto al volante como de acompañante. La falta de práctica, algún accidente traumático y otros factores pueden ser el origen de este rechazo por el manejo.

No se debe confundir con el nerviosismo y falta de seguridad de los conductores principiantes. En este caso, el miedo se reduce según aumenta la práctica. Es normal que algunos conductores sientan nerviosismo ante situaciones poco habituales como no tener costumbre de circular por autopista, encontrarse con condiciones climatológicas adversas o algún imprevisto del tráfico. A pesar de que pone al conductor tenso y que preocupa, esto no suele convertirse en un ataque de ansiedad.

Cuando una persona sufre amaxofobia se ve afectada su vida social y también la profesional: cancelan planes, pierden oportunidades laborales y evitan salir si para ello tienen que agarrar el auto y no encuentran alternativa en otros medios de transporte.

El cansancio y la autoestima baja puede generar un pico de stress al volante. Foto: ElEspanol.com
El cansancio y la autoestima baja puede generar un pico de stress al volante. Foto: ElEspanol.com

¿Cuáles son las posibles causas?

Las causas de la amaxofobia son muy variadas. Éstas son las más habituales:

  • Sufrir un accidente de tráfico. Sin duda pasar por una situación traumática en la calle o en la ruta deja secuelas.
  • Circular por lugares nuevos. Para un conductor que solo se sube al auto para desplazamientos habituales, puede ser una fuente de tensión.
  • Predisposición médica a la ansiedad o tener propensión a miedos irracionales.
  • Autoestima baja. La percepción de uno mismo y también si percibimos las circunstancias que nos rodean con sensaciones y pensamientos negativos.
  • Ser muy perfeccionista y autoexigente. Para las personas excesivamente rígidas y autocríticas su actitud al volante puede resultar contraproducente.
  • Exceso de cuidado protegiendo a los demás. Afecta a mujeres embarazadas y también a quienes llevan en el auto a niños u otras personas dependientes.
  • Superar el examen de conducir aún faltando confianza al volante. No todos los conductores son iguales, ni aprenden al mismo ritmo. El examen es un método objetivo para conseguir el registro, pero subjetivamente hay quienes necesitan más práctica al volante en las autoescuelas.
  • Recibir críticas constantes por parte de quienes nos rodean acerca de nuestra manera de conducir. El conductor no es inmune a los reproches, burlas o juicios de otras personas. Esto, sumado a una autoestima baja, puede provocar un gran rechazo a ponerse al volante y generar inseguridades.
El sudor y los nervios son los principales síntomas de la Amaxofobia. Foto: Clarín.com.ar
El sudor y los nervios son los principales síntomas de la Amaxofobia. Foto: Clarín.com.ar

¿Cuáles son los síntomas?

La fobia se caracteriza por ser un miedo irreal y exagerado, en este caso, a manejar. Y produce que quienes lo padecen sientan:

  • Sudor.
  • Ahogo.
  • Temblor.
  • Taquicardia.
  • Dolor de estómago.
  • Ataque de pánico.
  • Tensión muscular.
Volver a la escuela de manejo después de pasar por un adecuado tratamiento psicológico es una buena opción para recuperar la confianza. Foto: Escuelaargdemanejo.com.ar
Volver a la escuela de manejo después de pasar por un adecuado tratamiento psicológico es una buena opción para recuperar la confianza. Foto: Escuelaargdemanejo.com.ar

¿Cómo se supera?

Las consecuencias de manejar un auto con miedo puede provocar un riesgo en la calle o en la ruta para el que lo sufre como para el resto de vehículos y pasajeros.

Como la mayoría de las fobias, el miedo a manejar puede superarse a través de un tratamiento adecuado.

  • Lo más importante y primordial es identificar y reconocer el problema y tomar la decisión de querer realmente superar éste impedimento que no le permite a la persona disfrutar de viajar en auto.
  • Una vez realizado este paso hay que acudir a ayuda psicológica.
  • La terapia y el tratamiento psicológico ayudarán al conductor a tomar confianza, superar el miedo y le brindará herramientas para eliminar ciertos temores al volante. El siguiente paso es realizar ejercicios de técnica y de autocontrol.
  • Finalmente, entre el paciente y el profesional elaboran un plan de entrenamiento gradual que puede incluir volver a la autoescuela para revisar conceptos y continuar practicando.
    • Con la práctica, la ansiedad y los nervios se irán y la persona recuperará la confianza y la seguridad para manejar.

 

Fuente: TN