El Gobierno perdió recaudación real en los últimos dos años de forma acelerada y, ante la caída de recursos genuinos, el acuerdo con el FMI es clave
La recaudación viene en caída, ya que en el primer semestre de 2022 fue 10% inferior a la inflación y en 2023 tuvo pérdida real de 20%. Por este motivo, el campo espera que una falta de acuerdo con el FMI, que seque esa fuente de fondos, dispare un Dólar Soja 4, a pesar de que mejora transitoriamente las reservas, pero dispara la emisión y la inflación.
El dólar soja y el acuerdo con el Fondo
“El Gobierno está con necesidad de fondos y de recomponer las reservas, por lo cual tenemos un escenario si hay acuerdo con el FMI y gira fondos frescos, y otro en caso contrario”, comentó Mariano Echegaray, del estudio Echegaray Ferrer.
“Sin acuerdo, el Gobierno va a tener que echar mano a algún incentivo para exportadores -el dólar soja no se destina a los productores-, con algún incentivo para que adelanten ventas al exterior”, consideró.
“También se habla de que, en lugar de un tipo de cambio diferencial, haya una baja de retenciones, por el mismo porcentaje por el que eventualmente podría haber una baja de impuestos a las importaciones, para no perjudicar directa a la producción primaria”, indicó.
“Sin embargo, no hay certezas y lo concreto es que el Gobierno tiene necesidades tremendas de fondos y de ensanchar las reservas, y la recaudación no viene mostrando una mejora frente a la inflación”, aseguró.
“La brecha de la que no se habla es la de la recaudación y la inflación”, subrayó, y comparó el primer semestre de 2022, cuando la caída de recaudación frente a la inflación fue de 10,6%, según sus cálculos, con la de 2023, que habría sido de 20,6%, por lo que la pérdida real de ingresos genuinos este año no sería inferior a 30%.
“Esto se dio con un dólar soja en mayo, por lo cual si no vienen fondos del Fondo es muy probable que se reitere un incentivo de ese tipo”, remató.
Cuánto cayó la recaudación en el primer semestre
El primer semestre del año habría tenido una caída de la recaudación tributaria total nacional del 6,1% en términos reales, afirmó la consultora Iaraf, y agregó que esto se explica, en su mayor parte, por la baja de derechos de exportación en el “día después” del Dólar Soja 3.
Como ha ocurrido desde que el ministro de Economía, Sergio Massa, ante la necesidad de acumular reservas, empezó a aplicar este mecanismo en septiembre del año pasado, se produce un repunte en las ventas mientras dura el tipo de cambio preferencial y luego sobreviene un desplome exportador.
En términos de variación interanual real en este semestre, los tributos con mayor caída habrían sido derechos de exportación (59%), Combustibles (41,3%) y derechos de importación (16,7%). Los tributos con mayor aumento habrían sido Bienes Personales (9,6%), IVA (5,9%) e internos coparticipados (5,3%), precisó.
La recaudación total del primer semestre habría sido equivalente al 9,2% del PIB, lo que implicaría una caída interanual de 0,6 puntos porcentuales respecto al primer semestre de 2022.
Teniendo en cuenta la variación interanual en términos del PIB, la recaudación neta de impuestos al comercio exterior habría sido de 8,6% del PIB en el primer semestre, registrando una caída de 0,1 puntos porcentuales del PIB respecto a igual período de 2022.
Por el lado del comercio exterior, la recaudación de derechos de exportación habría descendido desde el 0,8% del PIB al 0,3% del PIB, es decir unos 0,4 puntos porcentuales del PIB. Por su parte, la recaudación de derechos de importación habría caído 0,1 puntos porcentuales del PIB entre iguales períodos.
Las importaciones que casi no ceden
A pesar del cepo importador, las importaciones no caen en la medida esperada, lo que podría mostrar que el Gobierno prefiere sacrificar reservas antes que agravar la situación de enfriamiento de la economía: para los economistas, para que el PBI crezca 1 punto, se necesita que las importaciones lo hagan 3 puntos.
En junio se registraron compras desde el exterior por u$s7.177 millones, un nivel apenas por debajo del de mayo. Es decir, se confirma la tendencia a aumentar las importaciones, que en el primer cuatrimestre habían caído a un promedio mensual de apenas u$s5.814 millones.
Si bien las importaciones de junio siguen siendo inferiores en 17,2% respecto de un año atrás, en 2022 los números estaban distorsionados por las compras récord de gas licuado, dada la crisis de oferta local, combinada con la disparada de los precios en el mercado global tras la invasión rusa a Ucrania.
En aquel momento, el rubro de combustibles representaba un 23% en el total de las importaciones, pero ahora se redujo a un 14,4%. Cuando se exceptúa el rubro de energía y de bienes finales, y se considera sólo las importaciones para insumos de la industria local, el volumen se mantiene relativamente estable respecto del año pasado, con una caída de apenas 7%.
Fuente: Iprofesional