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Se presenta como una alternativa que permite purificar el aire en las grandes ciudades, ya que producen oxígeno y disminuyen la cantidad de dióxido de carbono.

Una estación de servicio del barrio porteño de Belgrano dispondrá de la primera instalación de un árbol líquido: especialistas en materia ambiental afirmaron que constituyen una alternativa para purificar el aire en grandes ciudades porque actúan como fotobiorreactores o instalaciones para cultivos masivos de algas, que producen oxígeno y disminuyen la cantidad de dióxido de carbono (CO2).

El proyecto original, denominado Liquid 3, fue diseñado por el Instituto de Investigación Multidisciplinar de la Universidad de Belgrado, en Serbia, y está basado en un concepto de sostenibilidad alternativa para entornos urbanos que poseen un espacio limitado o reducido. El plan también contempla a aquellos que representan una fuente de contaminación elevada, donde plantar árboles resulta inviable.

Estos fotobiorreactores urbanos utilizan la capacidad de microalgas para eliminar el CO2 y producir oxígeno y biomasa y, según afirmaron los expertos, son “entre 10 y 50 veces más eficientes que un árbol”.

La empresa YPF se sumó a esta iniciativa al instalar este tipo de “árbol líquido” en la estación de servicio que se encuentra en la avenida Figueroa Alcorta y Juramento, en la Ciudad de Buenos Aires, donde hay un módulo de microalgas que “se nutren del CO2 y del aire para crecer, purificando el ambiente”.

Cada unidad de árbol líquido “equivale aproximadamente a 20 árboles forestales jóvenes en su capacidad de purificar el aire”, se afirmó desde el dispositivo denominado Y-Algae, producido en conjunto con la empresa Y-TEC e Inbiotec-Conicet.

Parte del módulo se renueva periódicamente y las microalgas utilizadas en él, luego de un tiempo de vida útil, sirven para fertilizar la tierra.

“Los fotobiorreactores son instalaciones para el cultivo masivo de algas para distintos usos”, expresó Priscilla Minotti, que se desempeña como profesora e investigadora en la Escuela de Hábitat y Sustentabilidad de la Universidad de San Martín (Unsam).

La profesional detalló que el sistema es un gran depósito de agua con paredes transparentes y algas verdes unicelulares de agua dulce.

“Una bomba inyecta continuamente aire del entorno (con altos niveles de CO2) y hace circular el agua para que las algas, mediante la fotosíntesis, absorban el CO2 y liberen oxígeno, al igual que otros organismos fotosintéticos”, dijo.

 

Fuente: Lmneuquen