La constructora Sacde, una de las que participó en el gasoducto Néstor Kirchner, invirtió más de u$s30 millones en el último año para sumar tecnología y acelerar las obras de infraestructura que permitirán que Vaca Muerta pueda aprovechar todo su potencial.
En el 2019, año en que el gobierno anterior tenía previsto iniciar la licitación para el gasoducto, Coleto viajó a Europa a analizar las últimas tecnologías. En 2022, cuando finalmente comenzó la obra, Sacde rentó equipos de Estados Unidos. Finalmente, ante las necesidades de infraestructura que esperan para los próximos años, avanzaron con la compra de la máquina de soldadura automática, importada desde Europa, siendo de momento la única constructora en contar con esta tecnología. Actualmente, Oil & Gas representa alrededor del 30% de los negocios para Sacde, pero esperan que esto vaya en aumento.
Ante la consulta de este diario de qué necesidad de infraestructura requerirá el boom de Vaca Muerta, Brottier realizó estimaciones preliminares: “Si hay que evacuar 1,2 millones de barriles de petróleo, hay que construir unos 1500 kilómetros de oleoducto. En gas, si hay que llegar a Brasil, hacer la reversión del Norte, y en el caso de que se desarrolle el GNL, podrían ser otros 3.000 kilómetros de gasoductos”. Además, agregó que los ductos no son solo para trasladar el petróleo y gas a los puertos o centros de consumo, sino también dentro de Vaca Muerta se les necesita en los yacimientos.
En Sacde resaltan que una de las “claves” para que se pudiera realizar el gasoducto en 10 meses, contra 2 años que se estimaba inicialmente, fue la incorporación de la tecnología. La soldadura automática redujo los tiempos y garantizó mayor calidad, dado que incorpora un equipo de ultrasonido que realiza las pruebas de seguridad, según explicaron desde Sacde.
Faltante clave
Sin embargo, pese a que el Banco Central habilitó los dólares para las importaciones de la maquinaria (todo lo relacionado al gasoducto tenía un tratamiento excepcional), en Sacde detectaron un faltante clave: los soldadores con especialización en estas nuevas tecnologías, que no se usaban en la construcción. “Se necesitaban 250 soldadores altamente calificados y no había”, contó María Chmielewski, directora de finanzas de Sacde. Por ese motivo es que en el gasoducto Néstor Kirchner trabajaron soldadores que vinieron desde Turquía.
Así, hace un mes, Sacde inaguró en Ciudadela una escuela de soldadura automática, donde actualmente hay 24 personas que realizan pruebas. “Las máquinas no reemplazan el trabajo, porque no se usan solas, sino que las operan los colaboradores calificados”, aclaró Chmielewski. Además, la compañía firmó un convenio para avanzar con capacitaciones junto a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Fuente: Ambito