Estos hatchback fabricados en Brasil son dos de las opciones más atractivas del segmento B, pero cada uno recurre a una fórmula distinta ¿Cuál es mejor?
Parece mentira, pero la oferta de hatchback medianos en el mercado local es prácticamente nula. Más allá de que la imparable moda de los Sport Utility contribuyó en parte a su extinción, el impuesto al lujo terminó por sentenciar la existencia de este tipo de modelos de auto que quedan al límite de tributar mayores impuestos, haciéndolos aún más difíciles de alcanzar.
Algunas marcas decidieron reemplazarlos por SUV compactos, pero para aquellos clientes que se mantengan firmes en la postura de buscar un tradicional hatchback del segmento B (sea por gusto o porque le parezca imposible hacer un “upgrade”), encontrará una nueva generación de modelos digna de ser tenida en cuenta: bien equipados, tecnológicos y seguros.
En ese contexto aparecen los dos clásicos exponentes que decidimos enfrentar en esta oportunidad, Chevrolet Onix vs Volkswagen Polo.
Te contamos sus pro y contra, cómo son, que ofrecen, y en qué se destacan, para ayudarte a tomar una decisión si estás analizando la compra de un 0km.
Auto Polo vs Onix: confort y espacio interior
Si bien es cierto que ninguno que los modelos enfrentados es demasiado rupturista, en este caso nos inclinamos por el Onix. El Chevrolet ofrece una estética más moderna que la del Polo, cuya carrocería -con trazos rectilíneos- resulta bastante genérica entre los Volkswagen.
En general, las proporciones exteriores son muy semejantes, empatando las distancias entre ejes (2,56 metros). Al tener voladizos más cortos el Polo mide diez centímetros menos de largo (4,05 metros), pero cuenta con dos centímetros extra de ancho (incluyendo las trochas) que lo hacen ver mejor plantado.
Puertas adentro, la calidad de terminación de algunos componentes demuestra un mayor esmero en el producto de Chevrolet, aunque va parejo con el Volkswagen, que tiene además mejor insonorización general. No obstante, en ambos casos abundan los plásticos duros.
El Volkswagen se destaca por ofrecer un tablero de instrumentos ciento por ciento digital (Active Info Display) que puede configurarse de diferentes formas y cuya computadora de a bordo ofrece mucha información. El de Chevrolet, en tanto, se sirve de dos relojes analógicos y un pequeño display digital bastante básico y de cuestionable resolución.
Tecnología: un auto con Wi-Fi, otro con gran pantalla
En el apartado multimedia/conectividad cada uno tiene sus armas.
El Polo se sirve del moderno sistema VW Play con pantalla táctil de 10 pulgadas utilizado en otros modelos de la marca, como T-Cross, Taos y Nivus. Y si bien en ambos modelos se pueden emparejar smartphones con sistemas operativos Android Auto y Apple CarPlay, sólo en el Volkswagen se puede hacerlo de manera inalámbrica.
El producto de Chevrolet cuenta con una pantalla de ocho pulgadas (tipo flotante) de excelente respuesta táctil, que a través de la aplicación MyChevrolet los usuarios pueden encender el vehículo, trabar y destrabar las puertas, y hasta climatizar el habitáculo a distancia.
Además, de manera opcional se puede acceder a conexión Wi-Fi a bordo y al sistema de asistencia satelital OnStar.
La posición de manejo de Polo y Onix está muy lograda, con butacas que bajan lo suficiente, y volantes que se ajustan en altura y profundidad. A nivel habitabilidad, en cualquier caso cuatro adultos pueden viajar cómodos siempre que tengan una altura promedio: un quinto pasajero no estará muy a gusto.
En este sector el Volkswagen dispone de salidas de aire acondicionado y un puerto USB, mientras que el Chevrolet sólo doble puerto USB.
En cuanto a la capacidad de baúl, el Polo saca una leve ventaja: 300 vs 275 litros. Otra diferencia es que el Onix utiliza un auxilio temporal, mientras que su rival monta una rueda convencional, aunque de menor medida.
Motor, prestaciones y compartimiento de cada auto
Debajo del capó estos modelos recurren a diferentes soluciones, la de Volkswagen mucho más conservadora. Es que el Polo utiliza el conocido impulsor naftero 1.6 aspirado de 110 caballos (el mismo del Gol) asociado a una caja automática de seis velocidades, mientras que el Chevrolet siguió el camino del “downsinzing”, es decir, utiliza un motor naftero 1.0 turboalimentado de tres cilindros que entrega 116 CV y trabaja con una transmisión automática también de seis marchas.
Ambos cajas disponen de modo secuencial, pero sólo el Polo cuenta con levas en el volante. En líneas generales es más eficiente la del Chevrolet que se entiende muy bien con el motor, ya que la del Volkswagen tiende a estirar las revoluciones para aprovechar el torque de la planta impulsora.
En este apartado la tecnología entra a jugar fuerte y el turbo significa capacidad extra: esto se debe principalmente a la entrega de torque, que transmite contundencia entre las 2.000 y 4.000 rpm, siendo el más reactivo en el uso urbano. También hay que resaltar que al tratarse de un bloque de tres cilindros se lo siente mucho más vibrador en ralentí.
Las prestaciones son elocuentes. Para acelerar de 0 a 100 km/h el Onix necesita de 9,8 segundos (12,2 seg el Polo) mientras que la velocidad máxima también es superior a la del Volkswagen: 181 vs 174 km/h. A nivel elasticidad es también (levemente) superior. Por ejemplo, para acelerar de 80 a 120 km/h, situación que da cuenta de su capacidad para realizar un sobre paso en ruta, el Onix precisa de 8 segundos mientras que el Polo lo hace en 9 segundos.
En cuanto al consumo de combustible el hatchback de Chevrolet es también más eficiente. El rendimiento promedio del Onix se establece en 15,2 km/l mientras que el Polo alcanza los 13,5 km/l del Polo: en ningún caso la performance urbana es óptima, ámbito en el que ambos rondan los 9 kilómetros por cada litro de combustible.
En el desarrollo del Polo se puso especial énfasis en simular el funcionamiento de su hermano mayor, el Golf. La solidez se logró, pero al adoptar una suspensión trasera con brazos interconectados, tiende al confort.
Onix muestra un manejo muy lógico, con una tendencia más deportiva, firme. Con neumáticos de dieciséis pulgadas, se manifiesta como un auto seguro y confiable, y no desentona en el manejo en ciudad. Ambos cuentan con una dirección eléctrica de correcto funcionamiento.
Cabe destacar que en el andar los dos ofrecen buen confort de marcha para el uso diario, beneficiados principalmente por las mullidas suspensiones: el eje posterior del Polo transmite mayor firmeza en determinadas situaciones, fundamentalmente en ruta. Si bien ambos cuentan con dirección eléctrica, la respuesta del Onix resulta un tanto más liviana y resulta muy placentera para maniobrar en ciudad.
En cuanto a la respuesta de los frenos (ambos con tambores traseros) en las pruebas de rigor el Chevrolet salió victorioso: para detenerse por completo desde los 100 km/h el Onix necesitó de 39,7 metros mientras que el Polo de 42,6 m.
Equipamiento y precio
Al margen de lo mencionado anteriormente en materia de confort, ambos modelos ofrecen elementos comunes tales como, por ejemplo, tapizado de cuero sintético, control de velocidad crucero, cierre central con comando a distancia, sistema de apertura y encendido sin llave, levantacristales eléctricos delanteros y traseros, sensores de estacionamiento delanteros y traseros, y cámara de estacionamiento.
El Chevrolet se destaca por ofrecer encendido automático de faros con sensor crepuscular, faros antiniebla traseros y el sistema Easy Park (asistencia semi automática de estacionamiento) y cargador inductivo para teléfonos celulares, mientras que el Polo es el único que equipa el sistema Start & Stop (de parada y arranque) y espejo interior con antiencandilamiento automático.
En cuanto a la seguridad, más allá de los obligatorios frenos ABS y el control de tracción y estabilidad, ambos disponen de anclajes para sillas infantiles y cinco cinturones inerciales de tres puntos, pero el Onix toma ventaja por ofrecer seis airbags (cuatro en el Polo), además de alerta de ángulo ciego y sensor de presión de neumáticos.
Si tomamos como referencia los precios de lista que publica cada marca en mayo, el valor del Chevrolet Onix Premier AT ($6.573.900) es más competitivo que el del Volkswagen Polo Highline Tiptronic (6.982.900 pesos).
Aclaración mediante (y aunque suene reiterativo), la coyuntura del mercado argentino muestra en los concesionarios lamentablemente un valor superior (entre un 20 y 30 %) al sugerido por cada terminal. Más allá de ese detalle, en la valoración final es indudable que el el modelo de la marca estadounidense resulta más atractivo por sus prestaciones y nivel de confort y seguridad.
Fuente: Iprofesional