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Un Airbus A330 utilizado como plataforma de observación de la calidad del aire y la inversión de las aerolíneas en combustible sostenible, marcan un nuevo tiempo para el sector.

Air Canada anunció que uno de sus aviones Airbus A330 fue equipado con sensores de diagnóstico especiales en asociación con In-Service Aircraft for a Global Observing System (IAGOS), una organización internacional sin fines de lucro que utiliza aviones comerciales como plataforma de observación global del cambio climático y la calidad del aire.

Esta colaboración permitirá a IAGOS recopilar valiosos datos mundiales sobre parámetros climáticos, que serán utilizados por la comunidad científica internacional, así como por servicios de pronóstico como el Atmosphere Service de Copernicus, para investigaciones esenciales sobre el cambio climático y la calidad del aire a escala global.

 

El dispositivo medirá una variedad de parámetros, incluidos el ozono, el vapor de agua, los gases de efecto invernadero, los gases reactivos, los aerosoles, las nubes, etc. durante varias etapas del vuelo, incluido el despegue, la altitud de crucero y el aterrizaje.

Según IAGOS, los aviones comerciales proporcionan una plataforma ideal para recopilar mediciones de gases, ya que pueden medir de manera eficiente a grandes altitudes donde la recolección de muestras es un desafío.

Air Canada es una de las tantas aerolíneas que se ha fijado el objetivo ambicioso de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (GEI) en todas sus operaciones globales para 2050. Para lograr esto, estableció objetivos absolutos de reducción neta de GEI a mediano plazo para 2030 en sus operaciones aéreas y terrestres en comparación con su referencia de 2019 y se ha comprometido a invertir u$s 50 millones en combustibles de aviación sostenibles (SAF) e investigación y desarrollo sobre reducciones y absorciones de carbono.

Quienes también apuestan al SAF son LATAM CargoKuehne+Nagel y Elite Flower.

 

Estas compañías adquirieron más de 25.000 litros de un tipo de combustible que proviene de materias primas alternativas como residuos, grasas y aceites, entre otros, para producir un combustible bajo en CO2. El SAF luego es mezclado junto con el combustible convencional.

En este caso, el combustible sostenible de aviación adquirido fue producido a partir de aceite de cocina usado, materia que luego de ser tratada es mezclada con combustible jet fuel tradicional.

El SAF cuenta con un factor de reducción atribuido de alrededor del 80% del CO2 en su ciclo de vida en comparación al convencional.

De acuerdo a IATA, actualmente el uso de SAF puede marcar una gran diferencia en la descarbonización de la industria aérea. Sin embargo, las cantidades de SAF disponibles a nivel mundial son limitadas, debido principalmente a la falta de condiciones necesarias para su investigación, desarrollo y producción.

Sudamérica tiene un gran potencial para producir SAF en términos de recursos naturales y expertise y con ello hacer una contribución muy significativa a la acción climática. Por esto se hace necesario un trabajo colaborativo entre los distintos actores involucrados en la industria para promover la producción de SAF en la región.

 

Fuente: Cronista