Debía regir en marzo, se postergó para abril y aún no se acreditó el beneficio en ninguna cuenta. Los compradores replican quejas
ese a los anuncios y a las promociones publicitarias que inundaron en los últimos días los medios de comunicación, la devolución de 10% en las compras de carne vacuna aún no arrancó.
En medio de la escalada inflacionaria y en su afán de buscar herramientas para reducir índices, desinflar expectativas, y al menos mejorar mínimamente el poder adquisitivo de la población, al anunciar una nueva etapa de “Precios Justos” el Gobierno lanzó un plan que prometía reintegrar la décima parte de una compra de carne si se hacía mediante un medio electrónico de acreditación inmediata que asegurara la registración de la operación y en determinados comercios.
Esto sucedió a mediados de febrero y prometía que la devolución sería en un plazo no mayor a las 96 horas, equivalente a cuatro días hábiles. La medida rige desde el 1° de marzo hasta el 31 de diciembre.
Pero corrió todo marzo y los compradores replican quejas por no haber recibido ninguna recomposición en sus cuentas.
Ante los reclamos, hacia fines de ese mes desde la AFIP se informó que por temas operativos y de sistemas, las devoluciones correspondientes a marzo se iban a concentrar en abril y luego se respetarían los plazos estipulados.
Sin embargo, entrando en la segunda parte de abril aún no se produjo ningún giro ni por las compras de marzo y mucho menos por las del mes en curso. Según trascendió, surgieron nuevos inconvenientes en los procesamientos de la información.
No se activó la devolución para compras de carne
En consecuencia, los consumidores están sumidos en la confusión dado que además para obtener es descuento hay que cumplir con ciertos requisitos que a veces no resultan la mejor opción para el bolsillo. Por ejemplo no se recupera nada si se paga en efectivo o si se hace la compra es a través de tarjetas de crédito.
Para poder obtener el reintegro de 10%, la compra debe realizarse a través de tarjetas de débito o con débito en cuenta mediante la utilización de códigos QR. Por tanto, es obligación contar con dinero en alguno de estos instrumentos de pago, que por diferentes circunstancias no siempre están a mano de los consumidores.
Además, las compras deben realizarse en determinadas carnicerías que a su vez deben estar anotadas en un registro especial.
El mecanismo procura el blanqueo de las operaciones, en un sector de alta informalidad.
Si bien resulta una condición razonable, en la práctica esta imposición le quita alternativas a los consumidores en los barrios periféricos, donde a los comercios de proximidad les resulta mucho más difícil mantener la normativa al día para sostenerse dentro del programa.
Diferente es la situación en las ciudades o zonas de mayor población donde las grandes superficies de venta están al día con la documentación.
Cabe aclarar que los responsables de las carnicerías no tienen ninguna responsabilidad sobre la devolución del dinero, más que la de emitir el ticket fiscal correspondiente: “Me preguntan a mí, a veces de mala manera, pero yo no tengo nada que ver”, señaló Marcela encargada de la sucursal de una red de carnicerías establecida en el AMBA.
Qué deben hacer los consumidores
Hasta el momento la única defensa a la vista para los consumidores es guardar todos los tickets de compra y revisar los resúmenes de cuenta bancarios. En caso de producirse, la devolución debe figurar bajo la denominación de “Reintegro carnicerías minoristas”.
El beneficio tiene un tope de $ 2000 mensuales, lo que implica compras por un total de $ 20.000.
La devolución también opera en caso de comprar los cortes incluidos en el programa “Precios Justos”. Cabe la aclaración dado que la mayoría de las promociones bancarias excluyen a estos cortes.
Según este plan que para el Gobierno sigue vigente los precios debieran ser:
- Asado $1.068 kg
- Nalga $1.419 kg
- Matambre $1.352 kg
- Vacío $1.394 kg
- Falda $697 kg
- Paleta $1.149 kg
- Tapa de asado $1.068 kg
Para la región patagónica los precios son un 6% mayor y los cortes disponibles son los que no tienen hueso.
Los precios de este programa están sensiblemente por debajo de los que están por fuera de este sistema y en consecuencia los consumidores se quejan por la falta de abastecimiento.
Pero allí no acaban los reclamos, dado que cuando están en las góndolas la calidad es muy cuestionada.
- Si se toman en cuenta los precios que relevó el INDEC para el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo las diferencias son del orden de 70%.
- Asado $1.769,29 por kg
- Carne picada común $1.047,42 por kg
- Paleta $1.692,36 por kg.
- Cuadril $2.086,58 por kg
- Nalga $2.224,76 por kg.
A la luz de esta marcada diferencia hay dudas sobre la continuidad del programa oficial.
Fuente: Iprofesinoal