Hoy en día, vivimos en un mundo que parece sacado de una película de ciencia ficción, donde las innovaciones tecnológicas están en constante evolución.
Esta tendencia mundial, que se expande rápidamente, requiere un enfoque colaborativo y una inversión adecuada para desarrollarse en el territorio argentino. Cada vez son más los países que están implementando políticas públicas que apoyan la movilidad eléctrica y fomentan el uso de vehículos eléctricos. En América Latina, países como Chile, Colombia y México ya están impulsando la movilidad eléctrica con políticas públicas y proyectos concretos.
En Argentina, la infraestructura de carga para este tipo de vehículos está todavía en una etapa temprana de desarrollo. Por esta razón, hemos estado trabajando en la creación de soluciones innovadoras para la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos y confiamos en la tecnología que ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas para continuar transformando nuestra forma de vida de maneras que ni siquiera podríamos haber imaginado hace unos años atrás. Creemos que hay una gran oportunidad para que la industria eléctrica nacional se convierta en un actor protagónico en la creación de infraestructura y buscamos estar a la vanguardia.
Además, confiamos en que la instalación de puntos de carga puede tener un impacto significativo en la economía del país: La creación de empleo, la inversión en tecnologías limpias y la reducción de la dependencia del petróleo importado son solo algunos de los beneficios económicos que pueden derivarse de la transición hacia la movilidad eléctrica. Esta acción en todo el país requerirá la colaboración profesionales de diferentes sectores, desde la construcción hasta la ingeniería eléctrica y el mantenimiento de estos puntos de carga generará empleos a largo plazo y proporcionará una fuente de ingresos a la economía local por lo que vale destacar que esta no solo impulsará el desarrollo económico del país, sino que también ayudará a reducir la huella de carbono del sector del transporte.
La reducción de la contaminación atmosférica y acústica mejora la salud de la población, reduce el riesgo de enfermedades respiratorias y mejora la calidad del aire en nuestras ciudades. Además, la movilidad eléctrica es mucho más silenciosa que la movilidad tradicional, lo que reducirá el ruido en las ciudades y mejorará el bienestar de la población.
La tecnología es una de las fuerzas más poderosas que mueven al mundo y está en nuestras manos ser agentes de cambio en esta transición.
Fuente: Ambito