El índice de precios minorista en lo que va de 2023 llega al 20% y los valores de los combustibles llegan con un acumulado de 12,27%
ientras siguen con atención las negociaciones que vienen manteniendo las petroleras y las autoridades de Energía para definir el alcance del ajuste que registrarán los precios de los combustibles en abril, los dueños de las estaciones de servicio se mantienen en estado de alerta por dos situaciones conflictivas que afectan la continuidad operativa de los expendedores de las provincias que integran las regiones NOA, NEA y Centro.
En el caso de las estaciones de servicios norteñas, el problema está focalizado en Refinor -la petrolera que controlan YPF e Integra, el holding que maneja José Luis Manzano- por los cupos y sobreprecios que aplica a la hora de entregar combustibles y las trabas que impone a las firmas que quieren rescindir los contratos de bandera vigentes con esa marca.
En tanto, en el caso de las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba; el conflicto gira en torno al GNC y la decisión de las empresas comercializadoras de ese combustible de adelantar el vencimiento de los contratos de provisión que expiraban a fines de abril para dar paso a nuevos convenios entre 30% y 40% más caros.
Tras haber cumplido con el esquema de subas mensuales que habían pautado con el ministro de Economía, Sergio Massa y que dio lugar a ajustes mensuales del 4% promedio entre noviembre y febrero y del 3,8% en marzo; las productoras y comercializadoras de combustibles líquidos -con YPF a la cabeza- buscan ahora equiparar los valores los surtidores con la disparada inflacionaria registrada en lo que va del año y cubrirse con alzas adicionales durante los próximos meses.
Ante un índice de precios minorista que va a camino a acumular en el primer trimestre del 2023 una variación del orden del 20%, los valores de los combustibles llegan a fines de marzo con un aumento promedio acumulado de apenas el 12,27%.
En las reuniones que mantuvieron en los últimos días con los funcionarios de Energía, los directivos de las petroleras deslizaron que, según sus cuentas, necesitan aplicar en abril una remarcación que oscilaría entre el 7% y 9%.
Combustibles: cuándo sería el próximo aumento de precios
En cuanto al momento previsto para el retoque de los precios, consideran que debería ser antes del próximo fin de semana largo de Pascuas.
Con poco margen y herramientas para poder frenar el ajuste, las autoridades de Energía y del ministerio de Economía tratan de convencer a las petroleras para que reduzcan los aumentos a un promedio que no supere el 6% y que demoren el traslado de los nuevos precios al público hasta después del 10 de abril.
En tanto, tras una asamblea que reunió a más de 60 expendedores embanderados con Refinor, la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA) difundió un duro informe sobre la crítica situación que atraviesa la petrolera y las trabas que encuentran los dueños de las estaciones de servicio que quieren dar de baja sus contratos con la empresa manejada por YPF y el fondo de inversión piloteado por el ex ministro menemista y uno de los actuales dueños de Edenor, José Luis Manzano.
Tras reclamar la “urgente intervención” de la secretaría de Energía que comanda la massista salteña, Flavia Royón; la entidad destacó que los estacioneros de Refinor deben afrontar la imposición de cupos y restricciones de entrega de productos junto con sobreprecios de entre 5% y 20% por encima de los valores de YPF que implican serios problemas de abastecimiento y fuertes pérdidas económicas.
De acuerdo con los números que manejan las empresas del sector, las estaciones de Refinor registraron en 2022 una caída del 6% en las ventas de nafta súper y del 12% en gasoil por la falta de combustibles y demora en el reaprovisionamiento.
Esa línea descendente se habría acentuado en el período enero-febrero de este año con bajas en las ventas del 15% al 20%.
Producción
Con lo que produce en la refinería de Campo Durán (nafta súper y gasoil Grado 2), Refinor abastece a 83 estaciones de servicio de bandera, aunque el volumen resulta insuficiente para satisfacer la totalidad de la demanda regional. En el caso de los combustibles premium, los expendedores deben acudir a YPF y abonar precios más caros que los tienen las estaciones propias de la petrolera de mayoría accionaria estatal.
A ese problema, se suma otra fuerte traba adicional que deben afrontar las estaciones que quieren cortar la relación con Refinor. La petrolera solo acepta interrumpir el vínculo si los expendedores abonan una penalización millonaria equivalente a los volúmenes de combustibles pactados hasta la finalización del contrato.
En lo que respecta a las estaciones de la región Centro, la complicación principal se registra con la provisión de GNC a partir de mayo por parte de las empresas comercializadoras “independientes” que no dependen de las distribuidoras privadas de gas.
Las entidades representativas de los expendedores de Córdoba (FECAC) y de Santa Fe (FAENI) alertaron a la secretaría de Royón que tanto las productoras de gas, como las firmas comercializadoras se muestran reticentes a cerrar acuerdos de provisión con cerca de 200 estaciones de GNC con los actuales valores y solo lo hacen con aquellas empresas que aceptan pagar hasta un 40% más.
Agregaron que un elemento que genera ruido es la decisión adoptada por la Secretaría de Energía cuando, al poner en marcha la última versión del Plan Gas, dispuso que el precio del GNC pase a quedar atado a los aumentos que registre el valor de la nafta súper de YPF.
Para superar el problema, desde las cámaras del interior sostienen que Massa y Royón deberían ordenar a la estatal Enarsa que se haga cargo -como hizo en años anteriores- de la provisión de gas a las estaciones de GNC, una salida que el Gobierno buscaría evitar por el compromiso asumido con las petroleras y el FMI de ir normalizando el funcionamiento del negocio gasífero con una menor intervención del Estado posible.
En medio de los planteos elevados a las autoridades, las entidades del sector remarcaron el cierre de las denominadas estaciones de “bandera blanca” que no están enroladas con ninguna petrolera no se detuvo a lo largo del año pasado.
De acuerdo con los datos oficiales relevados por la Secretaría de Energía, en 2002 dejaron de funcionar 45 estaciones blancas equivalentes a casi el 4,5% del total en actividad.
Actualmente siguen en pie a nivel nacional un total de 1.002 estaciones blancas, de las cuales 784 comercializan solo combustibles líquidos, mientras que las restantes 218 son duales y cuentan con expendio de GNC. Las tres provincias más pobladas concentran la mayor cantidad de estaciones blancas: 243 se encuentran en jurisdicción bonaerense; 197 en el territorio santafesino y 162 en el ámbito de Córdoba.
El cuadro de las principales subas y bajas muestra que Buenos Aires perdió 19 estaciones blancas, en tanto que las provincias de Entre Ríos, Formosa y Neuquén se quedaron con 5 estaciones menos cada una.
En el otro extremo, las que incrementaron sus redes blancas en 2022 fueron Santiago del Estero con 5 estaciones más; Catamarca (4); Santa Fe (2) y La Rioja (1).
Fuente: Iprofesional