Aún no hay definiciones oficiales, pero una posibilidad es la aplicación de un nuevo sendero de aumentos mensuales y diferir impuestos que ajustan por inflación.
Los impuestos son un tema clave que aún no fue definido por la Secretaría de Energía. Hace varios trimestres que el Gobierno viene postergando la aplicación de los impuestos a los combustibles líquidos, que se actualizan por inflación e impactan en el precio final que pagan los usuarios en los surtidores.
La última postergación fue en enero pasado cuando se decidió que las actualizaciones de los montos fijos del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono que debían realizarse pasaran al 1° de abril de 2023. Con la reforma impositiva de 2017 estableció un monto fijo del impuesto que debe actualizarse trimestralmente de acuerdo a la variación del Índice de Precios al Consumidor.
Sin embargo, desde 2020, hubo varias suspensiones y postergaciones en la actualización. El decreto 561/2022 había fijado el 1° de enero de 2023 como fecha para aplicar las actualizaciones correspondientes a los últimos trimestres de 2021 y del primero, segundo y tercero de 2022. Con otro decreto (864/2022) ese plazo se extendió hasta el próximo mes de abril.
Además de las postergaciones mencionadas, se suma el último trimestre de 2022, que correspondería actualizar también a partir del 1° de abril.
¿Cuánto podrían aumentar los precios en el surtidor si se decide no postergar más los impuestos? Según un cálculo realizado por la consultora Energy Consilium entre ICL e IDC se podría incrementar $37 por litro en el caso de las naftas y $23 por litro en el caso del gasoil. El porcentaje dependerá del tipo de combustible (premium o normal) y del lugar del país.
Por su parte, la consultora Economía & Energía, estimó que la aplicación del impuesto implica un 12% de incremento en naftas y 8% en gasoil.
Fuente: Lmneuquen