La petrolera consiguió la prórroga de la concesión en la zona a 10 años y terminó la construcción de las locaciones para comenzar la perforación de dos pozos de petróleo no convencional. Para fin de mes se espera el equipo perforador
La inversión de 17 millones de dólares que YPF pactó con Mendoza para la exploración no convencional en Vaca Muerta toma forma con la confirmación de la prórroga de la concesión en la zona por 10 años (que se logró en los últimos días de 2022) y la terminación de las locaciones que la petrolera preparó para dar inicio formal a la perforación.
Para ello, simplemente falta que arribe a Mendoza el equipo perforador alrededor del que unas 70 personas trabajarán primero en uno de los pozos horizontales y luego en otro durante la primera mitad del año.
Lo que se hizo desde noviembre hasta ahora en la zona fue adecuar la tierra, alisar el terreno, asegurar los accesos y ensanchar caminos para que YPF pueda proceder con toda la logística necesaria durante la etapa de perforación.
Una vez que culmine esta primera parte de los trabajos, para la que el plazo estimativo es de tres meses, debería comenzar la de fractura, que es la técnica que se utiliza para la extracción, en este caso del petróleo que está asentado en las rocas y que fue aprobada por especialistas al evaluar el impacto ambiental del proyecto. Esta segunda etapa ya sí demandará la presencia de más equipos, logística y tiempo.
Expectativa mendocina por el eventual despegue de la Vaca Muerta mendocina
El director de Hidrocarburos de Mendoza, Estanislao Schilardi confirmó estos datos en diálogo con el sitio especializado Más energía de Neuquén. “En un principio se iban a hacer los pozos guías con un equipo más liviano para después meter el equipo pesado y hacer las ramas horizontales pero, finalmente, se decidió que van a ir con el pesado para hacer los pozos enteros”, explicó.
Ese es el equipo que según pudo saber Diario UNO, y teniendo en cuenta la logística de YPF, arribará recién a fines de febrero a Mendoza.
El funcionario se mostró expectante porque se pueda dar por primera vez una exploración en la lengua mendocina sur de Vaca Muerta y manifestó que las operaciones de perforación pueden tardar entre dos o tres meses para luego comenzar con el set de fracturas.
La importancia de estas actividades petroleras en el Sur de Mendoza están dadas por un lado por la inversión de 17 millones de dólares comprometida en el convenio que se firmó a mediados del 2021 con la Provincia, y por otro lado por lo que YPF pudiera llegar a descubrir en este proyecto piloto que se trata de la construcción de un pozo vertical de 2.500 metros de profundidad en el área CN-VII A y dos pozos de 1.000 metros en su rama horizontal, uno en dirección al área CN-VII A y otro en dirección al bloque Paso de las Bardas Norte.
El objetivo de explorar la formación Vaca Muerta es comprobar su potencial técnico y económico. Si los resultados fueren positivos, se abriría un horizonte para la perforación y explotación de otros 150 pozos en dos bloques, lo que generaría una actividad sin precedentes. De hecho, el propio gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, dijo en su momento que la expectativa es que el proyecto acabe generando una “potencial inversión de 400 millones de dólares”.
Dicen desde la empresa que hoy se ha revalorizado ese potencial geológico no convencional del área en función de los cambios tecnológicos, la fluctuación del precio del crudo producto de cambios geopolíticos, y la posibilidad de acceder a mercados internacionales que en otro momento era impensados o no demandaban estos productos.
Base logística del otro lado del Río Colorado
Respecto de la infraestructura, el convenio que se firmó hace más de un año y medio reza en su cláusula segunda que tanto YPF como la Provincia trabajarían juntos para fortalecer las instalaciones del futuro polo industrial Pata Mora y el centro logístico de Potasio Río Colorado, lo que maximizará los beneficios del proyecto petrolero en Mendoza.
En relación a ello, el Gobierno expropió “de urgencia” unas 3.500 hectáreas y a principios de enero formó un fideicomiso que tiene como objetivo avanzar en la administración, planificación, ejecución de estudios, de obras, prestación de servicios y comercialización para la construcción de ese polo, que acarrea una inversión cercana a los U$S 150 millones.
En el mientras tanto, YPF ya cuenta con una base, en buena parte administrada por Mendoza, pero del otro lado del Río Colorado, en El Portón (Neuquén). Desde allí se operarán camiones, talleres, la gastronomía y demás recursos necesarios para la operatividad del proyecto.
Los desafíos hidrocarburíferos que tiene Mendoza por delante
En aquel diálogo con el medio neuquino, Schilardi advirtió que Mendoza tiene en vista otro tipo de desarrollos a futuro, más allá del piloto no convencional de YPF en Vaca Muerta.
“Las empresas están haciendo foco en el crudo extrapesado”, advirtió. “Tenemos en el borde de cuenca, lo que es la parte norte de la Cuenca Neuquina, el anillo de los pesados. Allí, hay dos proyectos interesantes: uno lo está desarrollando YPF en Llancanelo y otro lo llevan a cabo Hattrick y Emesa, que han presentado un plan de inversiones muy atractivo”.
Y el otro punto importante para Mendoza es la recuperación terceraria en el Sur de Malargüe que se caracteriza por tener yacimientos que aún no están maduros.
Según dijo el funcionario provincial, YPF analiza desarrollar un proyecto de polímeros similar al de Manantiales Behr en Chubut.
Mientras que también el desafío para Mendoza pasa por hacer más atractiva la explotación de los campos maduros en la Cuenca Cuyana, donde “hay un gran porcentaje de agua que hace más costosa la operación”.
“Pero seguimos pensando cómo hacerlo porque representa el 35% de la producción en Mendoza así que no podemos dejarla de lado”, dijo.
Fuente: Diario uno