Advirtió que un cambio en la legislación europea podría poner en riesgo a la industria nacional de biodiésel de soja. El momento elegido para la queja
Cuando faltaba poco para la primera visita de Luiz Inácio Lula Da Silva al país y la cumbre de la CELAC, el canciller Santiago Cafiero ya tenía previsto viajar a Bruselas, Bélgica, para encontrarse con las principales autoridades de la Unión Europea. Argentina tiene por seis meses la conducción del Mercosur y el jefe del Palacio San Martín fue, entre otras cosas, para repasar el interés europeo por acelerar el acuerdo con la UE. Pero también pegó el grito en el cielo por la nueva legislación que podría volver a complicar las exportaciones de biodiésel de soja.
El punto principal de la gira es la reunión con el alto comisionado para las relaciones exteriores de la Unión Europea, Josep Borell, pero Cafiero ya tuvo reuniones con la comisaria europea de Energía, Kadri Simson. En el discurso oficial ambos hablaron sobre la posibilidad de que Argentina sea un mayor proveedor para el continente de hidrógeno verde y litio, pero en privado y lejos de los micrófonos le reclamó que “no se discrimine al biodiesel de soja que está certificado conforme a los requisitos europeos”, según le contó a iProfesional una fuente diplomática con acceso al encuentro en Bruselas.
El punto central fue el reclamo del ingreso de biodiesel al mercado europeo y la preocupación por la propuesta que está en el Parlamento Europeo para realizar una enmienda a la Directiva de Energías Renovables (RED II). Ese cambio modifica el umbral de “Cambio de Uso Indirecto de Tierra (ILUC)” que había sido fijado en el 10% en 2019. Con ese porcentaje el biodiesel de soja (ubicado en 8%) no califica como de alto riesgo. Si avanza la reforma y se cambia el umbral al 7,9% “pondrán en crisis a la producción nacional”, le advirtió Cafiero a Simson, y la recordó que “la Argentina ha sido un proveedor confiable de biodiesel de soja hacia la UE”. Las exportaciones se han mantenido durante la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y exportó 1,2 millón de toneladas de biodiesel por 1.850 millones de dólares.
La diferencia en la relación Argentina -UE surge cuando el tema recurrente desde la asunción de Lula es la aceleración y ratificación del acuerdo que firmaron en 2018, cuando el entonces presidente Mauricio Macri era titular temporario del Mercosur. En Buenos Aires no sólo hay reparos con el biocombustible de soja. También hay mucha preocupación porque el acuerdo así como está podría perjudicar a la industria nacional a cambio de permitir el ingreso al mercado europeo de commodities agroalimentarias argentinas.
Exportaciones de soja: dos frentes que atraviesan a Europa
Argentina tiene dos frentes con la exportación de soja que atraviesan a Europa. Según un estudio del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) “el 80% de esas exportaciones tienen como destino a China, el mayor demandante a nivel mundial de porotos de soja”. Las exportaciones de porotos de soja se estiman cercanas a las 1255 millones de toneladas, redondeando un valor antes de impuestos de 4600 millones de dólares, indica el documento y resalta que “Argentina domina tanto el mercado exportador de aceite de soja como de harina de soja”.
Para “el primero se esperan exportaciones por 5,2 millones de toneladas, destinadas en proporciones casi idénticas a China y a la India. En el segundo se espera una producción de 30 millones de toneladas, exportando cerca de 29.5 millones y generando ingresos por más de 30.000 millones de dólares antes de impuestos”, sostiene el paper “Producción de biodiésel a partir del aceite de soja”. El documento acota que “la Unión Europea importa cerca del 40% de la producción Argentina”.
Sin embargo hay una “segunda transformación que se lleva a cabo en la industria del biodiesel de soja donde la Argentina se ha transformado en el mayor productor y exportador del planeta, en gran parte por ser el líder exportador a nivel de aceite de soja y por poseer un complejo aceitero con tecnología de punta a nivel mundial”, subraya el INTA. Se espera un ingreso superior a los 1.000 millones de dólares antes de impuestos, dice el estudio y concluye: “Es importante destacar que el 90% de las exportaciones tienen como destino a la Unión Europea”.
Cafiero también se encontró con la delegación para las relaciones con el Mercosur del Parlamento Europeo, presidida por el español Jordi Cañas. Querían saber de primera mano cómo viene la posición argentina para la ratificación del acuerdo UE-Mercosur, y ver “hasta qué punto es factible” que lo terminen para firmarlo en la cumbre UE-Celac, prevista para mediados de julio próximo.
Fuente: Iprofesional