La marca francesa presentó un prototipo que define como un SUV familiar y que cumple con muchas más funciones de las que brinda un auto
Con un diseño disruptivo, que muchos se preguntan cuál es la parte delantera y cuál la posterior, Citroën presentó el Oli, un prototipo que encierra nuevas definiciones sobre las funciones de un auto.
Según la marca, el Oli no es un auto, sino que es una extensión de la vida cotidiana tan útil cuando se conduce como cuando no. La idea es ofrecer lo que los clientes necesitan y quieren, con el fin de satisfacer una movilidad eléctrica barata y atractiva.
Con un largo de 4,20 metros y líneas cuadradas en su frontal, el diseño se destaca por su parabrisas vertical, puertas traseras que abren hacia atrás, ventana trasera más grande que la delantera y faros posteriores que parecen salir del cuerpo. Completa su estética con líneas rectas y curvas, grandes partes en negro y elementos en el mismo tono que el renovado logo de la marca.
El peso de este vehículo es una de las claves, ya que es de 1.000 kg, con una autonomía de 400 km, una velocidad máxima de 110 km/h. En cuanto la eficiencia de este modelo, aseguran que gasta 10 kWh cada 100 km y carga entre el 20% y el 80% de la batería en unos 23 minutos.
Un diseño funcional
El diseño del prototipo está pensado desde lo funcional. El capot, techo y paneles de la “caja trasera” son planos, además de permitir que el auto tenga una carrocería única, se han elegido para cumplir los objetivos de bajo peso, alta resistencia y máxima durabilidad.
Creados junto con BASF, se han fabricado a partir de cartón corrugado reciclado con una estructura de tipo sandwich en nido de abeja entre paneles de refuerzo de fibra de vidrio. Los paneles son rígidos, ligeros y resistentes, y su peso se reduce en un 50% frente a los equivalentes construidos en acero para el techo.
Cualquiera que sea el uso que se pueda imaginar, como utilizar el techo como escalera, este útil elemento de la carrocería no añade peso ni incrementa su precio por el uso de materiales exóticos.
También la versatilidad a la hora de transportar cargas se detecta en el uso de las barras del techo a cada lado del panel que permiten a los propietarios fijar accesorios como portabicicletas y cofres para ampliar la capacidad de carga, mientras que debajo del panel del capot se puede acceder a zonas de almacenamiento que incluyen compartimentos para los cables de carga y artículos personales y de emergencia.
“Se podría argumentar que un parabrisas vertical es menos aerodinámico, pero no esperamos que la gente conduzca este tipo de vehículo a 200 km/h. Lo vemos más útil en zonas urbanas y suburbanas, donde los usuarios se desplazan a velocidades reducidas, son conscientes del aspecto medioambiental y de la seguridad en la movilidad diaria. Por eso hemos limitado la velocidad máxima del oli a 110 km/h”, explican desde la marca.
Interior del nuevo Oli
Por dentro, la marca quiso implementar ideas prácticas con el fin de ahorrar peso a partir de materiales especiales. El tablero se basa en una barra a la cual se suman componentes como parlantes desmontables, el equipo multimedia pasa a ser el smartphone del conductor y la información se proyecta en el parabrisas.
El piso es de una sola pieza removible de poliuretano termoplástico expandido. Los asientos están hechos con poliuretano termoplástico (TPU), el respaldo es un enrejado impreso en 3D y su base es de caño ligero unido al piso con bujes aislantes.
La idea de la marca con el Oli es que todos los avances (tanto en diseño y de electrificación) se puedan plasmar en futuros modelos de producción.
Un auto de larga vida
El Citroën oli ha sido diseñado para maximizar su longevidad y durabilidad, de modo que, al igual que una casa, pueda tener varios propietarios y un ciclo de vida activo más largo. El propósito es que sea fácil de reparar, renovar, actualizar y personalizar, de modo que pueda pasar fácilmente “como nuevo” a varios propietarios o mantenerse en una familia para que lo disfruten las generaciones más jóvenes.
Además, oli ha llevado a Citroën a reevaluar todos los servicios y la experiencia que ofrece a los propietarios de vehículos eléctricos a lo largo de su asociación con la marca, sobre todo ante el aumento de los costos y los retos de la movilidad.
“Entendemos cómo los vehículos pesados y de gran tamaño pueden ser más una carga que un placer desde el punto de vista económico y ecológico, y sabemos que los consumidores son cada vez más sensibles a la contaminación y la congestión y quieren ser responsables a la hora de elegir las marcas”, exponen en la marca. “Por eso, en Citroën, además de centrarnos en la fabricación de vehículos fiables, nos centramos en crear asociaciones duraderas con los clientes a través de innovadores servicios de propiedad y experiencias que faciliten el estilo de vida que quieren disfrutar”.
La clave para ello es ampliar la sensación de bienestar que los clientes de Citroën ya tienen al estar dentro de su vehículo, para mejorar la experiencia que rodea a su vehículo y a todo lo que atañe a su propiedad. Por ello, Citroën presenta el nuevo y completo programa de servicios y experiencias ‘Citizen by Citroën’ inspirado en el oli. La intención es mejorar la sensación “zen” que los propietarios de los Citroën eléctricos disfrutarán cuando incorporen los vehículos a sus vidas y familias.
Fuente: Iprofesional