Por estacionalidad y sequías, la carne mantiene precios estables. El Gobierno renovó “Cortes Cuidados”, aunque prevén aumentos antes de fin de año
Ante una inflación descontrolada que casi no tiene proyecciones certeras, es imperioso buscar oportunidades para multiplicar el poder adquisitivo de los pesos y en una economía tan dinámica aparecen opciones impensadas. Sólo hay que estar alertas para detectarlas.
En los últimos meses se gestó una variante muy llamativa que puede resultar por demás provechosa para los consumidores: la carne. En la segunda parte de 2021, el gobierno luchó con los frigoríficos para frenar lo que resultó una escalada fortísima de los valores en los mostradores; incluso hasta los obligó a precios especiales para las Fiestas de Fin de Año, prohibiendo exportaciones.
Pero en 2022 el panorama es diferente a partir de un factor siempre existente, que a veces juega en contra pero en otras ocasiones favorece a los consumidores: el clima.
La inflación acumulada desde principios de año es superior al 50% y al revés de períodos anteriores el precio de la carne no tiene incidencia; por el contrario ayudó a moderarla.
¿Qué fue lo que sucedió? La sequía. 2022 ha sido un año con precipitaciones pluviales inferiores a las normales, lo que incidió en la producción cárnica. Con poca agua en los campos, muchos productores tuvieron que vender su ganado a medio terminar, lo que provocó que el mercado siempre estuviese abastecido con buenos volúmenes, lo cual recortó la subida de precios.
Carne: cae la demanda por bajos ingresos
También influyó el fuerte deterioro del poder de compra de los ingresos de las familias que tiene que asignar recursos cada vez con más precisión para llegar a fin de mes. Un kilo de carne vacuna, equivale a comprar tres kilos de carne de pollo o dos de carne de cerdo.
Para tomar el ejemplo emblemático del asado: cerró diciembre del año pasado a $884,61 por kilo, según datos del INDEC, y en julio su precio era de $1.075. El incremento es del orden del 20% en siete meses.
Un informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) precisó que en el trimestre junio/agosto los valores no variaron y su resultante es que se amplió la brecha de porcentaje de aumento de las carnes respecto a los demás productos de consumo masivo. Si tomamos lo que sucedió entre en los primeros siete meses del año, y siempre de acuerdo a las cifras del INDEC; el pollo pasó de $223.64 a $367,61, lo que implica un alza del orden de 64%. Los fideos subieron 78%, de $78,44 a $139,54. Y el pan un 57%, de $207,97 a $327,39.
Al ver estos movimientos es lógico pensar que más temprano que tarde, la carne busque equiparar los porcentajes de incrementos. Así lo ven en CICCRA, en cuyo documento de análisis sectorial observan como muy posible que en los próximos meses habrá una corrección al alza. Por razones estacionales creen que habrá una recuperación de la demanda en el último cuatrimestre pero especialmente confían en que ceda la sequía y el flujo de ganado hacia los frigoríficos se modere.
Esa combinación hará que la oferta se ajuste más a la demanda y se convalide una suba en los valores. De allí que las perspectivas de que este “veranito” de precios que se observa en góndolas comience a modificarse en las próximas semanas. Con lugar en el freezer, comprar algunos cortes a estos precios y conservarlos congelados resultará una muy buena opción para “hacer estirar” los ingresos de los próximos meses.
“Cortes Cuidados”: los precios de los 7 cortes populares
Por otra parte, este escenario de estabilidad de precios con buena cantidad de oferta le permitió al Gobierno renovar el programa “Cortes Cuidados” este martes con los mismos precios que estaban vigentes. El esquema de precios para la carne ya había sido renovado a principios de agosto con un aumento de tan sólo 1% respecto a los previos. Ese programa ofrece siete cortes a precios populares: asado de tira a $736 por kilo, vacío a $965, matambre a $938, falda a $483, tapa de asado a $736, nalga a $1.009 y paleta a $817.
Los frigoríficos se aprestan a convalidar una renovación, aceptando un incremento muy por debajo de la inflación a cambio de la estabilidad que logró el gobierno; aumentó en un 15% los volúmenes exportables. No quieren perder ese negocio que les permitió recuperar los márgenes de ganancia perdidos.
La diferencia de “Cortes Cuidados” con los “valores libres” es de entre un 60 y 70%, lo que provoca que en muchas oportunidades desabastecimiento parciales o totales. Pero el mayor problema lo enfrentan las carnicerías ya que este programa sólo está disponible en hiper y super mercados o cadenas de venta de productos cárnicos generándoles una competencia con las que les resulta imposible competir. La principal arma que tienen los minoristas para conservar a los clientes es la calidad de los productos que pueden ofrecer.
Fuente: Iprofesional